PROYECTO DE TP
Expediente 1425-D-2008
Sumario: SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO DISPONGA IMPLEMENTAR EN TODAS LAS JURISDICCIONES EDUCATIVAS ACTIVIDADES CONMEMORATIVAS AL RECORDARSE EL 19 DE ABRIL DE 2008 EL "DIA DE LA CONVIVENCIA EN LA DIVERSIDAD CULTURAL", FECHA DEL LEVANTAMIENTO DEL GHETTO DE VARSOVIA.
Fecha: 15/04/2008
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 25
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:
Solicitar al Ministerio de Educación
para que a través del Consejo Federal de Cultura y Educación, se proponga que en
todas las jurisdicciones educativas se presente y estimulen actividades
conmemorativas al recordarse el próximo 19 de abril, fecha del levantamiento del
ghetto de Varsovia, el "Día de la convivencia en la diversidad cultural"de acuerdo
a lo establecido por la Resolución N° 126/00 Consejo Federal de Cultura y
Educación.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Nadie desconoce la
importancia de educar en la memoria y la reflexión crítica sobre los hechos
históricos, especialmente de aquellos episodios de resistencia heroica de
un pueblo sometido por otra nación más poderosa cuyas acciones han sido
consideradas casi universalmente como crímenes aberrantes y que
constituyen para el derecho internacional delitos de lesa humanidad. Estas
prácticas pedagógicas, instituidas incluso en muchos calendarios escolares
jurisdiccionales, habilitan no sólo para el aprendizaje de la historia de otros
países sino también para la comprensión del tiempo presente y la
proyección prospectiva en nuestra propia Nación.
El levantamiento del ghetto
de Varsovia tuvo lugar en la Europa de hace más de 60 años. Muchas
cosas han cambiado en las sociedades que entonces protagonizaron estos
hechos. Sin embargo, la memoria sobre lo acontecido posibilita debatir,
dentro de las instituciones escolares, acerca de nuestra propia historia
nacional de las últimas décadas y de la de otros pueblos de América
Latina, en la que también ha tenido lugar genocidios y diversas acciones
de resistencia.
Por otra parte, el "Día de la
convivencia en la diversidad cultural", en el marco de los resientes
episodios categorizados en muchos medios de comunicación como
"violencia escolar", es una oportunidad para debatir la violencia que está
arraigada en la sociedad argentina y se expresa de diversas maneras, que
repercuten, por supuesto, en la escuela y en las culturas juveniles,
dificultando la convivencia dentro y fuera de las aulas. También es una
oportunidad para afianzar los valores de respeto por el otro y establecer
estrategias educativas para abordar los actuales problemas de convivencia,
discriminación y exclusión.
Los adultos hemos llegado
casi a naturalizar prácticas violentas y de avasallamiento de los otros,
como la violencia implícita en la injusticia de la pobreza y la indiferencia
por el otro; en las calles y en las rutas donde acontecen accidentes que
revelan la carencia de respeto por la vida propia y ajena de muchos
conductores; en reclamos sectoriales manifestados violentando derechos
de otros ciudadanos; en las canchas de fútbol; en muchos hogares
argentinos en los que se abusa de mujeres y niños, entre otras formas de
violencia social. Esto se vincula con la importancia de avanzar hacia una
sociedad que no sea la del Pensamiento Único, como pretende el
neoliberalismo, y que habilita a destruir y a excluir al diferente, ya sea que
las diferencias estén constituidas por cuestiones de origen étnico o
religioso (como en el caso del nazismo), de origen social o económico, de
origen lingüístico o de género, o de cualquier otra índole.
En este sentido es de
destacar la categoría de Educación Común incorporada en la Ley de
Educación Nacional, que significa que todos los habitantes de la Argentina
tienen el mismo derecho a la educación y que la diferencia es posterior,
que la diferencia implica más, no implica menos. En tal sentido, el
problema de la interculturalidad no es un problema de minorías, ni de
quienes no están en una educación urbana para clase media, sino que es
un problema de todos. Desde ya, lo es también de los adolescentes y de
los chicos de las ciudades, del conjunto de la población, ya que la
interculturalidad está cruzada por la cuestión de la justicia social y no
podemos pensarlo por fuera de la cuestión de la justicia social. Por ello es
necesario incorporar las áreas metropolitanas de confluencia y articulación
urbana y social, como objeto del diseño de políticas educativas articuladas,
asociadas y complementarias; asumir que la migración del campo a los
conglomerados urbanos, con la consiguiente transformación de identidad y
calidad de vida, como portadoras de las culturas de casi todas las
provincias argentinas y de los países vecinos, debe significar dentro de
nuestras aulas lazos de interculturalidad con lenguas y costumbres
diversas, poniendo en evidencia la riqueza que significa la complejidad y
diversidad de nuestra población educacional, antes que rechazarla en pos
de una uniformidad irreal y excluyente.
Esto supone, además, atender
las nuevas necesidades que presentan los chicos y jóvenes que migran por
distintas jurisdicciones periódicamente, motivados por las características
temporales y precarias del empleo propio o de sus familiares, así como
establecer acuerdos con los países latinoamericanos y en especial del
MERCOSUR, y de otros organismos de integración sudamericana que los
tiempos dicten, de manera coordinada con los convenios internacionales,
referidos a las cuestiones educativas vinculadas con las migraciones y los
intercambios lingüísticos, culturales y productivos.
La responsabilidad principal
de la educación es del Estado, como lo marcó la legislación argentina
desde las leyes fundadoras del sistema, pasando por los Pactos y
Convenciones internacionales de Derechos Humanos y como lo establece
la Ley Nacional 26.206. No existe ningún sujeto o institución social que
posea los recursos institucionales, económicos y la capacidad de síntesis
político- cultural necesarios para garantizar la educación articulada de
millones de niños, adolescentes, jóvenes y adultos en una sociedad plural.
Aquella responsabilidad principal no debe contradecir el reconocimiento y
respeto a la diversidad cultural y la libertad de enseñanza que están
grabadas en la Constitución Nacional y las articulaciones entre ambos
términos merecen ser consideradas con toda responsabilidad y pleno
respeto por las opiniones y demandas de las familias y los sectores
particulares de la comunidad dispuestos a sostener el carácter de bien
social de la educación.
Por lo expuesto, solicito a mis
pares, me acompañen con la aprobación de este proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
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PUIGGROS, ADRIANA VICTORIA | BUENOS AIRES | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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EDUCACION (Primera Competencia) |