La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

La Cámara de Diputados de la Nación Argentina declara su repudio a las medidas adoptadas por el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica contra la República Bolivariana de Venezuela, en tanto violatorias del principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados soberanos, doctrina sostenida por nuestro país en la materia desde el desarrollo de Doctrina Drago y, violatoria de los Arts. 2 inc. 4) de la Carta de las Naciones Unidas y 17 y 20 de la Carta de la O.E.A.

Señor presidente:

El diez de marzo próximo pasado, el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Barak Obama emitió una orden presidencial declarando la emergencia nacional respecto de la "...amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos planteada por la situación en Venezuela...". Disponiendo en ella sanciones económicas y de visado. En sus fundamentos, el Primer mandatario sostuvo que: "...Yo Barack Obama, presidente de los Estados Unidos de América, entiendo que la situación en Venezuela, incluida la situación del Gobierno en cuanto a la erosión de las garantías de derechos humanos, la persecución de opositores políticos, la restricción de la libertad de prensa, el uso de la violencia, violaciones y abusos de derechos humanos, el arresto arbitrario y detención de manifestantes que están en contra del gobierno, así como la presencia exacerbada de corrupción pública significativa, por estas razones que constituye una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y política exterior de los Estados Unidos declaro por medio de la presente una emergencia nacional a los fines de hacer frente a dicha amenaza

El pueblo argentino no puede, ni debe, hacer la vista gorda a tamaña violación en las cuestiones internas de un Estado soberano. No puede, porque no se trata de ideologías políticas, sino de una política en materia de derecho internacional que, se ha mantenido casi inalterable en todos los gobiernos desde que, casualmente o no, allá por 1902, también el gobierno de los EEUU pretendiera sobrepasar la soberanía de Venezuela y, el por entonces Ministro de Relaciones Exteriores, Dr. Luis María Drago elaboró la doctrina que pasaría a la historia como "La Doctrina Drago" conforme la cual, "...ningún país puede utilizar la fuerza contra una nación americana con la finalidad de cobrar una deuda financiera...".

Desde entonces, y pese a las presiones internacionales, el Presidente Hipólito Yrigoyen declaró la neutralidad frente a la Primera Guerra Mundial y, terminado el conflicto bélico y firmado el Tratado de Versalles, abogó por la igualdad entre naciones vencedoras y vencidas, defendiendo el principio de no intervención.

Con motivo de la Segunda Gran Guerra, El 4 de septiembre de 1939 el presidente Roberto M. Ortiz declara nuevamente la Neutralidad y los

Estados Unidos de Norteamerica implementa un boicot económico contra nuestro país, que se extiende entre 1942 y 1949, por su rechazo a declarar la guerra contra el Eje. El conflicto principal se produjo en la Conferencia de Río de Janeiro, en enero de 1942. Allí, la Argentina obtuvo gran un triunfo diplomático. Washington propuso que los países de América Latina rompieran relaciones con el Eje y la cancillería argentina consiguió que se aprobara una moción en la cual se recomendaba a los países latinoamericanos romper relaciones y dejaba en libertad de acción para hacerlo o no. En el mes de febrero de 1945 el Presidente Roosvelt convoca a los países de Latino América no alineados a la conferencia de Yalta, y logra que Venezuela, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Perú y Chile declaren la guerra. Nuestro país siguió manteniendo su neutralidad y se negó a participar de esa conferencia y de su continuación en Chapultepec, unos días más tarde. Terminada la guerra, Roosvelt se opuso al ingreso de Argentina a la comunidad de las Naciones Unidas, por no haber declarado la guerra a los enemigos de los aliados.

En enero de 1964 se desata una crisis entre Estados Unidos de Norteamérica y Panamá, relacionado con su canal. El canciller argentino, Miguel Angel Zavala Ortiz, envió una nota a su colega panameño, Galileo Solís, el 12 de enero de 1964, expresando la "solidaridad" de las autoridades argentinas con el "sacrificio en defensa de la soberanía nacional" del "pueblo panameño".

El 28 de abril de 1965 los Estados Unidos de Norteamerica invade la República Dominicana y el Presidente Illía, en una posición contraria al resto de America Latina se opone al envío de tropas, sosteniendo la doctrina de no intervención y neutralidad. Para noviembre de 1965, se reúne en Río de Janeiro la Segunda Conferencia Interamericana Extraordinaria de Cancilleres. Los resultados de la conferencia no fueron los esperados, ni para Estados Unidos, ni para los países latinoamericanos, ni para República Dominicana. La postura argentina no fue bien recibida por los círculos diplomáticos norteamericanos.

Pero este no es el único suceso que marca la política internacional llevada adelante por el gobierno del Presidente Illía. En aquel mismo año, y también sobre el argumento de la Doctrina Drago, realiza una presentación ante la O.N.U respecto de la soberanía Argentina en Malvinas, obteniendo la resolución 2065 del 16/12/65, que obliga al gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a encontrar una solución pacífica al conflicto. Fue la mayor victoria de nuestro país respecto de la soberanía sobre las Islas Malvinas.

La Presidencia del Dr. Raúl Ricardo Alfonsín estuvo marcada por un hecho que quedará para los tiempos. Su encuentro con el Presidente de los EEUU en la Casa Blanca, es un grito a la soberanía de los estados.

La victoria del Sandinismo en Nicaragua en 1984 era un tema de preocupación para el presidente Reagan y había tomado cartas en el asunto, tal como lo pretende hacer el presidente Obama en Venezuela.

El Presidente Alfonsín fue recibido en los jardines de la Casa Blanca el 19 de Marzo de 1985 y, en una síntesis de sus discurso, podemos repasar los principios sobre los que fundamos el presente proyecto.

"...Es realmente importante, usted lo ha señalado, que esta entrevista que vamos a realizar se dé precisamente en circunstancias donde una verdadera ola de democratización avanza sobre América Latina. Esa es nuestra esperanza, señor presidente, que los pueblos de América Latina gocen de de las libertades, prerrogativas, del respeto a los derechos esenciales que, desde siempre, goza el pueblo de los Estados Unidos. [...] Eso fue lo que quisieron, por otra parte, nuestros padres fundadores, los de los Estado Unidos y los de Argentina. Por eso lucharon los hombres que nos dieron la independencia, desde Washington al norte y San Martín en el sur. [...] Por eso también ha señalado acertadamente, señor presidente, la necesidad de acompañar estos procesos de la democracia con realizaciones tangibles en el campo económico, que le permitan a las democracias nuevas dar respuestas cabales a los requerimientos de las democracias sociales. [...] Vamos a hablar del presente y del futuro. Vamos a hablar dos presidentes elegidos por la voluntad de nuestros pueblos. Vamos a tocar sin duda, los temas bilaterales y también los que hacen a nuestro continente en su conjunto y no estará ajeno a nuestro diálogo el tema de Centroamérica o Nicaragua. [...] Estoy convencido que a través del diálogo se podrán encontrar formulas de paz, que sobre la base del respeto al principio que hace al derecho consuetudinario americano de la no intervención, nos den la posibilidad de lograr un triunfo en las ideas de la democracia y el pluralismo de la democracia, sin injerencias extra continentales y afirmando desde luego, al libertad del hombre. [...] Vamos a conversar sobre estos temas, señor presidente, y lo haremos, como dije, dos hombres elegidos por nuestros pueblos, será en definitiva, entonces un dialogo entre ambos pueblos. [...] Trataremos de llegar a soluciones por ellos, trabajaremos para ellos, y procuraremos construir el futuro que nuestros pueblos se merecen. [....] Raúl Alfonsín, Washington, Estado Unidos, 19 de Marzo de 1985.

Otra de las medidas adoptadas por el Presidente Alfonsín, durante su gobierno, fue la posición Argentina respecto de Cuba.

El primer encuentro entre los presidentes Alfonsín y Castro tuvo lugar en la Reunión de los Países No Alineados en Harare, Zimbabwe, en septiembre de 1986 y un mes después, Alfonsín se convirtió en el primer Presidente latinoamericano en visitar Cuba desde el bloqueo dispuesto por EEUU.

La posición frente al planteó de las supuestas violaciones a los derechos humanos por parte del régimen castrista fue otro de los temas en que el gobierno del Presidente Alfonsín se mantuvo coherente con la doctrina Drago.

Rechazando en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en 1987 y 1988 la condena de los EEUU a la isla por crímenes cuya investigación jamás se había realizado y, sosteniendo el principio de no intervención en Estados Soberanos. En enero de 1989, el Presidente Alfonsín recibió en Buenos Aires a su par cubano, en una muestra de la amistad entre ambos países.

El último gran suceso en que se vio traspasada la soberanía de un Estado soberano, debe ser recordado por el Sr. Presidente y por todos los señores legisladores. No fue hace tanto e, impactó directamente sobre nuestra soberanía nacional.

El 12 de octubre de 2012 los argentinos nos despertamos conociendo la noticia sobre que la Fragata Libertad había sido retenida en el puerto de Tema, Ghana, por un pedido de embargo de los holdouts. La defensa llevada a cabo por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner se fundó, justamente, en la Doctrina Drago, al entender que la Fragata Libertad forma parte del territorio de la Nación.

Como comprenderá el Sr. Presidente, el respeto al principio de no intervención en la soberanía política y económica de los estados soberanos no es, como ha quedado claro, una cuestión de ideologías. Es una política de estado que se ha mantenido a lo largo de los años, y que todos aquellos que defendemos las banderas de la libertad de los pueblos para decidir sobre si mismos, tenemos la obligación de mantener en alto, ante la intromisión manifiestamente ilegal de otros estados. Sea por la vía de sanciones económicas, sea por la acción diplomática, o sea, como en los años setenta, por un plan coordinado para derrocar a los gobiernos democráticos de la región.

Es por ello que le solicitamos, tenga a bien aprobar el presente proyecto de declaración.