La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su preocupación por la grave situación originada por la destrucción sistemática de los bosques nativos de nuestro país, como consecuencia de la tala y el desmonte indiscriminados y su impacto negativo en el medio ambiente.

Señor presidente:

Según el Primer Inventario Nacional de Bosques Nativos, dado a conocer por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación en el año 2002, los argentinos hemos perdido ya las dos terceras partes de nuestro patrimonio forestal originario, con lo que hoy solamente un doce por ciento de nuestro territorio continental puede ser llamado bosque, cuando supimos tener más del treinta por ciento.

El primer censo forestal, que data de 1914, reveló que quedaban 105.888.400 ha. En 1956, esta superficie se redujo a 59.240.000 ha. (perdiendo en dicho período 46.648.400 ha., a un ritmo promedio de 1.110.676 ha/año).

En la actualidad, como consecuencia de la destrucción sistemática del bosque a través de la tala y el desmonte indiscriminado, quedan sólo 33.190.442 hectáreas de bosques nativos en pie.

En los últimos años, la principal causa de pérdida de superficie de bosques nativos en nuestro país ha sido el avance de la frontera agropecuaria, es decir el desmonte para agricultura y en menor medida para ganadería. Desde hace más de una década el cultivo de soja es la mayor causa de eliminación de bosques nativos, debido a los precios internacionales favorables, la infraestructura de transporte y portuaria, y nuevas semillas mejoradas junto con un paquete de insumos intensivos.

El impacto que provoca el desmonte tiene carácter irreversible: Si continúa la destrucción de los bosques nativos irremediablemente se extenderán los desiertos en el territorio de la República Argentina, donde las zonas áridas y semiáridas ocupan ya el 75 % del mismo y amenazan con expandirse debido a la reducción de la superficie forestal natural.

El futuro de los bosques naturales dependerá de la integridad y estabilidad de los recursos forestales en general, tanto desde el punto de vista de su extensión como de su diversidad para beneficio de las comunidades que viven allí y para la sociedad en su conjunto.

Ante el grave impacto ambiental que sufre el territorio nacional ante el desmonte irracional e indiscriminado de los bosques nativos, entiendo que este Honorable Congreso tiene el deber de pronunciarse sobre esta materia, cumpliendo así con el mandato que le fuera conferido en la Carta Magna.

Por los motivos aquí expuestos es que solicito a mis colegas legisladores, apoyar, con su voto, este proyecto.