La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su beneplácito por el aumento salarial del 15 por ciento promedio, otorgado por el Poder Ejecutivo Nacional a más de 10.000 científicos e investigadores del CONICET, anunciado el pasado 8 de febrero de 2007, jerarquizando así a la actividad científica nacional.

Señor presidente:

El crecimiento y el desarrollo integral de un país están estrechamente ligados a los avances que puedan realizarse en el campo del conocimiento científico, lo cual puede lograrse tanto en la búsqueda de excelencia por parte de nuestras universidades y unidades académicas como en el ámbito propio de la investigación. Mucho se ha hablado acerca de la importancia de fomentar la ciencia y la tecnología en nuestro país, más en la denominada era de la "sociedad del conocimiento", pero pocas veces se ha traducido aquello en medidas concretas que fomenten verdaderamente la labor de nuestros investigadores.

Después de varias décadas de atraso y postergación, el pasado día 8 de febrero de 2007 el Poder Ejecutivo Nacional anunció un incremento salarial que ronda el 15 por ciento en promedio sobre los salarios brutos de más de 10.000 científicos de todo el país. Con esta decisión, el sueldo del investigador superior, de más alta categoría, alcanza a 6.744 pesos, mientras que el de más baja, el investigador asistente, asciende a 2.969 pesos. Además, se incrementaron los salarios de becarios doctorales y posdoctorales, artesanos, técnicos y profesionales principales.

Por otra parte, se decidió recuperar comparativamente los salarios de los científicos de la ciudad de Buenos Aires, Gran Buenos Aires y La Plata, que se encontraban retrasados respecto a sus pares del interior; así como también se realizó un destacado incentivo para los directores de centros científico-tecnológicos, que pasan a cobrar 1.800 pesos cuando hasta entonces solo percibían 113 pesos.

Debe tenerse en cuenta que esta decisión no es solo un acto de justicia para con la comunidad científica nacional, sino que también representa una verdadera política de Estado que implica jerarquizar la investigación, reconocer su servicio a la sociedad, incentivar a los jóvenes y, como consecuencia posterior, darle utilidad para el país al progreso científico y tecnológico que resulta de esta política.

Por todo lo expuesto, solicito a mis pares que me acompañen con la aprobación del presente Proyecto de Declaración.