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PROYECTO DE TP


Expediente 1522-D-2007
Sumario: CREACION DE UNA COMISION ESPECIAL PARA LA ELABORACION DE UN PROYECTO DE LEY NACIONAL DE PREVENCION Y RESPUESTA ANTE EMERGENCIAS: INTEGRACION.
Fecha: 13/04/2007
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 29
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


1º- Crear una Comisión Especial - dentro de los 30 días de aprobada la presente resolución - que tendrá por objeto, después de enriquecerse técnica e informativamente en el tema, elaborar un proyecto de Ley Nacional de Prevención y Respuesta Ante Emergencias.
2º- La Comisión Especial estará integrada por un (1) representante de cada uno de los diferentes Bloques que componen esta Honorable Cámara de Diputados. Asimismo contará con el asesoramiento necesario (mediante reuniones públicas) de especialistas en el tema provenientes de organismos públicos, académicos, entidades privadas, organizaciones no gubernamentales ó toda aquella persona o ente que se considere necesario para mejorar el entendimiento del objeto en cuestión.
3º- Una vez constituida, la Comisión Especial nombrará sus autoridades como así también fijará días y horarios para sus reuniones.
4º- Como lineamientos para el desempeño de la Comisión Especial, se señala:
a) La Ley Nacional de Prevención y Respuesta ante Emergencias será una ley de Presupuestos Mínimos, tal como lo establece la Constitución Nacional en su Art. 41º.
b) De un modo indicativo, se señalan los siguientes temas a tener en cuenta al momento de la redacción del proyecto:
- Se busca procurar una legislación integrada ya que existen normas dispersas sobre el tema, en cuestiones tales como higiene y seguridad en el trabajo, transporte y disposición de sustancias peligrosas, residuos industriales y patogénicos, almacenamiento subterráneo de hidrocarburos líquidos, etc.
- Asimismo tratar de definir un rol integrado para los organismos de prevención y respuesta ante emergencias, de modo que actúen como un sistema. Si los distintos organismos públicos actúan en forma de compartimentos estancos, su efectividad se reducirá notablemente.
- Definición, publicación y actualización periódica de planes de contingencia sobre la mayor cantidad posible de eventos susceptibles de producir desastres: inundaciones, terremotos, accidentes químicos, epidemias, sequías, fallas en servicios públicos, etc.
- Un sistema de prevención requiere que la población reciba la más amplia información posible sobre los eventos que estén ocurriendo. Esa información debe estar formulada por técnicos y especialistas idóneos y en lenguaje accesible al gran público. Se requiere un trabajo educativo previo sobre la comunidad para que la población pueda utilizar adecuadamente la información que se le va a suministrar.
- Incorporación de la prevención de emergencias en la currícula educativa en sus diferentes niveles.
- Realización periódica de simulacros, tanto en el sector público como privado.
- Utilizar los mapas de riesgos como herramienta para la definición de áreas de gestión de la emergencia. Por ejemplo, en la asignación de espacios seguros para los actuales habitantes de las villas de emergencia ó las zonas de evacuación en caso de inundaciones.
- Atender la situación de la población más vulnerable ante cada evento de riesgo.
- Incluir las demandas locales, emergentes de una participación organizada de vecinos y organizaciones locales, en los procesos de construcción de las propuestas.
- Definir una estructura de control del cumplimiento de las obligaciones por parte de los respectivos actores sociales.
- Legislar sobre el voluntariado que trabaja en las catástrofes y emergencias.
- Contemplar la previsión del abastecimiento de alimentos, medicamentos e insumos en general y la existencia de albergues y refugios para evacuados e indigentes.
- Legislar con el fin de facilitar la circulación de insumos - de todo tipo -, ante una emergencia, ya sea que estos provengan de jurisdicciones nacionales ó del exterior (para lo cual hace falta una revisión del código aduanero) .
5º- La Comisión Especial tendrá un plazo de seis (6) meses, plazo que podrá extenderse por seis (6) meses más de llegar a ser consensuado por los presidentes de los Bloques, para cumplir sus funciones.
6º- El proyecto será considerado de autoría conjunta de los señores diputados miembros de dicha comisión Especial.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


En los últimos tiempos la sociedad ha cobrado conciencia de la necesidad de una eficaz política de prevención y respuesta ante situaciones de emergencia, tanto de las de origen natural como las de origen social. Sin embargo, la estructura del Estado no ha sido diseñada para responder a esta índole de situaciones, lo que crea problemas de difícil solución, que requieren de una normativa específica.
En el curso de los últimos tiempos, el planeta padeció catástrofes significativas que testimonian el grado de ineptitud y la flagrante ignorancia de quienes tienen la responsabilidad y están a cargo de los asuntos públicos en distintas naciones.
El tsunami en el golfo del Indico, los huracanes Katrina y Rita en el Golfo de México y el terremoto de Indonesia confirmaron con crudeza la carencia de prevención oficial. El tsunami puede haber tenido un efecto sorpresa comprensible. Sin embargo, después del tsunami de 1946 se había establecido un sistema de alerta y el de 1993 sirvió para reforzarlo. La experiencia no fue aplicada: ante el evento, la población no supo qué hacer y las autoridades no supieron decírselo.
En Argentina tenemos un significativo retraso en materia de estrategias de prevención y respuesta ante emergencias y desastres, lo que nos hace especialmente vulnerables ante cualquier contingencia desfavorable.
En nuestro país, continuamos con la concepción antigua que considera que la atención de las emergencias es un problema exclusivamente de los organismos especializados, tales como Defensa Civil pero, para los criterios modernos, se requiere de la participación de la sociedad entera bajo la conducción operativa de esos organismos especializados. Un cambio de enfoque que requiere de cambios institucionales significativos: la atomización de competencias entre diversos organismos públicos, la rigidez de un sistema presupuestario que no está pensado para atender gastos inesperados, la necesidad de generar conocimiento técnico sobre los desastres que puedan llegar a ocurrir y el modo de prevenirlos, son algunos de los aspectos de esta problemática.
Desde el punto de vista conceptual, tenemos que recordar que (a pesar de lo que afirmen algunos organismos internacionales) los desastres naturales no existen. Un desastre es la expresión social de un fenómeno natural. Un terremoto en un desierto no es un desastre: es sólo un evento natural. Los desbordes del río Reconquista pasaron a generar desastres sólo a partir del poblamiento de su valle de inundación, en las décadas de 1950 y 1960. Antes, eran sólo las crecidas de un río que atravesaba áreas rurales. En consecuencia, un evento desfavorable produce consecuencias diferentes en una sociedad desamparada que en una sociedad preparada para recibirlo y minimizar sus efectos.
Un aspecto significativo del problema es el distanciamiento entre científicos y políticos que hace que los decisores no lleguen a utilizar adecuadamente los conocimientos producidos por la sociedad. Tanto en el caso de la destrucción de Nueva Orleáns por el huracán Katrina como en la inundación de Santa Fe, se trató de situaciones prolijamente enunciadas con sus causas y consecuencias por los científicos, cuyas voces fueron desoídas.
En el caso del huracán Katrina, en el Golfo de México, la primera potencia del planeta -la que tendría que dar el ejemplo en materia de prevención y seguridad- evadió su lugar de nación rectora y no escuchó con la debida inteligencia las evidencias que provoca el calentamiento global que sus propios centros académicos se encargan de difundir cotidianamente.
El Fondo Mundial para la Naturaleza denuncia que es especialmente insostenible el consumo de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón). Las emisiones de gases de efecto invernadero que genera el transporte mundial aumentaron un 36 por ciento entre l990 y 2000. Lo peor de esto es que siguen creciendo. Ésta es, según la expresión unánime de los científicos, la irrefutable causa de la incesante multiplicación de huracanes en el ámbito del Caribe. La pertinaz emisión de gases diversos, entre ellos los provocados por el consumo irracional de hidrocarburos, provocan el calentamiento global y a su vez, el origen probado de esas emisiones se relaciona con la industrialización contaminante (sin límite) ejercida en forma habitual en los Estados Unidos. Esta nación al mismo tiempo persiste en no adherir a los tratados de Kyoto sobre la urgente necesidad de reducir la emisión de gases contaminantes.
Para la Argentina, el cambio climático significa la probabilidad de una mayor frecuencia de eventos extremos. Tanto las recientes inundaciones ocurridas en Salta y Tucumán como las sequías del Chaco, son apenas ejemplos de situaciones que se espera se repitan y agraven. ¿De qué modo se prepara Cuyo para un período de menores nevadas en la Cordillera y, por ende, de menores caudales en sus ríos? Tal vez los efectos de las sequías de 2006, con su secuela de pérdida de cientos de millares de cabezas de ganado, podrían haberse atenuado de haber funcionado como corresponde el aparato del Estado en materia de prevención de catástrofes. Seriamente, ¿qué les podemos decir ahora a los productores agropecuarios de nuestro dilatado territorio frente a la mencionada sequía que asoló vastas regiones del país durante el 2006? ¿Qué respuesta tenemos para los productores agropecuarios de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, La Rioja o La Pampa que vieron morir a su hacienda por cientos de millares? ¿Qué están haciendo las ciudades del Litoral para prevenirse ante la probabilidad de importantes inundaciones? ¿Quién está pensando en revisión de los respectivos Códigos de Construcción y de Planeamiento Urbano? ¿Sabemos cuál es la población de riesgo ante estos eventos? ¿Tenemos previsto cómo y a dónde llevar a la gente que deberá ser evacuada? ¿Qué vamos a hacer con los sectores más vulnerables?
Como si todo esto no fuera suficiente para promover el desarrollo de políticas de prevención, médicos de todo el planeta formulan insistentes conjeturas sobre una probable pandemia de gripe aviar que pone a prueba los sistemas y capacidades de los gobiernos para prevenir y atenuar sus consecuencias; sobre todo a partir de la alarma despertada por cientistas sociales que prevén que tal plaga desate una crisis política global.
El riesgo de emergencias sanitarias se potencia con el cambio climático: los vectores de diferentes enfermedades (desde el dengue hasta la leptospirosis) cambian su distribución geográfica y comienzan a afectar zonas y poblaciones donde antes eran desconocidos. Agreguemos que muchos de esos vectores son insectos, cuya rápida capacidad de mutación es conocida.
La consecuencia natural y lúcida de estas dolorosas experiencias que hemos enunciado, es una: prevenir y prevenir bien para el futuro. Es imprescindible sistematizar la asistencia a nuestros compatriotas desde el Estado, no sólo porque así lo dicta nuestra conciencia social sino por la convicción que en un día no muy lejano, si no hacemos nada, cargaremos sobre nuestra conciencia con la culpa por las víctimas que provoque algún accidente o catástrofe previsibles. Caerá, además, sobre cada uno de nosotros el justo repudio de la gente por no haber programado la adecuada reducción o prevención de daños.
Por eso, Señor Presidente, cabe preguntarnos hoy, en qué distrito municipal del país o en qué ciudad importante de la Argentina existe un adecuado mapa de riesgo actualizado, porque así lo aconsejan los técnicos en prevención y conocen de sobra los Defensores del Pueblo en cada ciudad importante del planeta. Sin mapas de riesgo: ¿Qué planes de contingencia tenemos preparados para cada distrito municipal de la República?
En cuanto a los accidentes, el flagelo no es menor. La Argentina tiene el triste record de encabezar la estadística de muertes por accidentes automovilísticos por carencia de una adecuada educación vial, de una adecuada señalización y u masivo consumo de alcohol y drogas. A este mal endémico al que nadie pone límites se sigue incrementando el parque automotor sin adecuar, como corresponde, las normas de transitabilidad en las rutas y en los centros urbanos. Es casi una noticia anual tomar conocimiento de accidentes que se producen en la excursión de fin de curso para estudiantes de todo el país. Después se comenta que los micros no estaban autorizados o tenían vencido el permiso. Pero los padres debieron enterrar a sus hijos y a ellos les queda la amargura inconsolable de la pérdida.
Esto parecería fuera de tema: la acumulación de pequeñas tragedias no genera un gran desastre. Sin embargo, la falta de una cultura de la seguridad crea las condiciones sociales para que ocurran los grandes desastres. Una sociedad que no respeta las vidas consideradas en forma individual tampoco lo hará con las vidas del conjunto.
El incendio de una discoteca con 194 víctimas fatales hizo que los responsables de cada comuna asumieran la responsabilidad de controlar, con el celo debido la autorización para el funcionamiento de locales nocturnos de entretenimiento donde todo estaba previsto, menos la seguridad de quienes solventan esos comercios. Sin embargo, ¿tiene que ocurrir un desastre equivalente en una escuela, una oficina pública o una fábrica, para descubrir que no existen planes de contingencia ni se hicieron simulacros de evacuación?
A esa desgracia histórica se suman accidentes como la rotura de un caño maestro de gas, en pleno barrio de Palermo, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En esa oportunidad, en el sanatorio de la Trinidad se confirmó que los médicos no tenían conocimiento adecuado para realizar la evacuación de los pacientes, en su mayoría niños recién nacidos y ancianos. Por otra parte, la empresa contratada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para realizar obras en las inmediaciones de un caño maestro del fluido gasífero, no retiró, antes de iniciar las obras, la documentación correspondiente al subsuelo de área, que daba cuenta de la existencia de ese conducto colocado en la década del 70 por la ex empresa estatal, Gas del Estado. En esta oportunidad, el azar jugó a favor de la gente y no hubo que lamentar víctimas. Insistimos sin embargo, que no fue la prevención la que evitó una catástrofe. Fue el azar. Y el Estado no puede depender de la suerte para la protección de sus ciudadanos.
Los vecinos aledaños a la cuenca Matanza-Riachuelo siguen padeciendo los efectos de la contaminación por incumplimiento de sus responsabilidades por funcionarios del Estado nacional, la provincia de Buenos Aires y el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La gente sigue enfermándose y ha tenido que llegar el problema a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que las cosas ingresen en el camino de las respuestas. Se trata de una población extremadamente vulnerable sobre la cual cualquier evento desfavorable puede generar un desastre de gran magnitud. Basta con señalar que no hay un plan de contingencia integrado ante un accidente químico en el Dock Sud.
UNA LEY QUE REQUIERE UN AMPLIO CONSENSO POLÍTICO
La situación es, en verdad, dramática. Algo tenemos que hacer y tenemos que hacerlo rápido y bien. En consecuencia, Señor Presidente, la prevención sistematizada de todo tipo de desastres y accidentes en el país se transforma en un mandato urgente e irrenunciable para cada uno de nosotros. Sabemos, además, que los desastres cobran sus primeras víctimas siempre entre los más pobres y necesitados de cada lugar.
Afrontar la redacción de una normativa como la que proponemos a esta H. Cámara requiere de un nivel de consenso mayor del que puede obtener cualquier bancada política por sí misma. Por eso estamos proponiendo la constitución de un equipo de trabajo que tenga en cuenta los puntos de vista de los especialistas de las distintas dependencias del Estado nacional, los estados provinciales y los municipales.
Además de las áreas de Defensa Civil, se requerirá de la Oficina de Prevención de Desastres Naturales de las Naciones Unidas y otras organizaciones no gubernamentales conexas (como, por ejemplo, Academias y Universidades, la Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, etc.) sus propuestas para la elaboración del correspondiente proyecto que, a la brevedad, se sancionará promoviendo que su aplicación se difunda de inmediato a cada rincón de la República, a partir de los diferentes niveles de enseñanza.
Implementar esta iniciativa requerirá asociar la defensa civil con técnicos especializados en accidentología, meteorología, fuerzas armadas y de seguridad, médicos sanitaristas, gerontólogos y pediatras, docentes, deportólogos, abogados, bomberos, comunicadores y organizaciones no gubernamentales dedicadas a la temática.
A título de ejemplo, podemos señalar que el Plan Metropolitano de Defensa Civil contempla las siguientes fases:
- Elementos y estrategias de las normas básicas de planificación
- Objetivos de la norma básica de planificación
- Fases de mitigación
- Diagnóstico y pronóstico de riesgos de desastre y de recursos
- Vigilancia y alerta
- Medidas preventivas o de mitigación
- Fase de coordinación operativa
- Organización para hacer frente al desastre
- Observación, evaluación e información de daños
- Comunicaciones
- Abastecimientos
- Salud
- Evaluación de las acciones
- Fases de rehabilitación y reconstrucción
- Divulgación y educación
- Ayuda nacional e internacional
- Legislación y asesoría legal
- Aspectos financieros
SE TRATA DE UNA LEY DE PRESUPUESTOS MÍNIMOS
El proyecto que proponemos es una Ley de Presupuestos Mínimos, en el marco del Art. 41 de la Constitución Nacional. Hemos dicho que los desastres no son naturales sino ambientales. "Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales", dice el Art. 41.
Los Presupuestos Mínimos "son institutos básicos comunes para todo el territorio nacional que son plenamente operativos y eficaces en cada provincia - y municipio -, a excepción que exista en la provincia - o municipio - una norma local que provea mejor, más ampliamente y en mayor grado a la tutela del ambiente (1) . Es decir, que estas leyes deben cumplirse en todo el territorio nacional, sin necesidad de una adhesión especial.
Los constituyentes consideraron que en virtud de la atribución de establecer "presupuestos mínimos de protección ambiental", se ejerce "competencia delegada a la Nación, la facultad de dictar leyes sustantivas, leyes generales que sean una especie del derecho ambiental común, de todos los argentinos para que a partir de estos principios se pueda luego legislar en las instancias provinciales" (2) .
Y en cuanto al contenido de este tipo de normas, hay consenso entre los tratadistas en la necesidad de una legislación ambiental básica, que rija en todo el país, en temas como el que ahora nos ocupa. "En nuestra opinión, el régimen de protección ambiental que básicamente debe establecer este tipo de normativa estatal nacional o federal, debe girar alrededor de la idea de la responsabilidad. Fijando pautas eficientes de precaución, prevención, recomposición, sanción indemnizatoria, represión, régimen penal, en defensa del medio ambiente, a cuyo fin, resulta necesario uniformar la legislación existente, para garantizar se logre el objetivo primordial de la delegación de competencias, que conforme surge del texto de la norma del artículo 41 CN, reviste carácter tuitivo" .
Con el acuerdo para la redacción de esta Ley, Señor Presidente, habremos cumplido en parte el mandato solidario que la ciudadanía expresó a partir del sufragio y confío que, en el curso de dos o tres generaciones, todos los argentinos, sin distinción de sectores, seamos solidarios y lúcidos para enfrentar los embates de lo imprevisible y actuemos con sabiduría frente a los accidentes a partir de la sanción de este ordenamiento institucional que hoy no tenemos.
Por todo lo antedicho elevo a la consideración de mis colegas el siguiente proyecto de resolución.-
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
DOGA, MARIA NELIDA BUENOS AIRES JUSTICIALISTA NACIONAL
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
ACCION SOCIAL Y SALUD PUBLICA (Primera Competencia)
PETICIONES, PODERES Y REGLAMENTO
Trámite
Cámara Movimiento Fecha Resultado
Diputados SOLICITUD DE SER ADHERENTE DE LA DIPUTADA TOMAZ (A SUS ANTECEDENTES) 06/06/2007
Diputados SOLICITUD DE SER ADHERENTE DEL DIPUTADO BAIGORRI (A SUS ANTECEDENTES) 06/06/2007