La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su mas enérgico y categórico repudio por el asesinato del trabajador Carlos Fuentealba en ocasión de la protesta gremial organizada para reclamar mejoras salariales, por parte de los trabajadores docentes de la Provincia del Neuquén.

Hacer llegar a su esposa, hijos y familiares las condolencias y solidaridad, de los integrantes de esta Cámara de Diputados.

Manifestar el repudio y la preocupación de este Honorable Cuerpo por actitudes tendientes a cercenar con represión, el derecho constitucional de los trabajadores organizados a reclamar y peticionar, como asimismo, repudiar la posibilidad de instalar en nuestro país la represión como metodología de resolución de los conflictos sociales.

Señor presidente:

La Constitución de la Nación Argentina establece con claridad en sus artículos 14 y 14 bis. La categoría de derechos constitucionales, a los derechos de los trabajadores.

Grande fue el estupor primero ante las imágenes de la salvaje represión desatada por parte de las fuerzas policiales contra los trabajadores docentes de Neuquén, en una clara emboscada represiva. Más grande fue aun el dolor de todos los argentinos cuando producto de la represión un joven docente neuquino moría víctima de un accionar, que todos los argentinos creíamos superado.

Sr. Presidente, las luchas obreras de fines del siglo XIX, hasta mediados del siglo XX, jalonaron con la sangre de muchos trabajadores. En nuestro país y en el mundo, los derechos de los trabajadores, el compromiso social fue tan importante para dejar atrás las salvajes matanzas de trabajadores, que en prácticamente todo el mundo, y fundamentalmente nuestro país, comprometió en su Constitución, Leyes Especiales y Convenciones Internacionales los Derechos de los Tabajadores.

El equilibrio social necesita de manera contundente de la posibilidad que los actores del trabajo puedan cumplir acabadamente con su rol. El sindicato es uno de los Institutos del Trabajo fundamentales, que dota precisamente a la relación entre el capital y el trabajo de ese equilibrio tan necesario.

Y esto es tan real, que durante la época de la negra dictadura de nuestro país, los nombres de delegados y dirigentes sindicales abonaron la larga lista del "Nunca Más".

Hoy, uno de lo grandes debates pendientes en nuestra sociedad, es la distribución de la riqueza; para este debate es necesario un sindicalismo pleno, activo, militante.

Grande será el error de los argentinos si creemos que esa ansiada distribución será producto de una sola decisión, o sera producto de la filantropia del capital.

Por esto es que nuestro repudio a la muerte de este trabajador neuquino, delegado gremial, deberá ser lo suficientemente contundente como claro debera ser nuestro mensaje.