La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

1.- Declarar su más enérgico repudio al Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 al conmemorarse el trigésimo aniversario de su ejecución por parte de miembros de las fuerzas armadas y de seguridad con complicidad y participación de civiles.

2.- Homenajear a los 30.000 detenidos desaparecidos, los miles de presos políticos, los 500 niños apropiados y sustituidos de su verdadera identidad, los miles de exiliados y demás víctimas del terrorismo de Estado que asoló nuestro país durante la última dictadura militar.

3.- Declarar su compromiso en el trabajo legislativo para revertir y reparar las consecuencias económicas, políticas, sociales y culturales que la última Dictadura Militar impuso a través de su gobierno de facto.

Señor presidente:

El 24 de marzo de 1976 una asociación ilícita; conformada por miembros de la Fuerzas Armadas, de Seguridad y civiles; tomó por asalto las riendas del Estado Nacional y llevo adelante, no solo un plan sistemático de represión, sino que el mismo fue el paso necesario para abrir las puertas a un modelo económico que había sido negado y resistido desde el ascenso de los sectores populares, en los principios del siglo XX, a sectores estratégicos del Gobierno Nacional.

La Dictadura Militar desarticuló organizaciones populares, desactivo el alto grado de movilización social existente y sembró el terror en la población. La soberanía política, la justicia social y la independencia económica fueron bastardeadas por las Fuerzas Armadas convertidas en el brazo de choque de potencias extranjeras.

Por aportar honestamente y desde su humilde lugar a la concreción de las ideas más nobles y solidarias muchos sufrieron el peor de los castigos pensados. Más de 30.000 compañeros fueron secuestrados, torturados y desaparecidos. Más de 500 niños nacieron en cautiverio o fueron detenidos dentro de los Centros Clandestinos para luego ser apropiados por cómplices anónimos o ejecutores de esa política del terror. Centenares de miles de patriotas se vieron obligados a padecer la desolación del exilio y otros sufrieron la cárcel durante años.

La resistencia constante de los organismos de Derechos Humanos, de esos familiares directos que lejos de la venganza buscaban Justicia, Verdad y Memoria, fueron protagonistas de la resistencia que logro romper el cerco de silencio abonado por la mayoría de los medios de comunicación y mantener viva la esperanza de que la Patria diera vuelta a su página más vergonzosa.

También debemos destacar la lucha heroica de otros actores sociales, fundamentalmente los enrolados en la clase trabajadora, que organizados en las juntas internas de delegados pese a la infamia del Terrorismo de Estado pulseaban por las reivindicaciones históricas del movimiento obrero, que con paros, huelgas y movilizaciones unificaron el descontento popular convirtiéndose en la referencia indiscutida para la lucha contra la Dictadura.

Hoy en Argentina debatimos un nuevo modelo de país en un escenario político nacional y latinoamericano favorable para la integración de todos los ciudadanos y así superar ese capítulo nefasto que buscó, a través del Plan Cóndor, la desintegración del tejido social.

El "Nunca más" es un proceso de construcción colectiva y cotidiana para el pasado y para el presente. Pero la memoria es fundamental, porque a través de ella aprendemos a reconocer y a valorar a nuestros héroes y mártires. Tenemos que recuperar la memoria como parte de la lucha de nuestro pueblo y del proceso de consolidación de un proyecto de Nación que está, que no se debe detener.

Nuestro compromiso es brindar nuestro aporte desde la militancia y la acción política para que a través del accionar de la justicia los responsables de los crímenes de lesa humanidad paguen en la cárcel, como corresponde, por los crímenes que cometieron.

Por todo lo expuesto solicitamos a nuestro pares la aprobación de la presente resolución.