La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que, mediante el organismo que corresponda, implemente un programa de promoción y protección de forestación de especies autóctonas en todo el territorio nacional.

Señor presidente:

Señor Presidente:

El presente proyecto de declaración tiene como objeto llamar a la reflexión a la población y a los organismos estatales competentes en relación al respeto y la valoración de nuestra flora autóctona, invitándolos a que la protejan y la promocionen.

La protección del medio ambiente, en los últimos años, a pasado a ocupar un lugar importante en las políticas públicas. Esta tendencia se ve con beneplácito, sin embargo me gustaría hacer referencia a las especies forestales autóctonas, las que muchas de ellas están en vías de extinción y que otras no se las explota como se debería.

El valor de los bosques naturales no es desconocido; sin embargo, con dolorosa frecuencia se conocen episodios de destrucción forestal. Por ello es importante insistir sobre el tema para que la sociedad tome verdadera conciencia de la importancia de proteger la flora silvestre.

El desarrollo y crecimiento de la forestación autóctona es resultado de un conjunto de condiciones de luz, de temperatura, de humedad atmosférica y del suelo, que, a su vez, aporta una composición físico-química determinada que permite o no el crecimiento de las distintas especies Los árboles cumplen funciones importantísimas en el ecosistema protegen campos y cultivos, evitan la erosión del suelo, impiden inundaciones, depuran la atmósfera, son filtros del polvo, reducen el riesgo de contaminación de las aguas, etc.. Las formaciones forestales sirven a la biodiversidad, de modo que flora y fauna crecen bajo su protección.

Los datos estadísticos son muy alarmantes. Conforme al primer Inventario Forestal de Bosques Nativos, realizado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, actualmente sólo subsisten cerca de 34 millones de hectáreas de bosques naturales, cifra más que grave si se la compara con los 105 millones que existían en 1914. Estas pérdidas se agravan a razón de 500.000 hectáreas por año, afectando las innumerables de flora y fauna autóctonas cuya existencia depende de selvas y bosques: mamíferos, aves, infinidad de invertebrados y plantas que merecen ser conservadas por la importancia de su propia existencia y por el papel fundamental que tienen como reserva genética y en el equilibrio de los ecosistemas.

Desgraciadamente día a día se destruyen bosques ya sea desde el punto de vista de explotación económica o desde un descuido que genera un incendio u otra desgracia natural, ocasionando un en definitiva un perjuicio para la población que se encuentra en cada ecosistema natural, generando muchas veces un perjuicio irreversible.

Esta situación se da no solamente en lo que se refiere a bosques silvestres sino también ocurre con la mayoría de la flora autóctona, la cual no se la respeta como se debiera y en aquellas que son rentables, como las aromáticas por ejemplo, tampoco se las explota ni se las promociona.

Por las razones expuestas, y por la que expondré oportunamente, solicito prestéis sanción favorable al presente proyecto de declaración.