La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

1) Repudiar enérgicamente los hechos de violencia sufridos el día 20 de Marzo de 2011 en inmediaciones de la cancha de Vélez, donde falleciera Ramón Aramayo minutos antes del inicio del partido entre Vélez y San Lorenzo; en el entendimiento que la violencia debe desaparecer definitivamente del futbol que debe ser el entretenimiento y distracción de un amplio sector de la sociedad en democracia, que privilegia el pluralismo y la tolerancia a las diferencias.

2) Expresar su pesar y condolencias a la familia y amigos de Ramón Aramayo por tan irreparable pérdida.

3) Expresar su preocupación por la reiteración de hechos similares que según el registro de la ONG Salvemos el Futbol contabilizan 256 muertes desde la primera víctima

Señor presidente:

Con mucho pesar el pasado 20 de Marzo de 2011 hemos sido testigos de una nueva víctima del futbol. Enfrentamientos entre hinchas, represión policial, fanatismos, venganzas; tienen como común denominador: la violencia.

Frente a este hecho hemos visto además, cómo desde diferentes esferas se deslindaban responsabilidades. Me pregunto: ¿Qué nos pasa que frente a la pérdida de una vida lo primero que surge es echarle la culpa al otro? ¿Por qué tanta falta de compromiso cívico? ¿Qué nos está pasando como sociedad que no podemos calmar los ánimos ni dentro ni fuera de la cancha? No tengo dudas que erradicar el fenómeno de la violencia en cualquier ámbito del deporte y particularmente en el futbol, supone la concurrencia de diferentes actores, tanto del ámbito público como de las organizaciones deportivas y el respeto al ámbito de sus específicas competencias.

Es necesario entonces, que cada uno pueda hacerse cargo de la responsabilidad que le compete, otorgar las garantías para que cada uno pueda investigar hasta las últimas consecuencias y sancionar a los responsables. Pero por sobre todo, es fundamental involucrarnos y trabajar para fomentar la dimensión social del futbol como educador en valores, para lograr que se convierta en un espectáculo que promueva el encuentro y el entretenimiento; donde prime el espíritu de una competencia sana, en lugar de convertirlo en un campo de batallas donde reiteradamente debemos lamentar hechos como el del último fin de semana.

Con este proyecto quiero expresar mi más enérgico repudio a lo acontecido el pasado 20 de marzo, mi preocupación por la reiteración de víctimas fatales en el futbol, así como mis condolencias a la familia damnificada. Es mi deseo que podamos erradicar definitivamente la violencia del futbol en la convicción de que todos y cada uno de los ciudadanos tenemos la obligación de contribuir desde el lugar que ocupamos para lograr que el futbol sea un factor de integración, una actividad de personas libres, respetuosas de los principios de la ética deportiva y la diversidad, que contribuya a la cohesión y la convivencia en una sociedad democrática y pluralista.

Por todo lo antes expuesto, solicito a mis pares la aprobación del siguiente Proyecto de Resolución.