La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Adherir a la celebración del Día de la Fuerza Aérea Argentina (FAA), que se conmemora el 10 de agosto de 1912.

Señor presidente:

La Fuerza Aérea Argentina (FAA) festeja su día el 10 de agosto, aniversario de la creación, en 1912, de la Escuela de Aviación Militar por parte del Presidente de la Nación Doctor Roque Saénz Peña en un terreno que había pertenecido al Segundo Grupo de Artillería a Caballo y que el Aero Club Argentino cedió a la Escuela de Aviación Militar con sus instalaciones y que llevaba el nombre de El Palomar.

La primera meta fue cruzar ida y vuelta el Río de la Plata, meta que conseguiría Jorge Newbery el 24 de noviembre de 1912, en un Bleriot XI de su propiedad. Su hazaña fue superada unos pocos días después por el conscripto Pablo Teodoro Fels, a bordo de su Bleriot, idéntico al de Newbery, lo cruzó el 1º de diciembre de 1912 con rumbo a Montevideo, donde llegó dos horas después, batiendo el record mundial en el vuelo sobre agua. Por esta hazaña, Fels fue felicitado, homenajeado y sancionado por el ejército por haber contravenido las reglamentaciones militares.

Jorge Newbery, entre tanto, seguía su intensa labor con intenciones de realizar el cruce aéreo de la Cordillera de los Andes. En estos preparativos, batió el record mundial de altura, al elevarse 6.225 metros sobre El Palomar. Luego partió hacia Mendoza a fines de febrero de 1914, para recorrer la cordillera en tren y tomar notas meteorológicas, de alturas y pasos. Pero el 1º de marzo, en una exhibición de vuelo, utilizando el aparato de Fels, que se hallaba en Mendoza, tras realizar unas maniobras arriesgadas el avión no respondió a sus mandos y se precipitó a tierra. Newbery moría instantes después.

En 1919 el gobierno francés donó a nuestro país tres aviones, un Spad XII y dos Nieport de 165 HP, con los cuales se intentará cruzar los Andes. Para ello se designó a los pilotos Zanni, Parodi y Matienzo para que intentaran el cruce de la cordillera en escuadrilla. El 28 de mayo realizaron el intento: una falla al despegar obligó a Parodi a desistir; luego lo hizo Zanni por un fuerte viento; Matienzo siguió solo, pero se vio obligado a aterrizar cerca de Las Cuevas, y murió de frío a sólo unos kilómetros del refugio.

En la década del veinte, la aviación argentina se destacó entre las primeras del mundo por sus grandes raids y records, como el que, en el año 1924, realizó el Mayor Pedro Zanni alrededor del mundo, recorriendo 17.000 km. en diversas etapas, cruzando Europa y Asia hasta llegar a Japón en dos máquinas Fokker denominadas Ciudad de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires.

En el año 1926, el aviador Eduardo Olivero, as de la aviación italiana de la primera guerra y experimentado piloto, logró cubrir los 14.856 km. del trayecto Nueva York - Buenos Aires en un hidroavión Savoia S 59.

Ante la importancia adquirida por la Aviación Militar, en 1927, un decreto del Poder Ejecutivo creó la Dirección General de Aeronáutica con la categoría de Gran Repartición, y ese mismo año, se creó también en Córdoba la Fábrica Militar de Aviones. Si bien se fabricaban aviones como los Castaibert o los Mira, y desde 1916 existía un taller en la escuela que reparaba e incluso llegó a construir máquinas, la fabricación no estaba racionalizada ni regulada.

El 10 de octubre de 1927 se creó la Fábrica y se encargó la Dirección de la misma a los Ingenieros Domingo Salvá y Francisco de Arteaga. Al año siguiente produjo sus primeros aviones, los Avro K-504, luego fueron los Ae M.E.1, y a lo largo de los años, el Pulqui I, Pulqui II, Pucará y Pampa.

El 11 de febrero de 1944 se creó el Comando en Jefe de Aeronáutica, y el 4 de enero de 1945 la Fuerza Aérea Argentina nace como fuerza armada independiente, en pie de igualdad con el Ejército y la Marina de Guerra.

La nueva Fuerza se moderniza al recibir, como pago por la deuda que Gran Bretaña tenía con nuestro país luego de la Segunda Guerra, los modernos aviones a reacción Gloster Meteor y los grandes bombarderos Avro Lincoln y Lancaster, con lo que la Fuerza Aérea Argentina se convirtió en la primera de América Latina en poseer aparatos a reacción.

La Fábrica Militar de Aviones recibe gran impulso con el desarrollo de proyectos de aviones a reacción, que se plasmarán, años después, en los Pulqui I y Pulqui II.

En 1947, la Fuerza Aérea, a través de la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE), lleva a cabo lanzamientos de toda una familia de cohetes: los GAMMA CENTAURO, BETA CENTAURO, ORION y otros.

En 1952, la Fuerza Aérea da comienzo a su presencia en la Antártida cuando un avión Avro Lincoln, al mando del Vicecomodoro Gustavo A. Marambio, realiza un lanzamiento de elementos de supervivencia sobre la base General San Martín del Ejército Argentino y enlazan la Argentina continental con la Argentina Antártica; y en el año 1961, la experiencia se concreta de forma permanente con la creación de la "Base Aérea Teniente Benjamín Matienzo" y el Grupo Aéreo I que, con dos aviones Beaver, operaba en el territorio blanco.

Durante los setenta, la Fuerza Aérea Argentina realizó el primer vuelo directo desde Buenos Aires hacia la Base Aérea Vicecomodoro Marambio en los aviones Hércules C-130, y el 4 de diciembre de 1973 se realiza el primer vuelo transpolar bicontinental, uniendo el continente americano con Oceanía.

La década del '80 estuvo signada por un acontecimiento bélico sin precedentes en la historia del país, como la operación de recuperación de las Islas Malvinas. La Fuerza Aérea participa recibiendo el Bautismo de Fuego el día 1º de mayo, y desde entonces hasta el fin de las hostilidades, realiza operaciones que causaron la admiración del mundo por su audacia y las condiciones adversas a las que debieron sobreponerse.

El advenimiento del nuevo milenio encuentra a la Fuerza Aérea abocada no solo a sus actividades estrictamente militares, sino también a exigencias y necesidades de la comunidad. La institución que, desde sus orígenes, fue considerada como un símbolo del progreso del país, hoy se encuentra inmersa en una profunda crisis producto de un deterioro productivo sin precedentes.

A pesar de ello, la Fuerza Aérea Argentina se proyecta hacia el futuro con la fuerza de quienes se sienten seguros de su destino y misión, y por eso, merece todo nuestro reconocimiento.

Por todo lo expuesto, solicito a mis pares me acompañen con el siguiente proyecto de resolución.