La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Declarar beneplácito por las acciones que lleva a cabo el Ministerio de Salud de la Nación en relación a la Semana Mundial de Concientización sobre el Consumo de la Sal e instar a las Provincias a que adhieran a las medidas llevadas a cabo por la cartera sanitaria nacional en este respecto.

Señor presidente:

Año a año, la WASH (Acción Mundial sobre Sal y Salud, siglas en inglés), organización global constituida por miembros de 85 países, dedica una semana anual a concientizar sobre el consumo de sal y los diversos riesgos que tiene para la salud. Desde el año 2011, el Ministerio de Salud de la Nación, de manos de la subsecretaria de Prevención y Control de Riesgos y de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles, viene llevando a cabo acciones dirigidas a acompañar la iniciativa.

En Argentina se consumen, en promedio, 11,2 gramos de sal por día (12,7 los hombres y 9,8 las mujeres), el doble de sal recomendada por la OMS (5 gramos diarios). Bajar tan sólo 3 gramos al día evitaría 6.000 muertes al año por enfermedades cardiovasculares. Además, se obtendrían reducciones en la incidencia de enfermedad coronaria (24,1%), infarto agudo de miocardio (21,6%), accidente cerebrovascular (20,5%), en la mortalidad por enfermedad coronaria (19,9%) y en mortalidad general (6,4%).

Muchos de estos números surgen de un estudio llevado a cabo en la Provincia de La Pampa, en el que se encontró que más del 65% de la población considera que es muy importante reducir la cantidad de sal que se agrega a las comidas, pero apenas el 31,4% asegura que hace algo para bajar el consumo. De las 1.451 personas evaluadas, el 28,2% señaló que siempre o casi siempre le agrega sal a la comida en la mesa y el 68,4% dijo que lo hace durante la cocción, mientras que el 14,9% cree que consume mucha sal.

La WASH y del Ministerio de Salud de la Nación recomiendan no salar las comidas durante la cocción sino sobre la comida cocida, ya que de este modo se reduce el porcentaje de sal. Asimismo, son buenas opciones las de disminuir el consumo de sal en pos del de pimienta, ají picante, ajo, jengibre, limón u otras especias o hierbas aromáticas. También se puede disminuir el uso de kétchup, mostaza y salsas industriales, alimentos procesados con alto contenido de sodio.

Igualmente es importante desmitificar la relación existente entre la sal y el sabor de las comidas, que no cambia en virtud de su cantidad. Se considera que en cuatro semanas, disminuyendo periódicamente la ingesta de sal, se pude acostumbrar el paladar al nuevo sabor de la comida, e incluso rechazar el consumo de alimentos salados. Otro mito muy presente en la población es el de la peligrosidad de sal, identificada solamente para aquellas personas que tienen hipertensión. Esto no es así, el sodio afecta a las arterias de cualquier individuo, por lo tanto la reducción de su consumo es recomendada para todos.

En este sentido, la iniciativa "Menos Sal, Más Vida" de la cartera sanitaria nacional ha llegado a acuerdos con la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines (FAIPA) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) para que las panaderías artesanales produzcan pan con menos y sin sal. Asimismo, junto a la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL) formalizó acuerdos con 34 grandes fabricantes de alimentos envasados -panes, galletitas, fiambres, conservas y otros- para que bajen el contenido de sal, llegando así al 80% de la industria alimenticia argentina. Estos acuerdos permitirán reducir el uso de sodio en 424 productos.

También debe destacarse que dos provincias (Buenos Aires y Río Negro) y 13 municipios han coordinado acciones para reducir la sal en los restaurantes: eliminación de saleros de la mesa; oferta de sal sin sodio o reducida en sodio o incorporación en los menúes de leyendas como "El exceso de consumo de sal es perjudicial".

Muchas de estas medidas aún no han sido adoptadas por las carteras provinciales de nuestro país. Consideramos importante que toda acción tendiente a mejorar la calidad de vida de nuestra población no quede relegada solamente a iniciativas del Ministerio nacional. En este sentido, el estudio llevado a cabo en La Pampa es solamente un estudio piloto que podría replicarse en todo país.

Por todo esto, señor Presidente, pido a mis pares que acompañen este proyecto.