La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional se arbitren los medios y directivas para que, a través del Consejo Federal de Seguridad Vial, se exhorte a las provincias a intensificar - por medio de autoridades de tránsito competentes, y establecimientos de enseñanza de niveles inicial, primario y secundario - las campañas de concientización vial y el dictado de contenidos sobre educación vial.

Señor presidente:

Pese a los ingentes esfuerzos de la Nación para lograr una circulación vial y un uso de la vía pública cada vez más seguro, a través de una infinidad de acciones sumamente positivas, la realidad del tránsito en la Argentina sigue requiriendo un enorme esfuerzo para lograr las metas y objetivos de seguridad vial que inspiraron la letra de las leyes 24449 y 26363.

Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, desde el año 1997 a 2010, se produjeron 55263 muertes por accidentes viales, cifra que ofrece un panorama alarmante acerca de la realidad de la seguridad vial argentina, el cual se ve reforzado por informes sobre siniestralidad vial en el país, efectuados por la Agencia Nacional de Seguridad Vial, que arrojan un número de 551918 siniestros viales en el período 2008-2010.

Lamentablemente, la tendencia ascendente de la siniestralidad vial argentina es un hecho que se ve demostrado en los números que arrojan las estadísticas viales de los últimos años, lo cual nos conmina a todos a redoblar esfuerzos en pos de resolver esta problemática.

Y en relación a tendencias, del Segundo Informe sobre Accidentes de Tránsito en Argentina - elaborado en 2010 por la Asociación para Políticas Públicas -, que releva datos nacionales correspondientes al período 1997-2008, pueden entreverse algunas otras conclusiones preocupantes, pero que ofrecen un buen diagnóstico sobre la base del cual se puede actuar:

El grupo etáreo con mayor número de víctimas de tránsito en la Argentina durante 1997-2008 - exactamente 5428 -, fue el comprendido entre las edades de 20 a 24 años. Esto puede explicarse aludiendo al comportamiento riesgoso característico de la población joven - que se traduce en las prácticas de manejo -, al mayor consumo de alcohol al conducir y al menor uso de cinturón de seguridad por los jóvenes.

El uso promedio del cinturón de seguridad en la Argentina es de un 39,6% - según datos de la Primera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, elaborada por el Ministerio de Salud de la Nación en 2006 -. Si bien este dato se presenta de manera agregada, a partir de las cifras aportadas por todas las provincias, hay que decir que en algunas jurisdicciones el uso del mismo por parte de la población es más bajo, y en otras superior. A modo de ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires un 78,1% de los encuestados manifestó usar siempre el cinturón de seguridad, mientras que en Santiago del Estero, sólo un 18,0% lo hace.

Las muertes relacionadas con motocicletas ha resultado ser un grave problema en franco crecimiento en el país. De 1997 a 2008 se registraron 3651 decesos de motociclistas, y 786 de personas embestidas por este medio de transporte. El análisis que puede hacerse al respecto enfoca las causas en el manejo irresponsable de estos vehículos, la no utilización de los cascos protectores por parte de los motociclistas, y la falta de infraestructura adecuada para que ellos circulen - ciclovías -.

Los datos aportados generan la certeza de que algunas de las más graves problemáticas viales de la Argentina pueden subsanarse reforzando las estrategias de prevención, principalmente en lo referente a multiplicar los espacios y periodicidad de las campañas de concientización vial que la Agencia Nacional de Seguridad Vial ya ha diseñado estratégicamente a través de cinco ejes (respetar las velocidades máximas; no consumir alcohol antes de conducir; usar siempre cinturón de seguridad; usar casco, si conduce motocicleta o cuatriciclo; no usar telefonía celular mientras maneja).

Y como esta cuestión requiere la más estrecha atención y colaboración de todas las jurisdicciones provinciales, es preciso que el Consejo Federal de Seguridad Vial instruya a los representantes viales de cada provincia, para que se intensifiquen las campañas de seguridad vial, utilizando más espacios de propaganda y con mayor regularidad, como también para que a través de los establecimientos de enseñanza de nivel inicial, primario y secundario se haga fundamental hincapié, de forma continua a los niños y jóvenes, sobre una correcta utilización de la vía pública y una conducción segura y respetuosa de los demás.

Todo el trabajo hecho hasta aquí - que es mucho y sumamente valioso - debe reforzarse con más y mejores medidas de prevención y control vial, lo cual permitirá en un futuro no tan lejano vislumbrar los frutos del gran esfuerzo invertido por la Nación en esta materia a lo largo de todos estos años.