La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Dirigirse al Poder Ejecutivo para que brinde información sobre la situación económica financiera de las Provincias, a saber:

1. A cuanto ascenderá este año el déficit financiero de las provincias previsto por el Gobierno

2. A cuanto alcanzará el superávit primario según las estimaciones realizadas en base a los datos de cada distrito.

3. Previsiones de profundización del déficit fiscal y de incremento de las necesidades de financiamiento que tiene previsto el gobierno

4. Cumplimiento con la ley de Responsabilidad Fiscal por los estados provinciales, detallando el estado de cada uno

5. Informar si se han previsto reformas administrativas de alguna significación en las provincias, para salvar las dificultades de cierres presupuestarios o sólo intentan resolverse mediante aumentos de impuestos

6. Detallar si el gobierno considera que la situación fiscal de las provincias podrían hacer peligrar el superávit primario consolidado (Nación y Provincias) de cara a los próximos años y en este caso previsiones que se adoptarían

7. El año pasado, tras el pago de intereses, las provincias quedaron con un déficit de 436 millones, sin financiamiento casi en el total de las amortizaciones. El faltante debió ser atendido con excedentes anteriores; con nuevo endeudamiento bajo el programa de asistencia financiera (PAF) concertado con la Nación, como también a través de colocaciones de deuda en los mercados internacionales. ¿En el año 2007 se implementará otra política?

8. Informar si se implementará en el 2007 una nueva Ley de Coparticipación Federal de Impuestos o se continuará con el sistema de transferencias a las provincias para amortiguar su déficits, mediante compensación por ser la coparticipación federal insuficiente y requerirse por lo tanto aportes del Tesoro y otras transferencias,

9. Detallar montos que tiene previsto el gobierno para las transferencias a las cajas jubilatorias provinciales y el Fondo de Incentivo Docente, que las provincias reciben del presupuesto de la administración central.

Señor presidente:

El déficit financiero de las provincias ascenderá este año a 2.600 millones de pesos, tras cerrar el ejercicio 2006 en 436 millones de pesos, En tanto, el superávit primario habría cerrado 2006 en 2.100 millones de pesos, mientras que a fines de este año alcanzaría los 408 millones de pesos, de acuerdo con un estudio realizado sobre presupuestos provinciales aprobados por las legislaturas locales, Las tres cuartas partes del déficit total previsto por los 17 presupuestos convertidos en ley y los 7 restantes en aprobación.

Estas previsiones de profundización del déficit fiscal y de incremento de las necesidades de financiamiento, se cumplirían "de no mediar cambios de política económica y tributaria

Aún cuando los estados provinciales logren cumplir con la ley de Responsabilidad Fiscal, se torna "incierta" la posibilidad de respetar un esquema que permita una sustentabilidad de mediano y largo plazo, hay dos elementos básicos que podrían variar el déficit estimado: la ausencia de previsiones presupuestarias para eventuales aumentos salariales, y los recursos nacionales que cada gobierno estima recibir del Estado federal

Son pocas las provincias que han cumplido con la ley de responsabilidad fiscal en cuanto dispone que el gasto no debe crecer nominalmente más que su Producto Bruto. El gobierno nacional tampoco la ha cumplido: el empleo público en todo el país ha crecido más del 6 por ciento en los últimos 18 meses.

Se siguen incrementando las plantas contratadas, las que periódica y recurrentemente son transferidas a las estructuras permanentes. No hay reformas administrativas de alguna significación en las provincias. Las dificultades de cierres presupuestarios sólo intentan resolverse mediante aumentos de impuestos que, como se ha visto, no son fáciles de lograr incluso a pesar de la reactivación económica.

Se hace por lo tanto imprescindible comenzar a trabajar estructuralmente sobre los gobiernos provinciales. Sólo una tarea seria y persistente, encarada a tiempo, cuando aún se mantiene un cuadro fiscal manejable en el conjunto del sector público, permitirá evitar dificultades que serán más difíciles de solucionar cuando la situación sea menos promisoria.

Las jurisdicciones del interior no replican el éxito recaudatorio de la Nación ni tampoco el resultado favorable de sus cuentas. Por el contrario, este año volverán a registrar déficit en conjunto.

El desempeño de las finanzas provinciales viene en retroceso, hecho que se evidencia observando la estadística: por ejemplo, mientras que en 2005 el conjunto de las provincias obtuvo un superávit primario de alrededor de 1% de su producto, al cierre del 2006 el excedente sea prácticamente mínimo, acercándose a cero.

La situación fiscal de las provincias podrían hacer peligrar el superávit primario consolidado (Nación y Provincias) de cara a los próximos años.

Mientras los ingresos crecen a menor ritmo producto de un sistema tributario que se mantuvo casi inalterable desde 2002, las provincias deben afrontar un stock de deuda cada vez mayor: en 2006 se elevó a 81.900 millones, un 4% superior a 2005. Un dato: la Nación es el principal acreedor de las provincias, en un 70 por ciento.

Las provincias estuvieron obligadas a afrontar las recomposiciones salariales que se dispusieron a nivel nacional, como también las exigencias que les marcó la ley de financiamiento educativo. Además, desde hace una década deben hacerse cargo de los servicios que les traspasó la Nación (salud, educación y seguridad).

El componente salarial es el que más pesa en el gasto de las provincias. Así, si la recomposición salarial del 19% dispuesta durante 2006 dejó exhaustas a las arcas provinciales, 2007 presenta un cuadro más complejo, pues los nuevos reclamos gremiales parten de un 20 por ciento de aumento. El año pasado, tras el pago de intereses, las provincias quedaron con un déficit de 436 millones, sin financiamiento casi en el total de las amortizaciones. El faltante debió ser atendido con excedentes anteriores; con nuevo endeudamiento bajo el programa de asistencia financiera (PAF) concertado con la Nación, como también a través de colocaciones de deuda en los mercados internacionales.

Contabilizando los intereses de la deuda, las provincias están en déficit. ¿Por qué sucede esto? Según un informe de Delphos Investment, los gastos corrientes (principalmente sueldos) tienen cada vez más peso en el total de las erogaciones. Incluso, los gastos en personal pasaron de representar el 70% de los gastos corrientes en 2004, superan el 75% en la actualidad.

El deterioro sobre las cuentas consolidadas de las provincias ya es palpable pero, como en todo grupo, no afecta a todas por igual. Hay mejores y peores posicionadas. Más allá de explicitar la división entre las provincias bien y mal administradas, con mayores o menores recursos y su utilización, se desprenden algunas conclusiones que hacen al panorama general del país para todo 2007.

La disímil performance que se observa entre la Nación -que cerró 2006 con un superávit primario de 3,7% del PBI- , suficiente para pagar los intereses de la deuda pública y, además, dejar un excedente para cancelar vencimientos de capital. Para las provincias estaría explicada en un hecho insoslayable: que el Estado recauda impuestos acusados de "distorsivos", que no reparte, porque no son coparticipables. Así, el tremendo éxito de caja de la administración nacional no se traduce proporcionalmente en las jurisdicciones del interior.

Principalmente, las retenciones a las exportaciones, el impuesto al cheque y los aportes al sistema de seguridad social, que representan más del 35% de la recaudación a nivel nacional. La combinación de incrementos acotados en la recaudación, producto de la gran cantidad de impuestos no coparticipables, en conjunto con un aumento sustantivo en los egresos genera para este año y el próximo, expectativas desalentadoras en cuanto al resultado fiscal provincial.

El modelo fiscal vigente en el nivel nacional se ha apoyado en la importante recaudación de derechos de exportación, conocidos como "retenciones". El sostenimiento de un dólar alto y el fuerte aumento de los precios internacionales de nuestros principales productos exportables hicieron posible incorporar y mantener estos tributos. Las retenciones, así como el gravamen a las transacciones financieras más conocido como impuesto al cheque, no son coparticipados con las provincias. Así, con el tiempo, éstas han comenzado a encontrar dificultades mientras el gobierno nacional aún goza de holgura fiscal.

La compensación mediante la coparticipación federal es insuficiente y se requieren por lo tanto aportes del Tesoro y otras transferencias que se manejan discrecionalmente y, en general, con criterios políticos o electorales.

El rubro con más peso son las transferencias a las provincias, que suman para este año 10.994 millones de pesos. Pese a que se excluyen de ese monto los fondos de la coparticipación, las transferencias a las cajas jubilatorias provinciales y el Fondo de Incentivo Docente, las provincias reciben por esta vía un 11% del presupuesto de la administración central. Entre estos millones, está el dinero con el que subsidian las políticas de viviendas como el Fondo Nacional de la Vivienda (Fonavi) o los planes de viviendas.

Otro capítulo merece el crecimiento de la deuda del conjunto de las provincias, que rondará en 2006 el 9%, siendo la provincia de Buenos Aires la gran protagonista del aumento.

El servicio de la deuda provincial - entre intereses y amortizaciones- sería de $ 6.700 millones en 2007 ($ 500 millones más que en 2006). De todas formas, el 70% del total de los pasivos provinciales son adeudados a la Nación, que en septiembre pasado eliminó el ajuste por CER para alivianar la carga de la deuda. Además de los indicadores vinculados a la situación fiscal, la competitividad de las distintas economías regionales y el desarrollo de su infraestructura, los analistas de la otorgan una alta ponderación a los indicadores sociales, incluyendo los delitos San Luis, Santa Cruz y Ciudad de Buenos Aires han sido los que tienen mejores indicadores.

San Luis debido a que muestra excelentes indicadores fiscales y de solvencia.

Santa Cruz porque ostenta buenos números en general amén de los fuertes ingresos que implica ser una provincia petrolera, "aunque no logra mejoras sustanciales en infraestructura"; y Ciudad de Buenos Aires debido a su mejor performance en cuanto a la competitividad ya que, a pesar de ser el distrito con mayores recursos del país, la eficiencia fiscal no es una fortaleza. El resultado operativo de sus cuentas, que lejos de ser superavitarias tienden al rojo, así lo reflejan La Rioja gracias a una mejora en la situación social y de competitividad ha superado anteriores ejercicios. La contracara son Jujuy, Formosa (la de peor solvencia fiscal), Chaco (peor desarrollo), Catamarca (última en infraestructura) y Río Negro, que pertenecen al denominado "down five".

Podría ser factible un aumento generalizado de las erogaciones corrientes en los presupuestos provinciales. Teniendo en cuenta que es un año electoral, se reducirán aún más los superávit primarios, en sintonía con la tendencia observada en los últimos años

Las provincias que están mejor posicionadas de cara al 2007, según estadísticas confiables, fueron aumentadas sus perspectivas positivas, son Neuquén, San Luis y Tierra del Fuego. Estas pasaron de la calificación "neutral" a "positiva". Y entre las que perdieron posiciones se encuentra Córdoba (pasó de positiva a neutral) y Tucumán (de neutral a negativa). Esta última, debido a que los indicadores sociales siguen sin recuperarse.

De un total de 24 provincias sólo las tres mencionadas más arriba vieron modificarse positivamente sus perspectivas de cara al año próximo. De esta forma, 20 provincias mantienen el estatus que ya mostraban anteriormente.

Buenos Aires sigue siendo el escenario más complicado, cuando se habla de que las provincias están dejando de tener superávit y se acercan al rojo fiscal, las miradas recaen sobre la provincia. Sucede que el peso de Buenos Aires es notable en la economía del país: genera el 32% del valor agregado nacional y tiene establecida la mayor parte de la producción: su Producto Bruto Geográfico alcanza a los $ 197 mil millones. Las dudas acerca de las cuentas fiscales de Buenos Aires quedan evidenciadas en algunos hechos. Salió a emitir deuda, amplió durante el ejercicio 2006 el presupuesto en $ 1.455 millones (77%, para aumento de gasto en personal) e intentó sin éxito aumentar los impuestos a los contribuyentes cuyos patrimonios superen los 500 mil pesos. Buenos Aires cerraría 2006 con un déficit financiero de alrededor de $ 1.100 millones y se prevé un rojo mayor del orden de los $ 1.600 millones en 2007 ya que el Senado frustró la posibilidad de disminuirlo con mayor presión impositiva. Sobre el total coparticipable, Buenos Aires pasó de recibir el 21,3% en 2005 a 20% este año, a pesar de que la recaudación de la Nación creció 25%. Otro dato es que hay fuertes vencimientos de deuda, aunque el 60% del pasivo es adeudado a la Nación.

Debido a la crítica situación financiera provincial, Buenos Aires deba salir a tomar U$S 300 MM de urgencia No es la única provincia que deberá salir a endeudarse: también ocurre lo mismo con Neuquén, que emitiría U$S 250 MM, y con Mendoza, que tomaría U$S 500 MM.

El Fondo de Desarrollo Provincial, cuyo manejo sirve para docilizar a gobernadores e intendentes, contará con $ 1362 MM (a lo que se suman las partidas de que dispondrá el ministerio de Infraestructura para obras en las provincias y municipios).

Se solicita a los señores legisladores la aprobación del presente proyecto, dado el interés sobre la situación de las provincias durante el año 2007.