PROYECTO DE TP
Expediente 1224-D-2013
Sumario: EXPRESAR PREOCUPACION POR EL INFORME SOBRE CONTROL DE ACTIVIDAD ESTATAL, EL CUAL MANIFIESTA QUE EL GOBIERNO ARGENTINO ES CADA VEZ MAS INEFICIENTE Y QUE TIENE ESCASA CALIDAD REGULATORIA O DE CONTROL EN LA PRESTACION DE SERVICIOS BASICOS QUE REQUIERE LA POBLACION.
Fecha: 20/03/2013
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 14
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Expresar su extrema
preocupación ante el Informe sobre Control de Actividad Estatal que informó
que el Estado Argentino es cada vez mas ineficiente y que tiene escasa calidad
regulatoria o de control en la prestación de servicios básicos que requiere la
población.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
La Argentina es hoy uno de los
peores países en materia de calidad regulatoria, mientras que su sector público
no puede garantizar servicios esenciales.
Un rasgo declamado del
modelo kirchnerista es el de arrogarse el mérito de haber construido
un "Estado presente". Esta característica se muestra como virtuosa, en
contraposición con la opuesta, el "Estado ausente", que se adjudica a
los anteriores gobiernos.
La presencia del Estado
puede entenderse como positiva si se refiere a aquellas áreas de la
vida comunitaria donde su rol es irreemplazable. Por ejemplo, la
atención de determinadas necesidades sociales a las que no concurren
suficientemente los prestadores privados. Pero el análisis de la
asistencia social debe saber distinguir lo que apunta genuinamente a
resolver los problemas de las personas que no pueden hacerlo por sí
mismas de aquello que es meramente clientelismo con fines políticos.
Seguramente, si se profundiza el análisis de esta forma, el
kirchnerismo no saldría airoso de una comparación con gestiones
anteriores. Un alto presupuesto dedicado a planes sociales o a la
educación no logra hoy reducir la pobreza ni colocar a la Argentina con
buenos puntajes en las evaluaciones educativas.
Pero bastante más
preocupante es observar las consecuencias de un "Estado presente"
cuando se refiere a actividades empresarias, o a la regulación e
intervención en la economía y en las instituciones. Los avances del
Estado kirchnerista en este sentido han sido verdaderamente nocivos y
sus efectos están a la vista: la Argentina se ha convertido en uno de
los peores países en términos de calidad regulatoria. Y ya ni siquiera
podemos hablar de bolsones de eficiencia, como en otros tiempos lo
eran el Indec, el Banco Central, algunos entes reguladores o la hoy
desnaturalizada Comisión de Defensa de la Competencia.
En los últimos diez años el
sector público se ha agigantado en tamaño y en costo. La ciudadanía
sólo tiene la percepción del deterioro de todo lo que ese Estado
administra sin devolver a la comunidad en bienes lo que de ella extrae
en impuestos, que son cada vez mayores. El gasto público ha crecido
mucho más que la población y que la economía. El número de
empleados públicos aumentó en un 50%, y la población lo hizo sólo en
un 13%. La relación entre el gasto público global y el producto bruto
interno pasó del 30% al 43%. En la misma proporción creció la presión
impositiva. Debiéramos tener excelente seguridad, salud y prestaciones
sociales, pero ocurre exactamente al revés.
La gestión kirchnerista ha
sido la primera y única en la historia de nuestro país que ha degradado
y desprestigiado su instituto de estadísticas, el Indec, que siempre
había gozado de muy buena reputación. En este caso, más que
ineficiencia, debe hablarse
de una expresa intención de falsear los índices de precios para
encubrir dolosamente la inflación y reducir los pagos de deuda pública
atada al incremento del costo de vida. El daño que esta acción ha
causado en pérdida de inversiones y encarecimiento del crédito es
inconmensurable. También es éste el primer gobierno que ha perdido
casi por completo la capacidad de tomar deuda o colocar títulos en el
exterior. La ausencia del Estado argentino es en este caso una
consecuencia de degradantes políticas en lo económico e institucional,
y no de una voluntad virtuosa de reducir el sector público.
La reestatización o la
apropiación por amigos del poder de varias empresas productivas y de
servicios públicos, tras haberlas desvalorizado previamente con
congelamientos tarifarios o regulaciones abusivas, carga también sobre
los argentinos a través de ineficiencias y pérdidas que pesan sobre los
contribuyentes. Aerolíneas Argentinas es el más claro ejemplo, al que
hay que agregar varias empresas provinciales de aguas y algunas
concesiones ferroviarias. Todas ellas demandan cuantiosos fondos
estatales para sus inversiones y pérdidas operativas. Además, se
deteriora la calidad de los servicios. El caso de Ciccone es
paradigmático y no sólo porque el Estado dejó de cobrar impuestos en
tiempo y forma.
La descapitalización y el
deterioro de los servicios también se produce por efecto de
intervenciones gubernamentales arbitrarias, tanto en los precios
como en las
importaciones de insumos y maquinarias. De esto pueden dar fe los
industriales, pero también los concesionarios de ferrocarriles o de
peajes camineros, las empresas de autotransporte, las distribuidoras
de electricidad o gas y los generadores de energía. Después de
notables ganancias de eficiencia y mejoramientos en la calidad de los
servicios durante la tan denostada década del noventa, el deterioro fue
notable a partir de la devaluación, la pesificación y los congelamientos
de comienzos de 2002. Pero lo peor ha sido el sostenimiento posterior
por más de diez años de estas ruinosas intervenciones. El drama está
actualmente a la vista con los accidentes ferroviarios, el deterioro de la
red vial y los cortes de energía. Se necesitarán varios años luego de la
normalización de los contratos y de las tarifas, para recuperar la
capacidad y la calidad de los servicios. Los argentinos, en síntesis,
tenemos hoy un Estado que, al margen de la supuesta "presencia" que
le otorga el relato oficial, no puede garantizarnos servicios esenciales.
Carecemos de seguridad, en tanto que en materia de infraestructura
estamos cada vez más lejos de los países desarrollados. Tales son las
consecuencias de un Estado erróneamente administrado.
Fuente: La Nación- 18 de
Marzo de 2013
Por todo lo expuesto, es
que vengo a solicitar de mis pares la aprobación del presente
proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
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BIANCHI, IVANA MARIA | SAN LUIS | FRENTE PERONISTA |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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LEGISLACION GENERAL (Primera Competencia) |