PROYECTO DE TP
Expediente 0983-D-2007
Sumario: EXPRESAR PREOCUPACION POR LAS DEMORAS EN VUELOS Y OPERACIONES DE COMPAÑIAS AEROCOMERCIALES.
Fecha: 23/03/2007
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 17
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:
Su preocupación por las permanentes
demoras en vuelos y operaciones de compañías aerocomerciales de aviación
regular, al tiempo a que alienta al Gobierno Nacional a desarrollar, tan pronto sea
posible, las herramientas jurídicas, organizacionales y económicas que fueren
menester para solucionar estos problemas, originados en la obsolescencia de las
instalaciones y equipos destinados al control de tránsito aéreo, una inadecuada
estructura de decisión y control y en los costos derivados del mantenimiento de
material de vuelo de diferente integración y variada antigüedad.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Por estos días (en realidad, por los
últimos 360 días), los argentinos que deben tomar un avión por motivos de trabajo
o placer encuentran la experiencia absolutamente desalentadora. Vuelos que se
cancelan, vuelos que se fusionan, todos salen demorados. Hemos llegado a un
punto tal de degradación en las operaciones aerocomerciales que, cuando un
pasajero advierte que su avión saldrá a la hora prevista originariamente, pregunta
a los tripulantes de cabina si no se tratará de un error, acostumbrado como está a
que todos los horarios publicados por las compañías sean violados impúdicamente
jornada tras jornada.
Este pandemonium tiene explicaciones
desde una multiplicidad de sectores. Los pilotos aducen que la seguridad aérea
está resentida, básicamente por la impericia de la Fuerza Aérea Argentina (FAA)
de gestionar eficazmente la Aviación Civil; la FAA aduce crónica falta de recursos;
los controladores de vuelo reclaman por mejores salarios (hecho que
compartimos); las empresas se quejan de los costos de sus operaciones y, por
ello, de la necesidad de demorar más de lo previsto a sus equipos en tierra debido
a esquemas de mantenimiento de mayor duración (por falta de fondos); el
Cineasta Enrique Piñeyro sostiene que esta situación tiene un solo responsable
instuticional (la FAA); y los pasajeros deben ingeniárselas con diferentes hipótesis
ante la falta de un único proferente que señale la clave de bóveda de este
fenómeno.
Para colmo de males, un insensible
rayo tuvo el poco tino de posar su implacable voltaje sobre el radar de Ezeiza
(BAIRES Control), lo que ocasionó su inoportuna salida de servicio. Como se
sabe, sin el radar de aproximación de Ezeiza, todo el Terminal BAIRES queda sin
control radar, por lo cual los vuelos dentro de su espacio aéreo deben ser
separados con mayores intervalos, debido a que los controladores aéreos "no ven"
en pantalla donde están las aeronaves en tránsito. El colofón de esta modalidad
"manual" (aunque el término no describe correctamente la operación de los
controladores) es que los aviones no despegan hasta que son autorizados y, de
repente, la cadencia total del sistema se ralentiza hasta hacerse insoportable para
quienes, pacientemente, cruzan los dedos para poder volar.
Todas las partes tienen algo de razón
en las causas de este caos. Y es responsabilidad de nuestro gobierno el tomar las
decisiones correctas desde la perspectiva de un sistema global.
En primero lugar, es evidente que la
FAA no puede (ni le conviene, a nuestro entender) permanecer en el control de la
Aviación Civil. Un oportuno decreto del Presidente Néstor Kirchner ha puesto en
su lugar esta cuestión, con lo cual uno de los "factores de riesgo" del sistema ha
desaparecido. Enhorabuena.
En segundo término, el tema de los
radares es crucial para tener una aviación comercial en óptimo funcionamiento. La
Argentina tiene apenas el 6% de su territorio cubierto por control radar, cuando
Chile tiene el 98% y Brasil más del 80%. Luego de la fallida licitación de 1994
(cancelada tras denuncias de corrupción) nadie tomó debida cartas en el asunto
hasta que, por fin, el Gobierno del Presidente Kirchner encargó la construcción de
radares secundarios a la empresa estatal INVAP y, en estos días, dispuso el
alquiler de 3 radares destinados al control del aeroespacio. Es indudable que
nuestro gobierno enfrenta los desafíos con decisión y firmeza, como nadie lo hizo
en los últimos años. Debemos respaldar las políticas adoptadas en la materia,
porque una nación sin radares es una nación ciega a la vida que bulle y que pugna
en su espacio aéreo.
Es también cierto que los
controladores, y el conjunto de quienes deben trabajar por la Aviación Civil, cobran
poco. Son víctimas de una estructura jerárquica como lo es la militar y, por lo
tanto, de sus problemas presupuestarios. Tienen responsabilidades enormes, pero
pequeños emolumentos. Nadie podía ayudarlos en esta materia sin entrar al tema
de los salarios militares. Un incremento a un controlador podría haber supuesto
millones de pesos en profesionales civiles de las FFAA que no tienen relación
alguna con la problemática que estamos tratando. Por lo tanto, los aumentos
salariales y la jerarquización de esta tarea solo podría haber sido acometido
dentro de una autoridad civil, al estilo de otros órganos reguladores con salarios
más acorde al mercado que les toca en suerte controlar, tal como el caso del
ENARGAS, el ENRE o la CNC, por mencionar sólo algunos. Las nuevas
autoridades civiles que deban tomar en sus manos el control de la Aviación no
militar seguramente repararán en lo inmediato sobre este déficit que afecta
grandemente a los Recursos Humanos afectados a tareas tan críticas.
Finalmente, el tema del mantenimiento
de los equipos de las compañías aerocomerciales. Este es todo un tema, que nos
excede en el ámbito del presente proyecto, pero que podemos plantearlo de una
forma muy corta y didáctica: las Aerolíneas con problemas compran aviones viejos
(que son muy baratos) pero que requieren mayor mantenimiento que los aviones
nuevos (que suelen ser muy caros), los que han sido diseñados para permanecer
más tiempo en el aire sin necesidad de tantas tareas preventivas en tierra. En
buen castizo: lo que se ahorra en la compra, suele pagarse con creces en
mantenerlo. Lo que le ha sucedido a empresas del sector es que han tenido que
parar parte de sus flota doméstica para mantenimiento programado y no
programado y que, por tratarse de aviones viejos, los repuestos son costosos de
conseguir y los tiempos en tierra entre vuelos sustancialmente mayores que
aeronaves de generaciones posteriores. Súmese a lo dicho costos totalmente en
divisa extranjera, seguros de precios desopilantes y pujas gremiales y se obtendrá
un cóctel con el amargo sabor de la demora y la cancelación del vuelo.
El quinto punto es independiente de la
voluntad: nada podemos hacer ni sugerir frente a rayos caprichosos. Pero sí
señalar que, en pleno Siglo XXI, las sociedades cuyos sistemas de acción pueden
ser afectados dramáticamente por alguna de las fuerzas de la Naturaleza, son
sociedades con problema. El radar quemado por el rayo ha revelado que el actual
status quo de la Aviación Civil no tiene redundancia, es inseguro. El mejor
reaseguro contra los rayos es una sana política aeronáutica, y en este punto
estamos.
He presentado este proyecto con la
sana convicción que esta crisis se ha transformado en la oportunidad tantas veces
soñada de hacer una aviación civil segura, dinámica y con aptitud para brindar
servicios de clase mundial. Para ello se requiere de estructuras jurídico -
organizacionales más relevantes, ágiles y profesionales que las que hemos tenido
hasta el presente. Por lo que es de dominio público, el Gobierno ha tomado los
pasos correctos en la dirección tantas veces señalada. Este Congreso de la
Nación debería acompañar al Presidente en esta línea, para que las demoras en
los vuelos sólo puedan ser atribuidas (con razón) a algún "Charlie Bravo" (o
Cumulus Nimbus), a la niebla cerrada o a cortantes de viento en las cabeceras de
pista destinadas al aterrizaje. No a la falta de radares, los flacos bolsillos de los
controladores o a la obsolescencia del material de vuelo puesto a disposición de
los sufridos pasajeros de la Nación.
Es por tales motivos, señor Presidente,
que solicito de mis pares me acompañen en el presente Proyecto de
Declaración.
Firmante | Distrito | Bloque |
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ACCASTELLO, EDUARDO LUIS | CORDOBA | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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TRANSPORTES (Primera Competencia) |