PROYECTO DE TP
Expediente 0903-D-2011
Sumario: EXPRESAR PESAR POR EL FALLECIMIENTO DE LA ESCRITORA Y COMPOSITORA MARIA ELENA WALSH.
Fecha: 17/03/2011
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 11
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Expresar su
hondo pesar por el fallecimiento de la escritora y
compositora María Elena Walsh, el 10 de enero de
2011.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
UNA GRAN FIGURA DE LA CULTURA
POPULAR
Verano imperdonable, con la tristeza
embotellada en los ojos, en el cuerpo. El país está de riguroso luto. Las niñas y los niños
de ayer, las mujeres y los hombres de hoy que siguen cantando a coro a Manuelita que
vivía en Pehuajó tienen una pena infinita. Esas voces ahora se quiebran -la congoja
siempre desafina- cuando intentan completar lo que hizo la tortuga: un día se marchó.
"¡Qué de campanas en la sangre siento/ cada vez que me olvido de la muerte!/ Pero
sucede que ella no me olvida". Estos versos, pletóricos de exquisito dolor adolescente,
pertenecen al primer libro que publicó María Elena Walsh, Otoño imperdonable, en 1947.
Prologaban, con la energía desmesurada de los primeros pasos, la obra de una artista
genial, tan fuera de serie que todo lo que tocaba -poesía, narrativa, música, dramaturgia-
devenía inmediatamente en oro. Tan fuera de serie es -en presente, porque su inmenso
legado no admite el pretérito- que considerarla un "icono nacional, "prócer cultural",
"blasón de casi todas las infancias", "un mito o patrimonio de la Argentina", es recitar -de
memoria- una seguidilla de lugares comunes de la lengua contra los que ella luchó hasta
pulverizarlos. La muerte no se olvidó de ella. Aunque se deseó que la noticia se hiciera
humo, como un mal presagio, el 10 de enero murió María Elena o la Walsh -como prefiera
cada lector-, a los 80 años, "luego de una prolongada internación y como epílogo de
padecimientos crónicos que la aquejaban", según indicó el parte emitido por el Sanatorio
de la Trinidad
La muchacha que alguna vez se definió como
"desabrida, limpia y chúcara" nació en "cuna de oro" el 1º de febrero de 1930, en Ramos
Mejía. Su padre, Enrique Walsh, era un alto empleado de los ferrocarriles, "un anglo-
argentino enamorado de Dickens y fabuloso músico autodidacto" que tocaba muy bien el
piano. Su madre, Lucía Elena Monsalvo, descendía de andaluces. En la tranquila población
de la línea del Oeste, la niña trovadora crecía con el abono ideal: infancia de clase media
ilustrada, rodeada de libros y de cine. Entre sus fantasías más secretas -confesaría
muchos años después, cuando ya era María Elena Walsh y se arrimaba a la orilla de lo que
se llama un clásico- se imaginaba cantando y bailando en un escenario, como en las
"maravillosas" comedias musicales que admiraba, las de Ginger Rogers y Fred Astaire. En
el aula de sus recuerdos brillaba la alumna aplicada, amiga atenta de los árboles y las
gallinas, y del pastito que brotaba entre los ladrillos de las antiguas veredas, las mismas
que evocó en una de sus canciones, "Fideos finos". En ese ambiente de libertad, el oído se
afinó con las canciones tradiciones inglesas para niños que su padre le cantaba. Ahí
comenzó a meter manos a la obra gracias a las construcciones verbales del nonsense
británico
Dueña de un pudor victoriano que se
confundía tal vez con timidez, María Elena se plantó, incorregible en su rebeldía, cuando a
los 12 años decidió ingresar a la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano. Allí conoció a la
fotógrafa Sara Facio, quien con los años se convertiría en su "gran amor, ese amor que no
se desgasta sino que se transforma en compañía perfecta", como se
lee en su última novela autobiográfica,
Fantasmas en el parque, publicada en 2008. En 1945, con tan sólo 15 años, apareció su
primer poema, titulado "Elegía", en la revista El Hogar, y también escribió para el diario La
Nación. Dos años después, en ese 1947 dolorosamente inolvidable, murió su padre al
mismo tiempo que publicaba el poemario Otoño imperdonable, que recibió el segundo
Premio Municipal de Poesía. Una lluvia de elogios coronó a la "joven promesa". Jorge Luis
Borges, Pablo Neruda, Silvina Ocampo y Juan Ramón Jiménez celebraron ese primer
libro
Cuando se recibió de profesora de Dibujo y
Pintura, enfiló con una beca para la Universidad de Maryland (Estados Unidos), invitada
por Jiménez, el autor de Platero y yo. Los seis meses que permaneció junto al poeta
fueron una experiencia traumática. Inolvidable, en el peor de los sentidos. "Cada día tenía
que inventarme coraje para enfrentarlo, repasar mi insignificancia, cubrirme de una
desdicha que hoy me rebela -escribió Walsh en un texto publicado en la revista Sur, en
1957-. Me sentía averiguada y condenada. Suelo evocar con rencor a la gente que, mayor
en mundo, tuvo mi verde destino entre sus manos y no hizo más que paralizarlo."
De regreso en Buenos Aires, consiguió la
medicina para superar ese mal trago junto a Jiménez. Volvió a escribir ensayos en diversas
publicaciones y frecuentó los círculos literarios e intelectuales. "Como a sus vanas hojas/ el
tiempo me perdía./ Clavada a la madera de otro sueño/ volaban sobre mí noches y días."
Otra vez llegó un libro, el segundo poemario, Baladas con Angel, editado en un mismo
volumen con Argumento del enamorado, de Angel Bonomini, quien entonces era novio de
María Elena. No todo iba viento en popa, aunque pocos lo pudieran percibir. No soportaba
las presiones familiares ni de la sociedad. Para ella el peronismo era una "dictadura".
Necesitaba un cambio, respirar otros aires. La aventura arrancó con una carta que sería el
principio de una asociación artística y amorosa. La tucumana Leda Valladares, que
entonces se encontraba en Costa Rica, la tentó con una propuesta: juntarse en Panamá
para rumbear juntas hacia Europa. En el barco Reina del Pacífico, María Elena se probó el
traje de cantante. Días y noches su voz se fue fogueando con las zambas de Yupanqui y
los hermanos Abalos; cantó chacareras, bagualas y vidalitas anónimas, al son de los
instrumentos de la compañera tucumana. Instaladas en París en 1952, en el Hôtel du
Grand Balcon, una desvencijada pensión de artistas, la dupla fue eclipsando los escenarios
parisienses con su exótico repertorio de canciones folklóricas. El dúo llegó nada menos
que al famoso cabaret Crazy Horse. Pablo Picasso, Jacques Prévert y Joan Miró estuvieron
entre su fascinado público.
Las muchachas compartieron camarín con
Charles Aznavour, por entonces un simple debutante.
En la "ruta a la libertad", en la París donde se
codeó con la chilena Violeta Parra y grabó sus primeros álbumes -Chants d'Argentine
(1954) y Sous le ciel de l'Argentine (1955), con canciones de tradición oral del folklore
andino argentino-, empezó a escribir su primer libro para chicos, Tutú Marambá. Leda &
María Elena volvieron a la Argentina en 1956 y pronto salieron de gira por el noroeste
argentino. Después grabarían los dos primeros álbumes en el país, Entre valles y
quebradas vol 1 y Entre valles y quebradas vol 2, ambos de 1957. Canciones de Tutú
Marambá (1960) incluye las primeras canciones que harían famosa a María Elena: "La
vaca estudiosa", "Canción del pescador", "El Reino del Revés" y "Canción de Titina". El
espectáculo musical-dramático para niños concebido por el dúo, Canciones para mirar, se
estrenó en el Teatro San Martín en 1962. A partir de doce canciones, Leda y María
irrumpían en el escenario vestidas como juglares mientras los actores -Alberto Fernández
de Rosa y Laura Saniez- representaban mímicamente, entre otras, "La Pájara Pinta",
"Canción del estornudo" y "La mona Jacinta". La sociedad parió un nuevo espectáculo
más, Doña Disparate y Bambuco, dirigido por María Herminia Avellaneda, donde
aparecieron el Mono Liso y la tortuga Manuelita, el personaje insignia del universo infantil
amasado por Walsh
Antes de la separación de María Elena &
Leda, hubo un último disco, Navidad para los chicos (1963). Etapa creativa y amorosa
cerrada, publicaría un puñado de libros para chicos -El reino del revés (1964), Zoo loco
(1964), Dailan Kifki (1966), Cuentopos de Gulubú (1966) y Aire libre (1967), que consolidó
el universo infantil que MEW construyó en la década del '60. Desde entonces, las infancias
de millones de argentinos estarán enlazadas por una liturgia inoxidable.
Narradora del disparate, "milagrera" a la hora
de expandir el humor y el absurdo, irreverente hasta lo inconcebible, además de irónica y
satírica, no habrá otra igual. La genia MEW, como si fuera una hechicera, tenía una
pulsión poética extraordinaria. En la matriz de su escritura está la poesía. En el prólogo de
Hecho a mano, su poemario para adultos de 1965, está la clave. "No sé, yo solamente
versifico/ pura conversación a mi manera", decía. Las etapas, del folklore a las canciones
para chicos, pasaban. La poesía siempre quedaba. En el '68 arrancó con sus recitales
unipersonales para adultos, Juguemos en el mundo, que fue disco también y en 1971 se
transformó en una película en la que actuó, dirigida por Avellaneda. Ese espectáculo-disco
incluía la emblemática "Serenata para la tierra de uno": "Porque me duele si me quedo,/
pero me muero si me voy/ con todo y a pesar de todo/ mi amor yo quiero vivir en
vos"
A la Walsh -opción que suena mejor para
repasar sus intervenciones públicas- le encantaba levantar polvareda. La bandera que se
enarboló como símbolo de libertad y coraje fue el artículo que publicó en 1979
"Desventuras en el País-Jardín de Infantes", cansada por la censura y las prohibiciones de
películas, programas de televisión y libros. Ya estaba retirada de los escenarios; dictadura,
terror y espanto trajeron el parate artístico en 1978. Esa pieza contra la figura del censor
merece ser revisada y discutida sin menoscabar la importancia capital que tuvo. Un
párrafo de los menos recordados legitima sin artilugios lingüísticos el accionar de la
represión y convalida la teoría de los "dos demonios". "Que las autoridades hayan librado
una dura guerra contra la subversión y procuren mantener la paz social son hechos
unánimemente reconocidos -señaló en ese texto-. No sería justo erigirnos a nuestra vez
en censores de una tarea que sabemos intrincada y de la que somos beneficiarios. Pero
eso ya no justifica que a los honrados sobrevivientes del caos se nos encierre en una
escuela de monjas preconciliares, amenazados de caer en penitencia en cualquier
momento y sin saber bien por qué." Ante la posibilidad de implementar la pena de muerte
en el país, en 1991 escribió un poema demoledor: "Cada vez que se alude a este
escarmiento, la Humanidad retrocede en cuatro patas". La Walsh no sintonizaba con el
imperativo de la "corrección política". Una de sus últimas intervenciones más criticadas fue
cuando -en 1996- invitó a la Carpa Blanca docente a retirarse de la plaza "por autoritaria
e inofensiva".
Su primera novela para adultos, Novios de
antaño, fue publicada en 1990, el mismo año en que recibió el Doctorado Honoris Causa
de la Universidad Nacional de Córdoba, cuando ya era -desde 1985- Ciudadana Ilustre de
la Ciudad de Buenos Aires. En 1994 se recopilaron las canciones completas para niños y
adultos bajo el título Las canciones; toda su obra literaria ha sido reeditada por Alfaguara
y sus libros han sido traducidos al inglés, francés, hebreo, italiano, finés, danés y sueco.
En una de sus últimas entrevistas con el suplemento Radar habló de su reconciliación con
el peronismo. "Al ver los manejos de la Revolución Libertadora recapacité sobre todo lo
que había sido la obra del peronismo, aparte de sus manejos, así, represivos, digamos. Me
di cuenta de lo que había representado para el pueblo, que es mucho. Años después viajé
por el interior y la única escuela que había y el único puente eran restos de esa época del
peronismo." Se burlaba, en esa entrevista, sobre lo que le generaba la palabra "póstumo".
La pensaba como "una especie de chiste". Y confesaba que le gustaría ser recordada
"como alguien que quería dar alegría a los demás". La vida sin María Elena tiene un gusto
amargo. Entre risas y lágrimas, dos sentimientos que no son incompatibles, los argentinos
la despedimos, emocionados: "¡Gracias, maestra, por tanta alegría!".
CONSIDERACIONES FINALES
Se ha ido una gran figura de la cultura nacional. Por
ello solicitamos la aprobación de este proyecto de resolución
Firmante | Distrito | Bloque |
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MORANTE, ANTONIO ARNALDO MARIA | CHACO | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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CULTURA (Primera Competencia) |