PROYECTO DE TP
Expediente 0763-D-2014
Sumario: MUSEO HISTORICO NACIONAL: RESTITUCION DEL SABLE CORVO QUE PERTENECIERA AL GENERAL DON JOSE DE SAN MARTIN; DEROGACION DEL DECRETO 8756/67.
Fecha: 14/03/2014
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 8
El Senado y Cámara de Diputados...
LEY DE RESTITUCIÓN DEL SABLE CORVO DEL
GENERAL SAN MARTÍN
AL MUSEO HISTÓRICO NACIONAL.
ARTÍCULO 1°.-Restitúyase al Museo Histórico
Nacional el sable corvo que perteneciera al General Don José de San Martin, donado por
Manuela Rosas de Terrero a dicha institución en 1897.
ARTICULO 2°.- Deróguese el Decreto
8756/1967.
ARTÍCULO 3º.- Comuníquese al Poder
Ejecutivo.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El 5 de diciembre de 1835 desde su exilio en
Francia, el general San Martín escribió una carta a su yerno Mariano Balcarce que estaba en
Buenos Aires junto a su esposa e hija del Libertador, Mercedes San Martín de Balcarce: "Lo
que sí les encargo se traigan es mi sable corvo que me ha servido en todas mis campañas de
América y servirá para algún nietecito si es que los tengo. En cuanto a lo demás ya les tengo
escrito con extensión en la suposición de que deben venir contando no volver a América
hasta después de mi muerte".
Nueve años después, en su testamento
fechado en París el 23 de enero de 1844, en la cláusula tercera, el general San Martín
dispuso: "El sable que me ha acompañado en toda la guerra de la Independencia de la
América del Sud le será entregado al general de la República Argentina Dn. Juan Manuel de
Rosas, como prueba de la satisfacción que como argentino he tenido al ver la firmeza con
que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros
que trataban de humillarla".
Su voluntad fue cumplida y el sable corvo fue
enviado a Rosas quien, en su testamento redactado el 28 de agosto de 1862, en Rockstone
House, su domicilio en Southampton, Inglaterra, dispuso en la clásula décimo octava legar a
su amigo y consuegro Juan Nepomuceno Terrero "la espada que me dejó el Excmo. Sr.
Capitán General Dn. José de San Martín ("y que lo acompañó en toda la guerra de la
Independencia") por la firmeza con que sostuve los derechos de mi Patria. Muerto mi dicho
amigo, pasará a su esposa, la Sra. Da. Juanita Rábago de Terrero, y por su muerte a cada
uno de sus hijos e hija, por escala de mayor edad". (Dellepiane, Antonio. El Testamento de
Rosas. Editorial Oberón. Bs. As. 1957). Tras la muerte de Rosas en 1877 y fallecido también
Juan Nepomuceno Terrero y su esposa, el sable corvo de San Martín quedó en posesión de
Máximo Terrero, hijo mayor del matrimonio y esposo de Manuela Rosas.
Desde la creación del Museo Histórico Nacional
en 1889, por iniciativa de su primer director, Adolfo Carranza, se quiso plasmar un
sentimiento de pertenencia nacional, en medio de un proceso de expansión económica, de
desarrollo de las comunicaciones y de la llegada masiva de inmigrantes. Por esta razón, el
Museo se constituyó como el Panteón de la Patria donde se guardaban y veneraban las
reliquias de los próceres de la Revolución de Mayo y las guerras de la independencia. Desde
sus exhibiciones, en esos momentos, se difundía una narración histórica unilineal y
homogénea que ignoraba los conflictos y la diversidad de identidades étnicas, regionales y
sociales que convivían dentro de los límites del Estado argentino.
En 1896 Adolfo Carranza, en su afán de
generar este sentimiento de nacionalidad, le escribe una carta a Manuelita Rosas, hija de
Juan Manuel de Rosas, solicitándole que "seria en bien de la memoria de su señor padre
entregar a la patria lo que es de ella... (...)... vengo a rogar a Ud. haga donación al Museo
Histórico Nacional en nombre de su señor padre, del sable corvo del General San Martin que
recibió como prueba de satisfacción por la firmeza con que sostuvo el honor de la República".
El 27 de noviembre de ese año, desde Londres, Manuela Rosas le respondió: "Por disposición
testamentaria de mi padre, el sable que le fue legado por el ilustre Capitán General Dn. José
de San Martín, valiosísima prenda que con palabras tan gratas me pide Ud. destine al MUSEO
HISTÓRICO NACIONAL de nuestro país, hoy pertenece a mi esposo y como fácilmente
comprenderá Ud. mucho le cuesta a él como a todos nosotros, hacer el sacrificio de
desprendernos de ella. Es esta la razón de mi demora a la contestación de su pedido. Al fin
mi esposo, con la entera aprobación mía y de nuestros hijos se ha decidido donar a la Nación
Argentina este monumento de gloria para ella, reconociendo que el verdadero hogar del sable
del Libertador debiera ser en el seno del país que libertó. Por lo tanto, puede Ud. Sr.
Carranza contar con que al recibo del pedido oficial que Ud. ofrece, la contestación será el
envío del sable".
El 20 de diciembre de 1896, Carranza se dirigió
por nota oficial a Máximo Terrero pidiéndole la donación, y el 1 de febrero de 1897 Terrero le
respondió: "Mi contestación es el envío de la prenda a Buenos Aires, acompañada de una
nota dirigida al Señor Presidente de la República, suplicando a S.E.
se sirva aceptarla en calidad de una donación
hecha a la Nación Argentina, en nombre mío, de mi esposa, de nuestros hijos y al mismo
tiempo manifestando el deseo que SEA DEPOSITADO EN EL MUSEO HISTÓRICO NACIONAL".
(Instituto Nacional Sanmartiniano. El sable del general San Martín. Buenos Aires. 1978.).
En la carta que Máximo Terrero le dirigió al
Presidente de la República, José Evaristo Uriburu, escribió: "En virtud de esta solicitud (la de
Carranza), la presente tiene por objeto ofrecer a V.E. en su carácter de Jefe Supremo de la
República, este monumento de gloria para nuestro país, siendo mi deseo donar a la Nación
Argentina, para siempre, este recuerdo, quizá el más interesante que existe, de su valiente
Libertador".
En un párrafo siguiente, Terrero explicitó:
"Suplico a V.E. se digne aceptar la ofrenda que hago a la Patria en nombre mío, de mi esposa
doña Manuela Rozas de Terrero y de nuestros hijos, y si bien en caso de ser aceptada la
donación, nos fuera permitido expresar nuestro deseo en cuanto al destino que se le diera al
sable, sería el que FUESE DEPOSITADO EN EL MUSEO HISTÓRICO NACIONAL, CON SU
VAINA Y CAJA TAL CUAL FUE RECIBIDO EL LEGADO DEL GENERAL SAN MARTÍN". (Ob.
Cit.)
Por decreto del 3 de marzo de 1897, firmado
por el presidente Uriburu y refrendado por su ministro de Guerra y Marina, Guillermo
Villanueva, se dispuso que el sable SE DEPOSITARA EN EL MUSEO HISTÓRICO NACIONAL.
(Ob. Cit.)
Un día después, el 4 de marzo de 1897, la caja
conteniendo el sable corvo desembarcó en Buenos Aires después de haber partido desde el
puerto de Southampton en el "Danube" de la Royal Mail y luego trasbordado a la corbeta "La
Argentina". El presidente Uriburu no concurrió al puerto para recibirlo ni tampoco lo hizo el
máximo jefe del Ejército, en una actitud que se interpretó como un desagrado por el origen
de quienes habían hecho la donación: los descendientes de Juan Manuel de Rosas.
Durante 66 años el sable del general San Martín
permaneció expuesto en el Museo Histórico Nacional, lugar elegido además por su nieta,
Mercedes Balcarce para donar el mobiliario del cuarto en el que falleció el Libertador que aún
se conserva.
El día 12 de agosto de 1963, Osvaldo Agosto,
Manuel Gallardo, Alcides Bonaldi y Luis Sansoulet, miembros de la Juventud Peronista
liderada por el triunvirato conformado en ese entonces por Carlos Caride, Envar El Kadri,
Jorge Rulli y Héctor Spina roban el sable del General San Martin, para protestar por las
elecciones realizadas ese año con el peronismo proscripto y reclamar por el regreso del
general Juan D. Perón, la devolución del cadáver de Evita, la ruptura con el F.M.I., el castigo
a los fusiladores de 1956 y la libertad a los presos del Plan CONINTES de Arturo Frondizi.
La J.P. emitió un comunicado en el que declaró
que "Desde hoy, el sable de San Lorenzo y Maipú quedará custodiado por la juventud
argentina, representada por la Juventud Peronista". El 12 de octubre de ese año, con Arturo
Illia en la presidencia, la JP difundió un segundo comunicado en el que amplió sus demandas
exigiendo el castigo para los asesinos de Felipe Vallese, desaparecido y asesinado por la
Unidad Regional de San Martín, de la policía bonaerense.
Esa misma Unidad fue la que secuestró a
Agosto y a Gallardo para indagarlos por el robo del sable. Poco después, Aníbal Demarco a
quien Agosto le había entregado el arma para que la ocultara, se reunió con el capitán Adolfo
César Phillipeaux (militar peronista ligado al general Juan José Valle) y acordaron la
devolución del sable para bajar la tensión y el acoso policial. Días más tarde, el sable es
devuelto y se deposita transitoriamente en el Regimiento de Granaderos a caballo de
Palermo. El Presidente Guido en una visita al Regimiento expresó "que no puede estar en
mejores manos la custodia transitoria de esta sagrada reliquia histórica para nuestro país,
que en este Regimiento Granaderos a Caballo" y posteriormente, el 17 de agosto de 1964,
en virtud de un mandato judicial, se devolvió al MUSEO HISTÓRICO NACIONAL.
El 19 de agosto de 1965, cuatro miembros de la
Juventud Peronista otra vez sustrajeron el sable del Museo Histórico Nacional. Permaneció
escondido en un colchón en una guardería de muebles, hasta que el 4 de junio de 1966 fue
devuelto al Ejército. (Tarruella, Alejandro. Historias secretas del peronismo. Editorial
Sudamericana. Bs. As. 2007).
Por el decreto n° 8756/1967 del 21 de
noviembre de 1967, el presidente de facto Juan Carlos Onganía dispone la guarda definitiva
en el Regimiento creado por el Libertador en 1812. El decreto argumentaba la medida "en
que corresponde confiar el sable del Libertador al Regimiento de Granaderos, por ser la
unidad que creara y que más íntimamente está ligada en el sentir popular a su vida gloriosa"
y fue refrendandado por Mariano Astigueta, Guillermo Borda, Julio Alsogaray y Antonio
Lanusse. Esta medida provocó la renuncia del
entonces Director del Museo Histórico Nacional, alegando que "el cambio de custodia del
sable corvo del Libertador lesiona principios legales e históricos que hacen a su posesión
indiscutible por el Museo Histórico Nacional". De todos modos, el sable de San Martín siguió
siendo custodiado en el Regimiento de Granaderos a Caballo, cumpliendo así el decreto del
dictador Ongania.
El 20 de noviembre de 1973, ya en democracia,
la Comisión de Legislación General de la Cámara de Diputados dictaminó aconsejando la
sanción del Proyecto de Resolución presentado por el diputado Isidro Farías por el que se
"devuelve al Museo Histórico Nacional el sable del Libertador General José de San Martín y
deroga el decreto 8.756/67". Pero la ley jamás fue tratada en el recinto, y perdió estado
parlamentario.
Actualmente, el MHN está en un proceso de
reconfiguración que pretende exponer la historia Argentina desde un abordaje de la
construcción social, y desde abril de 2013, cuando Araceli Bellotta se hizo cargo de la
Dirección del Museo Histórico Nacional, se propuso volver a montar las exposiciones
permanentes que muestren nuestra historia desde los pobladores originarios hasta el siglo
XX. Se empezó a trabajar con la exposición sobre el general San Martín, Libertador de la
América del Sur, que hacía casi una década había sido desmontada, a pesar de que el Museo
Histórico contiene el mayor reservorio de piezas de su pertenencia. Ejemplo de esta
revitalización del MHN, es la puesta en marcha de una cuadro interactivo del General San
Martin en su vejez en Boulogne Sur-Mer, donde los visitantes al museo tienen la posibilidad
de poder hablar con el Libertador, y éste mediante la aplicación de tecnología, responde
acorde a los conocimientos de una persona que vive en 1850, generando así un intercambio
muy rico entre visitantes y el Libertador.
El 17 de agosto de 2014, se espera inaugurar
esta exposición, y sería de mucha trascendencia y un claro gesto político, que el sable corvo
del Libertador retornara al sitio elegido por los donantes y que, otra vez, el pueblo pueda
verlo.
Por estos motivos, el sable corvo debe
permanecer en el Museo Histórico Nacional, por ser la institución Nacional que por excelencia
se encarga de proteger y difundir una memoria nacional, identidad y representación para
todos sus habitantes. Es la institución a la que Manuela Rosas de Terrero donó el sable corvo
y el presidente Uriburu a través de un decreto lo depositó allí. Para luego ser puesto en una
institución militar, donde no se puede visitar, bajo el amparo del decreto n° 8756/1967 de la
dictadura militar de Onganía.
En mi calidad de sanjuanina, la Cruzada del
Libertador representa un punto fundante en la historia cuyana y provincial. Fue por el Paso
de los Patos, en San Juan, que cruzó la columna principal bajo el mando de San Martín. Es
por ello que los símbolos patrios tienen también una significación cultural cara a los intereses
provinciales que componen nuestra patria. Por otro lado, la nueva generación de jóvenes
nacidos en democracia necesitamos y debemos tener la posibilidad de ser partícipes de este
sentimiento de tener una identidad Argentina.
Por estos motivos y por el orgullo que
representa para todos los argentinos y argentinas volver a contemplar el sable del Padre de la
Patria, Sr. Presidente, solicito a mis pares legislativos que acompañen el presente proyecto
de Ley.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
CASTRO, SANDRA DANIELA | SAN JUAN | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
VILLA, JOSE ANTONIO | SAN JUAN | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
UÑAC, JOSE RUBEN | SAN JUAN | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
SORIA, MARIA EMILIA | RIO NEGRO | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
MARCOPULOS, JUAN FERNANDO | CORRIENTES | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
ABRAHAM, ALEJANDRO | MENDOZA | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
KOSINER, PABLO FRANCISCO JUAN | SALTA | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
BARRETO, JORGE RUBEN | ENTRE RIOS | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
ISA, EVITA NELIDA | SALTA | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
CULTURA (Primera Competencia) |
Trámite
Cámara | Movimiento | Fecha | Resultado |
---|---|---|---|
Diputados | SOLICITUD DE SER COFIRMANTE DEL DIPUTADO BARRETO JORGE (A SUS ANTECEDENTES) | ||
Diputados | SOLICITUD DE SER COFIRMANTE DE LA DIPUTADA ISA (A SUS ANTECEDENTES) |