La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo derogue la Resoluciòn Nº 114/2006 del Ministerio de Economía y Producción.

Señor presidente:

Para la administración Kirchner, el sector agropecuario es ante todo un generador de recursos fiscales. Creo que no hay una visión política, social o incluso productiva. Por esta razón las retenciones terminan constituyendo el eje de la política hacia el sector.

A pesar de los sucesivos reclamos, no solo de los actores principales, los productores agropecuarios, verdaderos constructores con su esfuerzo del andamiaje que hizo posible amortiguar la crisis mas profunda que azotò a nuestro pueblo luego de los tristes años de entrega de nuestro patrimonio nacional, allì por los años 90,sino tambien de muchos legisladores y referentes polìticos que alzaron su voz para reclamar contra una verdadera injusticia como son las mencionadas retenciones que despojan a los productores del fruto de su esfuerzo personal, el gobierno se mantiene incòlumne y, en una actitud despreciativa, hace oìdos sordos al reclamo, sin siquiera escuchar propuestas alternativas del sector.

Hoy el agro tiene menor capacidad de lobby o influencia política que los demás sectores empresarios. Ello no es nuevo y, entre otras causas tiene relación con la falta de unidad de acción.

El Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas, que agrupa al 80 por ciento de las industrias del sector, teme que a partir de las medidas implementadas por el Ministerio de Economía y Producción, impidiendo las exportaciones de carnes, comiencen los cierres sucesivos de plantas y los despidos masivos de trabajadores. Con esta suspensión, la exportación de carnes es inviable, y con el paso de los días las plantas van a empezar a cerrar. Es muy difícil entender cómo un gobierno puede no permitirle a un sector exportar, con todo lo que eso representa para el empleo y la imagen del país en el exterior. Ademàs,l con este tipo de medidas entramos en una zona de riesgo ante la comunidad de naciones, donde se pone de manifiesto en forma explìcita una alta "inseguridad jurìdica" por parte de nuestro paìs, hecho que nos acarrearà inconvenientes severos en el futuro cercano.

Lla suspensión de los embarques de carne impactará directamente en el empleo de unos 10.000 trabajadores, sobre todo en el Gran Buenos Aires y en Rosario.

Esta incorrecta medida cortarà de raíz el fenómeno de las nuevas inversiones externas, casi histórico, que había comenzado el año pasado en el sector frigorífico. Empresas como Cargill y la brasileña Friboi adquirieron firmas argentinas por montos millonarios. Oliva Funes cerró el año pasado la venta de Swift a Friboi por unos 200 millones de dólares.

La suspensión de las exportaciones por seis meses implicará pérdidas por 585 millones de dólares. A esto hay que sumarle la destrucción de la imagen de nuestro país como un productor y exportador previsible y confiable con un daño incalculable.

En la batalla contra la inflación, el Gobierno hasta ahora utilizó a la industria exportadora de carnes como variable de ajuste a pesar de que sólo influye sobre el 20% de la producción total de carnes. En rigor, según analistas del sector, las causas de los aumentos responden a una demanda interna que no afloja por el mayor poder adquisitivo de la población y las limitaciones en el peso de faena de la hacienda (280 kilos) dispuesta por el Gobierno, que implicaron el retiro de unas 120.000 cabezas de ganado del mercado, medida que ha demostrado ser desacertada, no por la medida en sì misma que pareciera lògica, sino por el momento equivocado en que se tomò.

Estas medidas son de corto plazo y no resuelven el problema de fondo, que es la escasez de ganado vacuno.

En tanto, algunas entidades del agro amenazaron con presentar medidas judiciales contra la prohibición a las exportaciones.

Es imprescindible, por lo tanto, derogar este tipo de medidas, y estudiar en forma inmediata la manera de revertir el fenómeno que se està produciendo.No hay ninguna duda que necesitamos aumentar el stock ganadero y esto solo se logra con medidas planificadas, con importante sostén tècnico y para ello contamos sin ninguna duda con el material humano necesario en los distintos estamentos.Nuestros profesionales en la materia estàn a la altura de los mejores del mundo y hay que ponerlos a trabajar.

No creo que la demagogia conduzca a nada. Los enfrentamientos entre sectores de nuestra sociedad deben ser cosa del pasado. No se puede admitir bajo ningún pretexto enfrentar a la población con los sectores productivos, tan necesarios a la hora de avanzar hacia un paìs con justicia l. Todos debemos "remar" en la misma direcciòn, evitar situaciones enfrentadas que en el pasado demostraron pocos resultados, no incentivar a violentos que pueden aprovechar situaciones de tensiòn para llevar "agua para su molino". Esta " película" ya la vimos los argentinos, y, en razòn a la verdad, nos fuè muy mal. Aprendamos de nuestro errores del pasado, y tambièn tengamos la humildad de observar a aquellos paìses que resolvieron crisis como esta que nos ocupa, para aprender que la producción debe ir de la mano con el crecimiento.

Por lo expuesto es necesario por lo tanto dar curso a este proyecto de ley que revertirà nuestra imagen ante el mundo, pues los compromisos de contratos tanto pùblicos como privados deben cumplirse, y es obligación de todo gobierno hacerlo, y, de existir inconvenientes internos que los obstaculizan, dar soluciones inteligentes que resguarden nuestra seriedad como paìs.

Por todo ello, Sr Presidente, es que solicito la aprobación del presente proyecto.