La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Expresar su profunda preocupación por la actuación violenta los pasados 25 y 26 de Marzo de 2008 en la Plaza de Mayo y alrededores y las expresiones públicas en medios radiales y escritos del dirigente piquetero Luis D'Elía, absolutamente contrarias a la libertad de expresión y reunión, reglas básicas de la convivencia democrática.

Señor presidente:

El conflicto desatado a raíz del paro agropecuario tuvo manifestaciones que realmente deberían motivar una profunda preocupación por parte de la sociedad argentina. Y la mayoría de ellas tuvieron al piquetero oficialista Luis D'Elía como protagonista central.

Las transmisiones televisivas de los acontecimientos de las noches del 25 y 26 del corriente mostraron como, a fuerza de golpes y palazos, grupos de piqueteros que adhieren a la política oficial, encabezados en persona por D'Elía, agredieron a los ciudadanos que pacíficamente intentaron manifestarse en la Plaza de Mayo. En ambos casos, llamó la atención que las fuerzas policiales se desplegaran en la zona pero sin intervención en la disputa que dejó ciudadanos heridos, en otro episodio de violencia impresentable que lo único que hace es generar fracturas en la sociedad.

Pero la actuación del mencionado dirigente piquetero no se agotó allí. Envalentonado con su cobarde "triunfo" sobre lo que, retrógrada y autoritariamente, considera "la oligarquía", al día siguiente insultó al aire a Fernando Peña en su programa radial de FM Metro: "Te odio Peña, odio tu plata, odio tu casa, tus coches, tu historia, odio a la gente como vos que defiende un país injusto e inequitativo", expresó D'Elía. Y agregó enérgicamente: "Tengo un odio visceral contra ustedes, el norte de la ciudad, los blancos,... sépanlo de mi boca. Ustedes piensan que la gente que me sigue a mí es pura basura, escoria humana... negra, fea, horrible. Somos kelpers en nuestro propio país". Pero no terminó todo allí. Antes de colgar, manifestó: "Odio a las clases altas argentinas que han hecho tanto daño, que han matado tanta gente, en nombre de una sola bandera que es la bandera de tu propia ganancia".

Sin expresar arrepentimiento alguno, según lo expresado en la entrevista realizada por Juan Pablo Morales para La Nación, ratificó su "odio a la puta oligarquía", cuya máxima expresión, según el piquetero, era precisamente ese medio.

Ante todas estas intervenciones, llamó la atención la absoluta prescindencia -que puede visualizarse como complicidad- del Gobierno nacional, tanto por la llamativa ausencia de intervención policial como del INADI.

Sin entrar en citar otras numerosas declaraciones y actuaciones realizadas en otros medios de comunicación, la convivencia democrática pacífica se vio severamente dañada ante tan evidentes y flagrantes violaciones a las libertades de expresión y reunión, que hace tiempo creíamos desterradas de la práctica política argentina.

Por todo lo expuesto solicito a mis pares me acompañen en la aprobación del presente proyecto de declaración.