El Senado y Cámara de Diputados...

DECLARACION DE MONUMENTO HISTORICO NACIONAL AL HOSPITAL INDEPENDENCIA DE LA CIUDAD DE

SANTIAGO DEL ESTERO

Artículo 1°: Declárase monumento histórico nacional al edificio que ocupa el Hospital Independencia, ubicado en Av. Manuel Belgrano Norte N° 660, de la ciudad de Santiago del Estero

Artículo 2°: A los fines dispuestos en el artículo 1º, este bien queda amparado por las disposiciones de las leyes 12.665 (modificada por la ley 24.252) y 25.197 sobre patrimonio nacional.

Artículo 3º: La Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos inscribirá en el Registro Nacional de Bienes Históricos e Históricos Artísticos el monumento declarado en el artículo 1º de la presente ley con la referencia: "Monumento histórico nacional: edificio del Hospital Independencia, de la ciudad de Santiago del Estero"

Artículo 4°: De forma

Señor presidente:

La noción de monumento histórico surge de la necesidad de marcar lo público, de lo que no lo es. Esto sería, diferenciar lo que socialmente es posible patrimonializar de lo que es naturalmente inapropiable, por su sola condición de natural, de salvaje en el sentido más pleno.

La aplicación de dicha noción a los monumentos de todo el mundo, está vinculada a la idea de preservación de valorización, es por ello, que también debemos poner a consideración la obra fundamental del Dr. Antenor Álvarez, como médico sanitarista y precursor de cambios trascendentales a nivel social, quien ha dejado su legado a través de la obra de construcción del Hospital Independencia en la ciudad capital de la provincia.

En este sentido, cuando un monumento se convierte en patrimonio de todos los habitantes de aquella sociedad que intenta explicar a través de él, aquel pasado en relación al presente, estamos en condiciones de hablar de patrimonialización, del pasaje de un ámbito privado o restringido a lo público. Dicho pasaje se ha experimentado en los sucesivos períodos históricos desde la antigüedad griega, pasando por el Renacimiento hasta los grandes momentos de crisis institucionales o políticas, como sería el caso de la Revolución francesa, y por último este tiempo presente

En esta nueva apropiación del pasado, el patrimonio esta ligado a la memoria y ambos términos son vectores de la identidad, identidad que sin lugar a dudas se quiere recuperar, exhumar, preservar, e incluso descubrir.

Bajo esta mirada, creemos necesario poner en cuestión esa memoria reflotando, lo histórico para volver a construir una identidad determinada. Es por ello que, el Dr. Antenor Álvarez, en el momento de la colocación de la piedra fundamental del Hospital Independencia, hacia 1916, remarcaba la necesidad de poner a la provincia en la órbita que imponía el progreso de principios de siglo, en el cual la inmigración era un elemento fundamental, como así también las industrias, la agricultura que se iba posicionando próspera, el comercio, y todos los factores de principios de siglo que se encontraban en los discursos positivistas de la época.

La provincia para 1916 no poseía establecimientos adecuados para la atención de los enfermos, quienes día a día se sumaban por las diferentes enfermedades y epidemias que acosaban a la provincia como lo fue el caso de la fiebre amarilla para principios de siglo.

En relación a este contexto, se presentaron dos proyectos en la cámara de diputados, el primero se convierte en ley en el año 1905, pero por cuestiones burocráticas caducó. No obstante, el Dr. Antenor Álvarez, insistió en dicha dirección y presentó un nuevo proyecto de ley en 1909 en el cual finalmente no sólo se convierte en ley, sino también se logra su concreción.

Hacia 1910, año del centenario, en el cual se realizaron numerosas obras públicas en todo el territorio de la República, se acepta la propuesta de los Ingenieros Molina Civit, y Giré, en el cual se había proyectado un Hospital con capacidad para 250 enfermos, acorde a los requerimientos en materia de infraestructura hospitalaria.

De esta manera, desde un discurso imbuido de cientificismo y positivismo de la época, comienza la construcción de un hospital acorde a las necesidades de la gente, y se inaugura un espacio adecuado para una mejor calidad de vida.

Por ello es el momento de patrimonializar dicho inmueble y hacerlo propio de la sociedad santiagueña y de todo aquél, que quiera apreciar esta obra arquitectónica, y quien quiera conocer la memoria de un pueblo.