PROYECTO DE TP
Expediente 0569-D-2012
Sumario: RUINAS DEL ANTIGUO CASCO DE "ESTANCIA DE LA FAMILIA MONTAÑO, UBICADO EN LA LOCALIDAD DE COLANGÜIL, DEPARTAMENTO IGLESIAS, PROVINCIA DE SAN JUAN. DECLARASE MONUMENTO HISTORICO NACIONAL.
Fecha: 09/03/2012
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 6
El Senado y Cámara de Diputados...
Artículo 1º: Declárese Monumento
Histórico Nacional a las ruinas del antiguo casco de "Estancia de la familia
Montaño" y al entorno de las mismas, en la localidad de Colangüil,
Departamento Iglesia, provincia de San Juan.
Artículo 2º: La Secretaría de
Cultura de la Nación adoptará las medidas necesarias para preservar el
patrimonio histórico de este conjunto, conforme lo establecido en la ley
12.665.
Artículo 3º - De forma.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
En el noroeste del Departamento
de Iglesia, se encuentra el pueblo de Colangüil al pie de la Cordillera de los
Andes a 45km de la Villa cabecera del Departamento, ubicada en Rodeo y a
250 km. de la Ciudad Capital de San Juan. Parece un lugar detenido en el
tiempo, sus pobladores (17 familias) se dedican a la actividades agrícolas -
ganaderas, esto les permiten vivir en contacto con la naturaleza, pero con
grandes sacrificios y muchas dificultades, especialmente por la carencia de
servicios, y malas condiciones de los caminos, que los lleva a vivir casi
aisladamente. Además, en el distrito de Angualasto se encuentran diversos
testimonios que pertenecen a las culturas prehispánicas, como: petroglifos,
cementerios indígenas, restos de viviendas y camino del Inca, el lugar se
distingue por su riqueza arqueológica y cultural, donde el legado de las culturas
nativas se pueden percibir claramente.
El exilio del Prócer
en Colanguil
El ejército patriota en el Alto Perú
había sufrido la derrota de Huaqui, Saavedra, según sus propias palabras,
"creyó que su presencia en Perú podía reparar los quebrantos de aquella
jornada" y el 30 de agosto de 1811 partió de Buenos Aires hacia Salta con una
comitiva de 24 patriotas, sujetos a instrucciones que él mismo había redactado.
A solo ocho días de llegar a Salta se enteró de los sucesos acaecidos durante su
viaje: Saavedra, fue notificado de su separación del cargo político, es decir, de
la presidencia de la Primera Junta y también de los cargos militares. Según
refiere el historiador Enrique Ruiz-Guiñazú en su libro "El Presidente Saavedra y
el Pueblo Soberano de 1810", la creación del Triunvirato el 23 de septiembre,
dio por terminada la función política de Saavedra. En el ámbito militar fue
sustituido por Manuel Belgrano en el Regimiento de Patricios y por Pueyrredón
en el Ejercito del Norte. La partida de Cornelio Saavedra, fue un hecho positivo
para los Morenistas, quienes eran partidarios de la conformación de un poder
político fuerte, dada la amenaza de las fuerzas realistas sobre el Puerto de
Buenos Aires. Sin embargo, la situación en Buenos Aires se fue complejizando,
el "motín de las trenzas", del 11 de diciembre de 1811, protagonizado por el
regimiento de Patricios, reclamaban el regreso de Saavedra y la renuncia de
Belgrano como Jefe del Regimiento, pero, terminó en la derrota de los
sublevados, y diez de ellos fueron ejecutados.
El 18 de febrero de 1812,
Saavedra partía de Salta hacia Tucumán y luego a Mendoza, pasando por San
Juan. Viaja con su segunda esposa, doña Saturnina Otárola y su pequeño hijo
de sólo diez años. En San Juan, su familia recibe la hospitalidad de José Ignacio
Fernández Maradona, alojándose en su casa que estaba ubicada en la actual
esquina SO de las calles Mendoza y Santa Fe. Allí nacería su tercer hijo, el 21
de marzo de 1814. Para Saavedra y su mujer fueron tiempos de mucho
sufrimiento, el exilio y las acusaciones que pesaban sobre el prócer de Mayo,
significaban tristeza y separación forzada. El único consuelo y ayuda, lo recibió
de parte del General José de San Martín, quien ocupaba el cargo de
Gobernador de la intendencia de Cuyo, y mediante el pedido de la esposa de
Cornelio Saavedra, le autorizó a trasladarse a la ciudad en San Juan, para
reencontrarse con su familia.
El Triunvirato no tardó en
descargar su ira, cuando él estaba en Salta en octubre de 1811, le llegó la
orden de confinamiento en San Juan para un posterior proceso, que finalmente
llevó a cabo la Asamblea del Año XIII, bajo los cargos de querer perpetuarse en
el mando y de iniciar negociaciones con potencias extranjeras, donde Don Juan
de la Rosa Alba intervino como su defensor. Probablemente presumió que lo
esperaba el pelotón de fusilamiento porque, ayudado por un baquiano
iglesiano, se refugió durante tres días en la localidad de Colangüil al norte de
San Juan y cruzó la Cordillera de los Andes. No le duró demasiado el nuevo
hogar: cuando Chile cayó en manos realistas, prefirió el riesgo de volver a
Cuyo, de modo que cruzó nuevamente la Cordillera de los Andes para
permanecer en Colangüil.
El lugar de refugio fue la estancia
de don Tomás Montaño en Colangüil, departamento de Iglesia, fue el sitio en el
que don Cornelio Saavedra, presidente de la Primera Junta del gobierno patrio,
recibió hospitalidad y alojamiento en su exilio forzado, luego de los
acontecimientos del 6 de abril de 1811, que resultó en su dimisión y posterior
alejamiento de Buenos Aires. En la estancia de Colangüil Saavedra residió en la
capilla familiar, puesto que era costumbre en aquellos tiempos alojar a los
huéspedes destacados en ese sitio, acondicionado especialmente. En este
rincón iglesiano, quien presidiera el primer gobierno patrio fue recibido y
auxiliado por Tomás Montaño, reconocido por sus dotes de generoso anfitrión y
de baqueano y de quien se sabe, aportó, en 1817, caballos, mulas, monturas y
pellones a la columna del Comandante Cabot del Ejército de los Andes. Los
orígenes de la estancia de los Montaño, que aún se mantiene en propiedad de
sus descendientes, se remontan a 1753, cuando esos territorios fueron
entregados a Don Simón Montaño en virtud de una merced real por Juan
Echegaray, fundador de San José de Jáchal.
Regreso de
Saavedra a Buenos Aires
En febrero de 1814 le ordenaron
comparecer en la ciudad de Luján para notificarse de la sentencia y ser
sometido a juicio pero temiendo una injusta defensa y un peor exilio, a poco de
salir de San Juan desvía su camino rumbo a Chile. Cruza la cordillera por
Colangüil, llega al valle de Hurtado en Chile y en el puerto de Coquimbo es
recibido con los honores correspondientes por los patriotas chilenos. Desde allí
solicita amparo al director del gobierno patriótico, Francisco de Lastra, y el 9 de
junio se traslada a Santiago. Desde Buenos Aires se requiere a Chile la
extradición de Saavedra, que Lastra niega, en gesto humanitario y patriótico.
En esos días se produce la derrota
de las fuerzas independentistas chilenas en Rancagua: O'Higgins y Carrera
retroceden en retirada a Mendoza y Saavedra -temiendo lo peor por parte de
los españoles- vuelve a Coquimbo, el 4 de octubre de 1814. Ante el inminente
avance de las tropas realistas y el riesgo que esto implicaba para él y sus
acompañantes, decide cruzar la cordillera nuevamente. Emprende el retorno
por el río Elqui hacia el este, en búsqueda de los pasos cordilleranos. Viaja en
compañía de su hijo, un criado, un baqueano iglesiano y un pequeño grupo de
patriotas, a un día de caballo se hallan las tropas realistas de Elorriaga, quien
envía una patrulla que -infructuosamente- sale en búsqueda de Saavedra. Ya a
salvo, del otro lado de la cordillera, en Iglesia, el prócer permanece en la
estancia de los Montaño, desde allí envía sus pertenencias, su hijo Agustín y
criados a la ciudad de San Juan donde aún se encuentran su esposa y su nuevo
hijo, Pedro Celestino Saavedra, al que no conoce todavía.
Por medio de una petición de San
Martín al General Alvear, se autoriza a Saavedra a regresar a Buenos Aires.
Finalmente el Congreso de Tucumán, ya sesionando en Buenos Aires, acogió la
solicitud de amparo y elevó al Directorio una solicitud de devolución de honores
y grado militar el 14 de julio de 1818. Luego una comisión nombrada por Juan
Martín de Pueyrredón -por entonces Director Supremo- declaró "nulos,
atentados y sin ningún valor los procedimientos" y recomendó que le
repusiesen grados y honores. Unos años después, en 1822, pidió el retiro, para
dedicarse a lograr una rehabilitación política plena y escribir sus memorias, las
cuales fueron publicadas en 1910.
Señor presidente, el caso
particular de Cornelio Saavedra en Colangüil impone una reflexión acerca del
exilio y del destierro de aquellos hombres públicos y gobernantes que fueron
víctimas de las pasiones políticas. Impone asimismo un pensamiento acerca del
receptor del exiliado, de aquel que abre las puertas de su casa y se arriesga a
cobijar al perseguido, albergando a aquel que es visto como un enemigo por
quienes detentan el poder político circunstancialmente.
El destierro fue una sanción
aplicada por los vencedores a aquellos derrotados en las contiendas políticas y
militares. El exilio fue un recurso extremo al cual se acudió a lo largo de la
historia cuando la intolerancia política no hacía segura la permanencia de los
actores políticos en el lugar de los acontecimientos. Ambas sanciones, que
desde tiempos lejanos fueron moneda corriente en la práctica política y militar,
se aplicaron como castigo ejemplar. Su práctica significaba no solamente el
alejamiento del escenario del castigado, sino además el distanciamiento de su
familia, el aislamiento y la separación de los recursos de la víctima.
El exilio y el destierro de nuestros
gobernantes es un amplio texto que se abre al poco tiempo de ocurrida la
Revolución de Mayo y es en San Juan donde se escribe el primer capítulo. A
fines del siglo XVIII, San Juan ya había sido sitio de confinamiento para
aquellos prisioneros portugueses que por la acción militar del Virrey Cevallos,
fueron desalojados de la isla de Santa Catalina, pero antes de eso, el territorio
había sido refugio de nativos que huían, desde el litoral y otras regiones del
país, de los abusos del sistema de encomiendas, encontrando exilio en "los
valles andinos", según nos relata Juan Agustín García en su libro La Ciudad
Indiana, cuya primera edición fue publicada en 1900.
La presente iniciativa
parlamentaria propone reconstruir y preservar el sitio de la casa principal de la
estancia de los Montaño en Colangüil, clasificándolo como Monumento Histórico
Nacional. En él Don Cornelio Saavedra vivió horas de desasosiego, allá por los
albores del movimiento libertario de nuestro país. Si bien el lugar se encuentra
en ruinas, aún es posible identificar todas las habitaciones del mismo,
existiendo -caído junto a las ruinas- el tronco del manzano, bajo el cual, cuenta
la tradición, Saavedra solía pasar sus tardes. La construcción en adobes, con
fundaciones en piedra, si bien se halla en un gran estado de deterioro, es
susceptible de una consolidación que permita la apropiada lectura del lugar
histórico, en el entorno de la construcción se halla una antigua escuela -que
fuera abandonada cuando se construyó la actual, en la década del setenta -
que si bien no reviste carácter histórico, contiene los valores emotivos para los
lugareños.
En consonancia con la temática, es
menester destacar y reconocer el aporte a este proyecto, la investigación
realizada por la profesora Virginia Ibazeta de Dominan, ex alumna y actual
docente de la Universidad Nacional de San Juan, y el técnico universitario
Alejandro Carrizo, titulada: "Cornelio Saavedra en Colanguil: en defensa de la
historia popular y del sitio histórico", que hace un delicioso recorrido geográfico,
para luego ahondar en el principal hecho histórico que tuvo lugar en Colanguil
que fue la presencia del prócer. Por otra parte, contiene un archivo fotográfico
mostrando el agreste territorio donde se sitúa Colanguil, que es simbólicamente
el medio ambiente con el que tiene que luchar cotidianamente la
población.
La designación, por parte de la
Nación, de un edificio o sitio como bien cultural implica, no sólo el
reconocimiento de los valores que trascienden y que se hallan expresados en
dicho espacio, a partir de la valoración de los acontecimientos allí ocurridos; al
mismo tiempo este reconocimiento en muchos casos implica recuperar un texto
más amplio, y proponer una mirada más extensa sobre acontecimientos que
fueron reiterativos a lo largo de nuestra historia, como el exilio.
El sitio propuesto en el presente
proyecto está bajo la amenaza de la desaparición pero es susceptible de
recuperar y ser puesto bajo el régimen de protección de los Monumentos
Históricos de nuestro país, además la trascendencia de este proyecto radica en
la futura inversión económica que implicaría la restauración del lugar, evitando
la pérdida del mismo, conservando todos los elementos que tienen valor
histórico.
Creemos que todo esfuerzo que
implique la reparación y conservación del lugar es positivo y necesario, para
establecer un vínculo permanente con nuestro pasado y para seguir
construyendo nuestro sentido de pertenencia e identidad cultura. En el año del
Bicentenario de la Patria, creemos necesario conectarnos con los sucesos del
pasado que conforman el cimiento de la Nación Argentina, para comprender la
realidad social y política contemporánea.
Cuento para ello con que mis
pares en esta Honorable Cámara de Diputados sabrán comprender los motivos
expuestos y acompañarán esta iniciativa.
Firmante | Distrito | Bloque |
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FERRA DE BARTOL, MARGARITA | SAN JUAN | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
UÑAC, JOSE RUBEN | SAN JUAN | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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CULTURA (Primera Competencia) |
PRESUPUESTO Y HACIENDA |