La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su más profundo pesar por el fallecimiento del historiador Oscar Terán, quien ocupó un lugar destacado en el debate intelectual argentino con posterioridad a 1983.

Señor presidente:

El 21 de marzo del corriente año falleció el historiador Oscar Terán, quien con creatividad y agudeza se ocupó de las historia de las ideas en nuestro país e introdujo la obra de Michel Foucault. Asimismo, releyó con originalidad a personalidades intelectuales de la talla de Alberdi, Sarmiento, José Ingenieros y Aníbal Ponce, entre otros.

Uno de sus primeros mentores fue el historiador José Luis Romero. Durante la década de 1960, Oscar Terán militó en diferentes vertientes del marxismo, acercándose en los años 80 - época en la cual el marxismo hacía crisis en Europa- a los planteos socialdemócratas del alfonsinismo. Procedió a analizar el rol de la izquierda y la dinámica de la violencia que habían copado la política y el pensamiento local durante las décadas del 60 y 70 también suscitó su interés, lo cual se vio reflejado en su participación en numerosos debates y conferencias.

Luego del golpe de 1976 tomó la decisión de exiliarse, en primer término a Madrid y con posterioridad a México. En este último país realizó estudios de filosofía y se dedicó a la docencia. Junto a Murmis, Portantiero, Num y otros intelectuales argentinos, repensaría su adhesión al marxismo y a la revolución cubana. Sus palabras pronunciadas durante el exilio dan prueba de ello: "El exilio me permite retomar plenamente las viejas pasiones intelectuales".

Regresa a Argentina con la vuelta de la democracia en 1983, fundando un año más tarde junto a Beatriz Sarlo, Portantiero y Num el Club de Cultura Socialista. Integró asimismo el consejo directivo de la revista "Punto de Vista".

De una destacada tarea literaria, entre sus obras caben resaltar: "Nuestros años sesentas" (1983), en la cual procede al análisis de la cultura en la Argentina desde el derrocamiento de J. Domingo Perón en 1955 hasta la caída de Arturo Illía en 1966 ; "En busca de la ideología argentina" (1986); "Las palabras ausentes: para leer los Póstumos de Alberdi" (2004).

Toda su obra se guió por una pregunta que se halla en el centro del ensayo histórico argentino, desde el Facundo de Sarmiento hasta la actualidad: "¿Por qué nos pasó lo que nos pasó?. La respuesta a dicho cuestionamiento se puede resumir en el aforismo que dejó en una entrevista concedida en el año 2000, donde manifestó "No siempre se puede pensar lo que uno quiere pensar".

Como mencionara su colega Beatriz Sarlo, su ironía fue el instrumento perfecto para las ideas que lo ocupó desde fines de los años setenta. Ni desconfiaba del todo de los discursos ni les creía del todo; se colocaba frente a las ideas y las ideologías como alguien que respeta su objeto y, al mismo tiempo sospecha. De igual modo, Beatriz Sarlo destaca que el coraje fue un rasgo de su personalidad. Le atraían los difíciles y grandes temas, los cuales ponían a prueba su implicación subjetiva y su oficio académico.

Se desempeñó como docente de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad de de Quilmes, fue investigador principal del CONICET, obteniendo en el año 2006 el Premio de Ensayo Ricardo Rojas por su obra "De utopías, catástrofes y esperanzas". Un año más tarde, publicó "Para leer el Facundo", en el cual se ocupa de la recepción de esta obra clásica de Sarmiento y la contextualiza.

Por todo lo expuesto, solicito a mis pares me acompañen, con la aprobación del presente Proyecto de Resolución.