PROYECTO DE TP
Expediente 1268-D-2015
Sumario: SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO DISPONGA LA RENUNCIA INMEDIATA A SU CARGO, DEL SEÑOR MINISTRO DEL INTERIOR Y TRANSPORTE DOCTOR FLORENCIO RANDAZZO, EN RAZON DE LA INCOMPATIBILIDAD QUE SE SUSCITA ENTRE EL CARGO QUE DESEMPEÑA COMO RESPONSABLE DE CONDUCIR EL PROCESO ELECTORAL Y SU POSTULACION COMO PRECANDIDATO A PRESIDENTE DE LA NACION.
Fecha: 26/03/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 17
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Solicitar al Sr. Ministro del Interior y
Transporte, Dr. Florencio Randazzo, la renuncia inmediata a su cargo en razón de
la incompatibilidad que se suscita entre el cargo que desempeña como responsable
de conducir el proceso electoral y su postulación como precandidato a Presidente
de la Nación.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El proceso electoral que se desarrolla
en nuestro país para las elecciones nacionales de 2015 debe reunir niveles de
transparencia, seriedad y responsabilidad que confieran credibilidad a la ciudadanía
en general, y a los partidos políticos y candidatos en particular.
Estas condiciones se ven seriamente
comprometidas cuando el titular del Ministerio del Interior y Transporte que tiene a
su cargo importantes y esenciales tareas vinculadas al proceso electoral, se postula
como precandidato a presidente por el propio partido de gobierno.
Al asumir el rol de precandidato
presidencial, el funcionario pierde la necesaria independencia y objetividad para
desempeñar sus funciones en la organización del proceso electoral nacional.
Una de las condiciones elementales
que reúne consenso entre los expertos en los temas electorales, es que la
autoridad que participa o coparticipa en la instrumentación de los comicios
electorales debe asumir una conducta ética que garantice transparencia y no esté
sumida en un conflicto de intereses.
Mejorar la calidad de nuestro sistema
democrático es una de nuestras preocupaciones centrales. Lo viene siendo en toda
la región de América Latina, tan castigada con golpes de estado y dictaduras que
han anulado los derechos humanos imponiendo una herencia de debilidad
democrática que tanto nos cuesta revertir. A partir del segundo decenio del siglo
XX se inició en Latinoamérica un proceso de creación de organismos electorales
especializados y -por lo menos teóricamente- independientes. El objetivo que
impulsó este proceso fue brindar transparencia a las contiendas electorales, como
condición necesaria para el establecimiento de la democracia. En varios países, la
instauración de este tipo de organismos electorales contribuyó de manera decisiva
a dotar de credibilidad a los procesos electorales. Éste es el caso de Brasil, Costa
Rica, Chile y Uruguay, países donde desde hace muchas décadas no se han
presentado disputas de carácter grave acerca de la honestidad con que se han
celebrado los comicios.
Las elecciones libres son una práctica
esencial en la democracia. Ellas se logran respetando la ley y siguiendo conductas
éticas que impidan conferir ventajas exclusivas a favor de uno de los contendientes
políticos en detrimento del resto. Si el partido de gobierno tiene a su cargo la
organización de los comicios bajo la órbita de la Dirección Nacional Electoral
dependiente del Ministerio del Interior y Transporte cuyo titular es precandidato a
presidente y en tal carácter se encuentra haciendo campaña , es manifiesto que
posee ventajas que lo beneficiarán en detrimento de la igualdad con las otras
fuerzas políticas. Además de ventajas exclusivas, la conjunción de la titularidad del
Ministerio en cuestión con la precandidatura conlleva la certeza de que el
funcionario carezca de objetividad.
Se advierte que no se trata de
cualquier Ministerio, sino del área encargada de organizar y asegurar múltiples
tareas propias del desarrollo de los comicios electorales: distribución y desembolso
de los aportes presupuestarios que conforman el financiamiento público de las
campañas para las agrupaciones políticas; distribución y control de los espacios
publicitarios en los medios masivos de comunicación; organización de la
infraestructura y materiales para el acto comicial propiamente dicho; en suma,
todas las funciones esenciales para llevar a cabo una elección nacional.
El Instituto Internacional para la
Democracia y Asistencia Electoral (IDEA) ha trabajado seriamente en el tema,
enunciando normas mínimas universales que conforman un código de conducta
para la administración electoral y la ética profesional.
Entre ellas señalamos el respeto a la
ley, la necesidad de independencia, de neutralidad y de transparencia. Adherimos
a estos valores que consideramos inherentes a todo proceso electoral que se
califique de democrático.
Me permito transcribir el siguiente
principio ético enumerado por IDEA:
"La
administración electoral debe actuar con independencia y neutralidad".
Para que una elección sea exitosa, los participantes en el proceso tienen que poder
confiar en que los administradores electorales cumplan sus funciones en forma
políticamente neutral. Si se juzga que las personas que administran las elecciones
muestran adhesión a uno u otro resultado electoral, la credibilidad pública del
proceso electoral se verá afectada gravemente, a tal punto que luego será difícil
restaurar la confianza en el proceso. Por lo tanto, los administradores electorales
deben desempeñar todas sus actividades en forma estrictamente imparcial y
políticamente neutral....Los administradores electorales deberán:
• actuar de forma
estrictamente neutral y no discriminatoria en relación con partidos políticos,
candidatos, votantes, representantes de la prensa y de otros medios de
comunicación;
• abstenerse de
cualquier otro acto que indique, o pueda considerarse que indique, apoyo
partidario a algún candidato, partido, personaje o tendencia política, o que pueda
ser interpretado como tal;
• conducirse en todo
momento de manera irreprochable, y ejercer un juicio prudente y un alto grado de
discreción personal;
• revelar cualquier
relación que pueda provocar un conflicto de intereses con sus actividades como
administradores electorales;
• abstenerse de
aceptar cualquier obsequio o favor de partidos políticos, organizaciones o personas
involucradas en el proceso electoral;
• rechazar influencias
indebidas y, excepto cuando esté previsto por la ley o la costumbre, abstenerse de
aceptar directivas respecto al desempeño de sus funciones;
• abstenerse de tomar
parte en actividades no autorizadas, incluida toda actividad privada, que pudiere
suscitar un conflicto de intereses, real o juzgado como tal con sus deberes de
administradores electorales;
• abstenerse de
participar en cualquier actividad, incluida toda actividad privada, que pudiere
interpretarse como simpatía por candidatos, partidos, personajes o tendencias
políticos en particular;
• abstenerse de
expresar puntos de vista sobre temas que pudieran convertirse en materia de
debate político en la elección;
• abstenerse de
comunicarse con ningún votante respecto a temas con implicaciones partidarias,
y
• abstenerse de
portar, llevar o enseñar, símbolos o colores obviamente partidarios.
Otro de los principios éticos
enumerados en el Código de Conducta elaborado por IDEA sostiene que :
"Las
administraciones electorales deberán actuar con transparencia". Para que
una elección tenga éxito, los participantes en el proceso tienen que ser capaces de
aceptar las decisiones de la administración electoral. Los participantes
probablemente aceptarán estas decisiones si están convencidos de que han sido
tomadas adecuadamente. Para ello, deben tener acceso a la información en la que
se basan tales decisiones.
(...) Los
administradores electorales deberán estar dispuestos a:
• justificar sus
decisiones;
• proporcionar la
información en la que se basa cada decisión;
• organizar un acceso
razonable y efectivo a los documentos e información pertinentes, en el marco de
las leyes electorales y de libertad de información del país.
Reivindicamos la plena vigencia de
estos principios básicos universales para los procesos electorales. Los actores
políticos deben contribuir a mejorar la calidad de las campañas y actos electorales
esenciales para un régimen democrático.
Urge trabajar para transformar un
devenir político signado por un deterioro preocupante en materia de transparencia,
respeto a las leyes electorales e información pública.
Nuestro país y Uruguay son los únicos
de toda América Latina que no tienen boleta única que simplifica la elección y
mejora la transparencia. Argentina no tiene ley de acceso a la información pública
que posibilite participar y controlar y tiene débil apego a las leyes electorales que
son objeto de cambios permanentes en función de las coyunturas políticas.
Todavía se aplica la ley de lemas a nivel provincial, pese a que distorsiona la
voluntad popular. Se recurre a la implementación de otras alquimias electorales
que alteran la proporcionalidad en la representación política distorsionando el
resultado electoral.
Tenemos reelecciones indefinidas de
muchos gobernadores y reformas constitucionales promovidas para asegurar
gobiernos proclives a la perpetuación en el poder. Son déficits políticos que se
cargan a la cuenta de la democracia.
La conducción del proceso electoral
debe seguir principios éticos: ser transparente, independiente, objetiva, neutral y
sin conflicto de intereses.
Ninguno de estos extremos se respeta
cuando le Ministro del Interior y Transporte, no obstante ser un partícipe
necesario para el desarrollo del proceso electoral nacional, deviene precandidato a
Presidente de la Nación por el partido de gobierno. La incompatibilidad es
manifiesta y debe motivar de inmediato su renuncia al cargo.
Por todo ello solicitamos la aprobación
del presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
ZABALZA, JUAN CARLOS | SANTA FE | PARTIDO SOCIALISTA |
DUCLOS, OMAR ARNALDO | BUENOS AIRES | GEN |
DONDA PEREZ, VICTORIA ANALIA | BUENOS AIRES | LIBRES DEL SUR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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ASUNTOS CONSTITUCIONALES (Primera Competencia) |