El Senado y Cámara de Diputados...

Art. 1: Modifíquese el artículo 8º de la Ley Nº 26.352, el que quedará redactado de la siguiente manera:

Inc. d) Conformar su estructura organizativa, seleccionar su personal con un criterio de excelencia.

Inc. e) Concebir e implementar acciones, programas y mecanismos de educación, formación profesional continua y capacitación del personal, en el marco de los principios de la Ley 26.206 y 26.058, tendiente a garantizar la terminalidad de los Niveles de la educación formal, la prosecución de estudios así como la acreditación y certificación de los saberes socialmente productivos, en forma articulada con el ministerio de educación, el sistema de Educación Superior, los sindicatos, empresas y otras organizaciones de la sociedad civil.

Art. 2: De forma

Señor presidente:

El presente proyecto tiene como objeto ampliar el derecho a la educación para los trabajadores ferroviarios comprendidos en esta ley más allá de la capacitación ya establecida en la misma.

En las últimas décadas, por diversas y complejas causas que no es posible desarrollar aquí, se han ido desarticulando las relaciones entre la producción, la transmisión de saberes y el desarrollo social y económico de nuestro país. Frente a este panorama, es necesario avanzar hacia la reconstrucción de la cultura del trabajo, una cultura que si bien ha sido duramente golpeada, permanece viva y es en gran medida responsable del crecimiento económico que, afortunadamente, nuestro país está transitando, de lo cual dan testimonio los propios trabajadores del sector que han venido desarrollado, a lo largo de su larga y rica historia sindical, diversas acciones en este sentido.

Por ello resulta necesario que estos saberes sean reconocidos y valorizados, así como también establecer los dispositivos de acreditación pertinentes, en especial para aquellos trabajadores que han tenido menos oportunidades de acceso a una trayectoria regular del sistema escolar. Por otra parte, también es imperativo favorecer la prosecución de estudios formales de todos los Niveles educativos para estos trabajadores, de manera articulada con el Ministerio de Educación, el sistema de Educación Superior, los sindicatos, empresas y otras organizaciones de la sociedad civil.

Sin embargo, este reconocimiento y acreditación por parte del sistema educativo del trabajo productivo como creador de saberes valiosos constituye no sólo un acto de justicia hacia los trabajadores sino que además colabora con el enriquecimiento de la cultura y de los propios saberes escolares. Por otra parte, aún hoy las credenciales del sistema educativo en sus distintos niveles y modalidades son las requeridas para el ingreso al mercado de empleo y el mejoramiento de la calidad de vida de los trabajadores y sus familias.

Nuestro país se encuentra en un momento de expansión y en los próximos años, posiblemente, seremos partícipes de nuevas y potentes transformaciones, producto, entre otras cuestiones, de la reintegración de empresas de servicios públicos al tejido productivo así como la tecnificación de diversas actividades, que requerirán de nuevos perfiles laborales y profesionales como también de muchos oficios que se han ido perdiendo en las décadas de aplicación del modelo neoliberal. La vinculación entre el mundo laboral y la educación no debe limitarse al objetivo de la empleabilidad, sino a formar ciudadanos libres y capaces de construir sus propias trayectorias laborales y nuevas realidades, en un mundo en constante cambio.

Por último, consideramos necesario que en cada hogar argentino haya al menos un adulto con un trabajo reconocido y un salario digno. La defensa de los trabajadores y del empleo digno es un fundamento de la cultura política a la cual debe contribuir una cultura educativa que extienda la valorización de la cultura del trabajo y de la integridad de la educación del trabajador.