La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con beneplácito que el Poder Ejecutivo Nacional, por conducto del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, tuviera a bien realizar gestiones ante la República de Chile, para analizar la factibilidad de modificar la denominación del Canal de Beagle, que se extiende aproximadamente doscientas (200) millas a lo largo de la costa sur de la Isla Grande de Tierra del Fuego - y que entre los meridianos 68° 36´38,5´´ O y 66° 25´00´´ O constituye el límite entre ambos Estados-, postulando que dicho corredor sea denominado como "Cardenal Antonio Samoré", en homenaje a su decidida acción en favor de la paz entre la Argentina y Chile, como promotor del Tratado de Paz y Amistad firmado en 1984 entre ambas naciones.

Señor presidente:

En las vísperas de la Navidad de 1978, cuando la guerra era inminente entre la Argentina y Chile, prohijada por las dictaduras que gobernaban a ambos lados de la Cordillera de los Andes, en atención a la disputa fronteriza en la zona austral, arribaba a la Argentina quien había sido designado el 24 de diciembre de aquel año, Representante de su Santidad Juan Pablo II ante Argentina y Chile para dirimir pacíficamente un conflicto que parecía iba a estallar, poniendo fin a la paz en la región.

Al llegar a estas tierras, el Cardenal Antonio Samoré, pronunció una expresión que aún está grabada en la memoria de muchos, cuando dijo "veo una lucecita de esperanza al final del túnel".

Y esa esperanza fructificó gracias a su mediación y a la propuesta que formulada en 1980 por Juan Pablo II a ambas naciones, fue aceptada por las mismas y concluyó en 1984 con la firma del "Tratado de Paz y Amistad".

El Cardenal Samoré no pudo ver el final de su obra, pues falleció el 3 de febrero de 1983 en Roma, pero esas aguas del canal, sus zonas costeras adyecentes y dos pueblos, le debemos a ese hombre la paz.

Corría un turbulento 1978 cuando el enfrentamiento entre argentinos y chilenos era un hecho muy próximo a concretarse. A nivel internacional, el mundo católico también había sido conmocionado por la muerte de S.S Pablo VI y la desaparición repentina de quien había sido proclamado Papa, Juan Pablo I. La Santa Sede elegía un nuevo pontífice, un polaco, que modificaba un viejo patrón de elección de un papa romano, y además el esquema geopolítico en un mundo cruzado por el Conflicto Este-Oeste.

El arribo de Juan Pablo II se produjo en medio de la mayor tensión entre Argentina y Chile y si bien la designación de Antonio Samoré como Representante Papal -hombre que conocía estos lares pues había sido Presidente de la Comisión Pontifica para América Latina desde 1967-, ello no garantizaba frenar la aventura bélica de las dictaduras militares que regían los destinos de ambas naciones.

Habiendo transcurrido más de tres décadas desde aquella expresión del Cardenal Samoré, podemos vislumbrar como esa "lucecita de esperanza" se ha transformado en un faro de paz e integración entre ambos pueblos, y por ende, estimamos que a poco de conmemorarse los treinta años de la firma de aquel Tratado que su promotor no llegó a ver, sea realice la reconversión del nombre del Canal en el que se centralizó la disputa territorial entre ambos Estados, con el nombre del artífice del entendimiento entre ambos pueblos.

No desmerecemos bajo ningún punto de vista que el nombre actual responde al nombre de la embarcación que permitió a un hombre de ciencia como Charles Darwin, realizar interesantes aportes al desarrollo de la misma, pero entendemos que la figura del Cardenal Samoré debe ser rescatada por argentinos y chilenos, pues sin él no existiría Tratado de Paz y Amistad.

Sin su decidida acción en un momento crítico de la historia reciente de ambas naciones no existiría hoy Tratado de Maipú de Integración y Cooperación, ni leyes que este H. Congreso ha dictado recientemente en orden a consolidar nuestra unión fronteriza.

Por eso presentamos la presente declaración, por la cual esta H. Cámara vería con agrado que el Poder Ejecutivo Nacional, por las vías que estime pertinentes, realice ante su par trasandino las gestiones -de compartir la iniciativa-, para rebautizar al Canal de Beagle como Canal Antonio Samoré.

Por las razones expuestas solicito a mis pares el acompañamiento a la presente iniciativa.