PROYECTO DE TP
Expediente 0947-D-2009
Sumario: ALICUOTAS MAXIMAS DE LOS DERECHOS DE EXPORTACION DE LA SOJA, GIRASOL, TRIGO Y MAIZ, FIJACION POR EL PODER EJECUTIVO NACIONAL; COMPENSACIONES A PEQUEÑOS PRODUCTORES.
Fecha: 19/03/2009
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 14
El Senado y Cámara de Diputados...
Artículo 1º: A partir de la fecha de
vigencia de la presente ley el Poder Ejecutivo fijará como alícuotas máximas de
los derechos de exportación para las posiciones arancelarias comprendidas en la
nomenclatura común del MERCOSUR (N.C.M) las establecidas en el ANEXO I de
la presente.
Artículo 2º: El poder Ejecutivo
deberá reglamentar la presente ley en un plazo no mayor a los 30 días hábiles a
partir de su entrada en vigencia.
Título II
Artículo 3º: Créase en el ámbito
del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, un régimen destinado a otorgar
compensaciones a pequeños productores de soja o girasol de la cosecha
2008/2009, mediante la acreditación de las mismas a través de la Clave Bancaria
Uniforme (CBU) de los beneficiarios.
Artículo 4°: Se encuentra
alcanzado por el beneficio el productor de girasol o soja con explotaciones
radicadas dentro del territorio nacional, que reúna los siguientes requisitos:
- Se encuentre inscripto como
contribuyente ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
- Declare bajo juramento que
el tonelaje efectivamente producido y comercializado, no supera las Mil Quinientas
Toneladas (1.500 t) de soja y girasol.
Artículo 5°: Se excluye del
presente régimen el arrendador comerciante de granos que, siendo titular de
inmueble rural lo arrienda, obteniendo como pago soja o girasol.
Artículo 6°: El valor de la
compensación otorgada a cada productor será el siguiente:
- Hasta 600 toneladas de soja y
girasol: 10% del valor de la producción comercializada en la cosecha 2008/2009.
- Entre 601 y 1.500 toneladas totales:
10% del valor de la producción comercializada en la cosecha 2008/2009 por las
primeras 600 toneladas, y 5% del valor de la producción comercializada en la
cosecha 2008/2009 desde las 601 toneladas en adelante.
En todos los casos la compensación
será liquidada antes de los treinta (30) días de la presentación, previa aceptación
de la AFIP.
Artículo 7°: El poder Ejecutivo
deberá reglamentar la presente ley en un plazo no mayor a los 30 días hábiles a
partir de su entrada en vigencia.
Artículo 8º: La presente norma
tendrá vigencia a partir de su publicación en el boletín oficial.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
La presente iniciativa legislativa tiene
por objeto contribuir a brindar una solución a la problemática actual por la que
atraviesa el sector productor de cereales y oleaginosas.
El sector agropecuario argentino
experimenta aspectos estructurales que lo posiciona con destacadas ventajas
relativas en los mercados internacionales. Estos factores crean un escenario
duradero que posibilita formular políticas agropecuarias y fiscales que, siendo
beneficiosas para los productores y el estado, permiten un crecimiento constante y
acelerado de la producción mediante la inversión en bienes de capital y
tecnología, mejor aprovechamiento del suelo y extensión de los cultivos.
Entre los factores estructurales que
juegan a favor del campo argentino no deben dejar de mencionarse:
La extensión de la superficie
cultivable y calidad de los suelos. Es conocido que Argentina posee una gran
extensión de tierras cultivables, fértiles, de muy buena calidad y con un clima
muy apto para la producción agrícola-ganadera, todo lo cual la hace una de las
más extensas y mejores praderas del mundo. Este recurso natural ha constituido
uno de los pilares de la economía nacional por su alta productividad, los
volúmenes producidos y los ingresos proporcionados al país.
Durante las últimas décadas el agro
ha realizado una importante incorporación de tecnología, efectuado grandes
inversiones en bienes de capital e inducido el desarrollo de una industria
metalmecánica que produce la compleja y diversa maquinaria que necesita. Por
otra parte, los productores constituyen actualmente un recurso humano calificado
que ha adquirido los conocimientos y desarrollado las actitudes necesarias para
emplear eficientemente los diferentes factores de producción en vistas a lograr
incrementos sostenidos de producción y productividad. En resumen, gran
disponibilidad de tierras fértiles y cultivables, importantes inversiones en bienes de
capital e incorporación tecnológica y recursos humanos calificados, han producido
en los últimos tiempos un crecimiento constante del sector que ha permitido
cuadriplicar los volúmenes producidos y, en consecuencia, realizar un importante
aporte al PBI y al ingreso de divisas.
En el orden externo se han
producido cambios fundamentales en la economía mundial y en los perfiles del
comercio internacional que pueden considerarse como estructurales por la
persistencia en el tiempo de sus efectos y porque puede decirse con bastante
certeza que inauguran un nuevo período en la historia de la economía mundial. En
efecto, las últimas décadas del siglo XX constituyen un punto de inflexión en esa
historia económica que había sido hasta entonces claramente hegemonizada por
occidente y se había estructurado centrada en el eje constituido por el océano
atlántico. El nuevo período está signado por la aparición de poderosos actores
económicos como Japón, Corea, China, India y los países del sudeste asiático que
han dado lugar a la conformación de un nuevo eje económico en el océano
pacífico, un mundo multipolar y un mayor desarrollo del proceso de globalización.
En este marco, el surgimiento de
China como potencia industrializada y altamente tecnificada, de los países de la
ASEAN evolucionando en el mismo sentido y de la India como polo de desarrollo
tecnológico de punta supone, en lo que aquí nos interesa, la existencia de una
formidable oferta de bienes industriales a menor precio y una demanda gigante y
creciente de commodities, materias primas y alimentos. El fenómeno es de tal
magnitud que por primera vez parece posible asistir a un nuevo equilibrio que
permitiría corregir el deterioro de los términos del intercambio que ha operado,
crónicamente, en contra de los países predominantemente productores de
productos primarios. Con poblaciones de mil trescientos y mil cien millones
respectivamente, China e India constituyen una reserva de consumidores que, por
sus dimensiones e incorporación progresiva a la nueva economía de sus países,
darán a su demanda, a los efectos del mediano y largo plazo en el mercado
internacional, carácter de permanente y creciente. En las condiciones de
producción actual y previsible de esos bienes, esta demanda se mantendrá por
encima de la posibilidad de expansión de su oferta. Es de esperar entonces en el
mercado internacional una demanda sostenida en el tiempo y precios por encima
de los promedios históricos.
Por otro lado, el sector agropecuario
experimentó un factor coyuntural que mejoró su posición competitiva y rentabilidad
durante los últimos años, la mejora en el tipo de cambio. Esta mejora es un factor
decisivo para la competitividad de nuestros productos en el mercado
internacional. Un tipo de cambio alto aumenta en el corto plazo la competitividad,
los montos exportados y la rentabilidad del sector. Este factor actuó de manera
decisiva luego de la última devaluación del peso argentino del año 2002. Sin
embargo, en ese mismo año el entonces ministro Jorge Remes Lenicov inició la
secuencia de aumentos en las retenciones precisando que los recursos se
utilizarán para financiar los planes Jefes de Hogar, al tiempo que agregó: "tan
pronto se logre ingresar en un sendero de sólida recuperación de la actividad, es
intención del Gobierno dejar sin efecto esta medida". Desde entonces hubo seis
incrementos en las alícuotas de exportación. También es cierto que en ese
período los precios internacionales crecieron como nunca en la historia, al igual
que la rentabilidad de los productores agrícolas, al menos de los más
grandes.
En definitiva, La excelencia de nuestros
recursos naturales, la capacidad de su explotación por la plataforma productiva
que hemos desarrollado, la competitividad alcanzada por el sector agrícola
ganadero en el país, los volúmenes que ya tiene y los que puede alcanzar su
producción constituyen, junto a la existencia de un mercado internacional en
expansión que acota la incertidumbre sobre la demanda, una oportunidad histórica
excepcional, difícilmente repetible. El nuevo posicionamiento de los precios
relativos puede advertirse al observar que aún con los recientes derrumbes en el
precio de los commodities, fruto de la crisis financiera internacional, los valores se
encuentran por encima de los promedios históricos.
Durante los años 2003 y 2005,
Argentina experimentó un esquema de dólar alto, salarios bajos y superávit fiscal
elevado en un contexto en el cual el mundo y el comercio internacional crecían a
tasas elevadas. Estas condiciones generaron elevados ingresos de divisas y altos
niveles de liquidez. En los años 2006 y 2007 existió una recuperación del salario
real, el tipo de cambio real ajustó gradualmente a la baja, y se observó una merma
en el superávit fiscal. Sin embargo, el favorable contexto internacional posibilitó
que las exportaciones siguieran subiendo. Finalmente, el año 2008 se caracterizó
por una profundización en las políticas de intervención en el sector agropecuario
con el fin de reducir en el mercado doméstico las subas en el precio internacional
de los alimentos. Sin embargo, las políticas utilizadas tuvieron un claro sesgo
contra la exportación, la provisión de liquidez y por ende con el nivel de actividad.
El año 2008, solo pudo sustentarse debido al extraordinario crecimiento
experimentado en los precios internacionales.
Actualmente puede deducirse con
claridad que las políticas implementadas han provocado un desestimulo en las
decisiones de producción en determinadas actividades agropecuarias. Tal es el
caso del sector productor de cereales, en el cual los impactos son elocuentes. La
presente campaña, el área sembrada de trigo se retrajo en más de un millón
hectáreas y la superficie cosechada llegará a su mínimo en 30 años. La caída del
área sembrada de girasol fue del 21.5%; por su parte, el maíz registró una merma
en el área sembrada del 26%. Todas estas mermas nacionales en la intención de
producción ocurren en un contexto en el cual la producción mundial de granos
crecería un 4,7% durante la campaña 2008/2009. La oferta mundial crece a pesar
de la crisis lo que demuestra la demanda sostenida y la condición estructural de
los mercados, a pesar de la situación coyuntural de la crisis internacional.
No hay dudas que se están cometiendo
serios errores en la política agropecuaria argentina. Existe un claro desincentivo a
la producción y exportación basado en la instrumentación de políticas de
retenciones, cupos, registros, permisos, precios de referencia, encajes, entre otras
medidas que generan una reducción en la rentabilidad del agro, la ganadería y la
lechería.
La actual coyuntura muestra para los
productores una situación más apremiante debido a la conjunción de menores
rindes por la sequía, menores precios internacionales, mayores costos y
retenciones inadecuadas a la realidad planteada que desmejoran la situación de
competitividad del sector, respecto lo que venía aconteciendo en los años
anteriores.
Esta situación genera en el corto y
mediano plazo serios problemas para la economía argentina. Desde la perspectiva
fiscal, se torna evidente el impacto presupuestario fruto de una reducción directa e
indirecta en la recaudación proveniente del sector. Un simple ejercicio permite
graficar esta situación. Aislando el impacto que posee sobre la recaudación la
caída en los precios internacionales (efecto precio) y la caída en la producción
fruto de la sequía, y considerando solo el efecto propio de la menor área
cosechada durante el año 2009 en girasol, maíz y trigo; puede deducirse que el
Estado Argentino experimentará una merma en la recaudación por retenciones del
23%. En definitiva, solo por el efecto de desestimulo a la producción, la
recaudación por retenciones en girasol, maíz y trigo variaría de 2.300 millones de
USD a 1.900 millones de USD en el año 2009. A este impacto fiscal directo, debe
sumarse el impacto nocivo de la reducción en el ciclo productivo del agro y su
efecto recesivo en las restantes actividades económicas; especialmente en las
localidades del interior del país que ven en la actualidad reducir drásticamente su
crecimiento, lo que provocará la externalidades negativas en términos de
recaudación que se reflejará en reducción en la recaudación fruto de menores
ganancias, menores transacciones económicas que impactan en el IVA,
disminución en la generación de empleo, entre otros.
Desde otra perspectiva, la reducción en
los niveles de actividad del sector exportador de cereales está atentando contra el
mecanismo que inyectó pesos en la economía durante los últimos años mediante
la compra de dólares por parte del BCRA y la posterior inyección de liquidez en la
economía. La reducción de los valores exportados ya impacta directamente sobre
el nivel actividad agregado generando menores niveles de liquidez (menos dinero
en consumidores y menos crédito de los bancos) y consecuentemente subas en la
tasa de interés. Entre otros aspectos, las reservas internacionales y la inyección
de liquidez de la economía depende sin dudas que la cosecha 2009 / 2010 sea
mucho mayor que la de esta campaña.
Aún no se han alcanzado a sentir los
efectos nocivos de la crisis internacional en su total magnitud, y el campo
representa una de las actividades que por las razones estructurales antes
expuestas puede convertirse en la locomotora del sostenimiento de la dinámica
económica nacional. En definitiva, el campo fue y sigue siendo una variable
macroeconómica fundamental en la economía argentina. La macroeconomía
argentina y el nivel de actividad necesitan revertir de inmediato esta situación;
para lo cual debe haber en los próximos años en los que se presentarán
dificultades ciertas para la economía argentina un horizonte previsible y las
políticas de corto y mediano plazo deberán asegurar la cosecha del año próximo y
un crecimiento sostenido crecimiento de la de los subsiguientes. Con el modelo
actual lejos está el país de asegurar este objetivo, aun si el clima se comporta a
favor y no hubiera sequía.
Es responsabilidad del Congreso de la
Nación fijar los lineamientos a través de los cuales lograr el anhelado bienestar
general que refiere nuestro texto constitucional. En ese sentido, esta propuesta
busca alcanzar un equilibrio entre los legítimos intereses fiscales y redistributivos
del Estado Nacional y los también legítimos intereses de los productores
agropecuarios que aspiran lógicamente a un horizonte de previsibilidad para la
toma de decisiones en torno a la actividad desarrollada y al riesgo asumido que
esto implica.
Entendemos que la fijación de los
aranceles podrá hacerla el Poder Ejecutivo, en ejercicio de potestades
reglamentarias que devienen no de la delegación que de sus propias facultades
pueda hacerle este cuerpo, sino de nuestra propia constitución. Sin embargo
sostenemos que tales facultades deben ejercerse dentro de límites que
corresponde sean definidos en esta oportunidad por este Honorable cuerpo
legislativo.
Destacamos que el manejo del arancel,
en cuanto herramienta de regulación del comercio exterior, requiere de una
rapidez que no se compadece con el trámite de elaboración de las leyes.
Concordantemente con ello entendemos que no existe óbice constitucional para
que el órgano legislativo confiera al Poder Ejecutivo o a un cuerpo administrativo
cierta autoridad a fin de reglar los pormenores y detalles necesarios para la
ejecución de la ley (Fallos: 270:42 y sus citas; 312:1098; causa P.573.XXII.
"Propulsora Siderúrgica S.A.I.C. s/ recurso de apelación -A.N.A.- ", fallada el 1 de
septiembre de 1992).
En ese marco se propone una
reducción gradual y escalonada en las retenciones al trigo, maíz, girasol y soja
que mejore la rentabilidad y sustentabilidad de la cadena de cereales y
oleaginosas e incentive la producción. Dicha reducción de alícuotas resulta mayor
en los casos de trigo y maíz, cereales que poseen una situación especial por las
caídas en la producción en la presente campaña y la relevancia que poseen en el
consumo interno. La reducción de alícuotas establecida impactará en significativos
aumentos en la competitividad del sector en el corto y mediano plazo, aspectos
que sumados a la previsibilidad generará un claro incentivo a la pronta
recuperación del área sembrada con cereales y oleaginosas. El costo fiscal de
esta política sería aproximadamente de USD 1.250 millones (Ver Anexos II y
III).
El proyecto también contempla una
compensación para los pequeños y medianos productores de girasol y soja con el
fin de mejorar en el corto plazo su rentabilidad e incentivar la producción.
La compensación se realizará
mediante una bonificación equivalente al 10% o 5% (según escala de producción)
del valor de la producción comercializada por los productores de girasol y soja.
Esta compensación busca reducir el recorte en el precio de venta que sufre el
productor de pequeña escala ante la existencia de elevadas alícuotas en los
derechos de exportación de la soja y el girasol; y la política beneficia a más del
90% de los productores de soja y girasol. El beneficio impactará en significativos
aumentos en la rentabilidad de los pequeños productores, los cuales tendrán
mayores incentivos a la pronta recuperación del área sembrada con
oleaginosas.
Considerando que aproximadamente el
40% de la producción de soja y girasol se obtiene en campos con escalas de
producción menor a las 1.500 toneladas; teniendo en cuenta las cotizaciones
actuales en puertos argentinos y los porcentajes de devolución propuestos, puede
advertirse que esta propuesta representaría un costo fiscal aproximado de USD
400 millones.
Consideramos que el costo fiscal de las
dos medidas mencionadas resulta acotado en relación con los beneficios directos
de mediano y largo plazo que se alcanzarían. En términos relativos, la reducción
en la recaudación por derechos de exportaciones del año 2009 y las
compensaciones efectuadas a pequeños productores ese mismo año,
representarían el 1,8% de los Ingresos Tributarios y el 16% del Superávit Primario
según Presupuesto.
A partir de esta política compartida, los
incrementos de producción implicarían, aumentos proporcionales en los ingresos
de los productores a fin de provocar movilidad económica y una recuperación en la
recaudación del gobierno en el mediano plazo, que admitiría la viabilidad de
implementación de políticas redistributivas y una mayor disponibilidad de
alimentos para la población.
Si bien el país debe pensarse a futuro
sobre una matriz diversificada de producción, no debemos desconocer que en el
corto plazo la crisis mundial y la necesidad de vencer los obstáculos inmediatos de
los ingresos fiscales y la dinámica económica exigen tomar medidas como las que
acabamos de exponer que den claridad y previsibilidad al sector.
El país debe lúcidamente hacer lo
debido para aprovechar la oportunidad, aumentando su capacidad productiva y
multiplicando sus volúmenes de producción. A ese efecto es imprescindible
establecer y poner en marcha una política agropecuaria consensuada entre el
estado y los productores, que fije claros y ambiciosos objetivos y diseñe los planes
estratégicos sectoriales para alcanzarlos en el mediano y largo plazo. Se trata de
políticas de largo alcance que deben adquirir, para poder mantenerse, el carácter
de políticas de estado que persistan más allá de avatares políticos coyunturales.
Por las razones expuestas solicitamos
de nuestros pares la aprobación del presente proyecto de ley.
ANEXO
ANEXO I
Alícuotas Máximas de Referencia
(1) Excepto maíz pisingallo que tributará un derecho de exportación del CINCO POR CIENTO (5%).
(2) Excepto semilla de girasol tipo confitería, que tributará un derecho de exportación del DIEZ POR CIENTO (10%).
(3) Excepto semilla de girasol descascarada, que tributará un derecho de exportación del CINCO POR CIENTO (5%).
ANEXO II
Producción y Exportaciones de Cereales y Oleaginosas Estimados para el Año 2009
ANEXO III
Costo Fiscal Estimado de Reducciòn de los Derechos de ExportaciònI
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
MONTERO, LAURA GISELA | MENDOZA | CONSENSO FEDERAL |
ALBARRACIN, JORGE LUIS | MENDOZA | CONSENSO FEDERAL |
SCALESI, JUAN CARLOS | RIO NEGRO | CONSENSO FEDERAL |
KATZ, DANIEL | BUENOS AIRES | CONSENSO FEDERAL |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
AGRICULTURA Y GANADERIA (Primera Competencia) |
COMERCIO |
PRESUPUESTO Y HACIENDA |
Trámite en comisión (Cámara de Diputados)
Fecha | Movimiento | Resultado |
---|---|---|
10/08/2010 | INICIACIÓN DE ESTUDIO | Aprobado sin modificaciones con dictamen de mayoría y dictamen de minoría |