PROYECTO DE TP
Expediente 0531-D-2011
Sumario: CONMEMORAR EL 60 ANIVERSARIO DEL "DIA DEL RENUNCIAMIENTO HISTORICO" DONDE LA SEÑORA MARIA EVA DUARTE DE PERON, DECLINO INTEGRAR LA FORMULA PRESIDENCIA EL DIA 22 DE AGOSTO DE 1951.
Fecha: 10/03/2011
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 6
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Conmemorar el 60º
aniversario del "Día del Renunciamiento Histórico" por el que
se recuerda la renuncia a integrar la fórmula presidencial de la
Señora María Eva Duarte de Perón, ocurrido el 22 de Agosto de
1951.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El próximo 22 de
agosto, se conmemora el 60º aniversario de un hecho imborrable en
el corazón de todos los justicialistas: el día en que nuestra líder
espiritual, la Sra. María Eva Duarte de Perón renunció a integrar la
formula presidencial, día que se recuerda como el "del
renunciamiento histórico".
El día 22 de Agosto de
1951, en el Cabildo Abierto del Justicialismo se le ofrece a la
compañera Evita que integre dicha fórmula Perón- Perón.
La abanderada de los
pobres no acepto el ofrecimiento y pidió no se la obligara a hacer lo
que no quería hacer.
Luego de una charla
con la multitud expresó: "Renuncio a los honores, pero no a la
lucha".
Así se dirigió al pueblo:
"Excelentísimo señor
presidente; mis queridos descamisados de la Patria: Es para mí una
gran emoción encontrarme otra vez con los descamisados como el
17 de octubre y como en todas las fechas en que el pueblo estuvo
presente. Hoy, mi general, en este Cabildo del Justicialismo, el
pueblo, que en 1810 se reunió para preguntar de qué se trataba, se
reúne para decir que quiere que el general Perón siga dirigiendo los
destinos de la Patria. Es el pueblo, son las mujeres, los niños, los
ancianos, los trabajadores, que están presentes porque han tomado
el porvenir en sus manos, y saben que la justicia y la libertad
únicamente la encontrarán teniendo al general Perón al frente de la
nave de la Nación. Mi general: son vuestras gloriosas vanguardias
descamisadas las que están presentes hoy, como lo estuvieron ayer
y estarán siempre, dispuestas a dar la vida por Perón. Ellos saben
bien que antes de la llegada del general Perón vivían en la
esclavitud y por sobre todas las cosas, habían perdido las
esperanzas en un futuro mejor. Saben que fue el general Perón
quien los dignificó social, moral y espiritualmente. Saben también
que la oligarquía, que los mediocres, que los vende patria todavía
no están derrotados, y que desde sus guaridas atentan contra el
pueblo y contra la nacionalidad. Pero nuestra oligarquía, que
siempre se vendió por cuatro monedas, no cuenta en esta época
con que el pueblo está de pie, y que el pueblo argentino está
formado por hombres y mujeres dignos capaces de morir y terminar
de una vez por todas con los vende patrias y con los entreguistas.
Ellos no perdonarán jamás que el general Perón haya levantado el
nivel de los trabajadores, que haya creado el Justicialismo, que haya
establecido que en nuestra Patria la única dignidad es la de los que
trabajan. Ellos no perdonarán jamás al general Perón por haber
levantado todo lo que desprecian: los trabajadores, que ellos
olvidaron; los niños y los ancianos y las mujeres, que ellos relegaron
a un segundo plano. Ellos, que mantuvieron al país en una noche
eterna, no perdonarán jamás al general Perón por haber levantado
las tres banderas que debieron haber levantado ellos hace un siglo:
la justicia social, la independencia económica y la soberanía de la
Patria. Pero hoy el pueblo es soberano no sólo cívicamente sino
también moral y espiritualmente. Mi general: estamos dispuestos,
los del pueblo, su vanguardia descamisada, a terminar de una
buena vez con la intriga, con la calumnia, con la difamación y con
los mercaderes que venden al pueblo y al país. El pueblo quiere a
Perón no sólo por las conquistas materiales -este pueblo, mi
general, jamás ha pensado en eso, sino que piensa en el país, en la
grandeza material, espiritual y moral de la Patria-, porque este
pueblo argentino tiene un corazón grande y piensa en los valores
por sobre los valores materiales. Por ello, mi general, hoy esta aquí,
cruzando caminos, acortando kilómetros con miles de sacrificios,
para decirnos "presente", en este Cabildo del Justicialismo. Es la
Patria la que se ha dado cita al llamado de los compañeros de la
Confederación General del Trabajo, para decirle al Líder que detrás
de él hay un pueblo, y que siga, como hasta ahora, luchando contra
la antipatria, contra los políticos venales y contra los imperialismos
de izquierda y de derecha. Yo, que siempre tuve en el general Perón
a mi maestro y mi amigo -pues él siempre me dio el ejemplo de su
lealtad acrisolada hacia los trabajadores-, en todos estos años de mi
vida he dedicado las noches y los días a atender a los humildes de
la Patria sin reparar en los días ni en las noches, ni en los sacrificios.
Mientras tanto ellos, los entreguistas, los mediocres, los cobardes,
de noche tramaban la intriga y la infamia del día siguiente, yo, una
humilde mujer, no pensaba sino en los dolores que tenía que
mitigar y en la gente a que tenía que consolar en nombre vuestro,
mi general, porque se el cariño entrañable que sentís por los
descamisados y porque llevo en mi corazón una deuda de gratitud
para con los descamisados que el 17 de octubre de 1945 me
devolvieron la vida, la luz, el alma y el corazón al devolverme a
Perón. Yo no soy más que una mujer del pueblo argentino, una
descamisada de la Patria, pero una descamisada de corazón, porque
siempre he querido confundirme con los trabajadores, con los
ancianos, con los niños, con los que sufren, trabajando codo a codo,
corazón a corazón con ellos para lograr que lo quieran más a Perón
y para ser un puente de paz entre el general Perón y los
descamisados de la Patria. Mi general: aquí en este magnífico
espectáculo vuelve a darse el milagro de hace dos mil años. No
fueron los sabios, ni los ricos, ni los poderosos los que creyeron;
fueron los humildes. Ricos y poderosos han de tener el alma cerrada
por la avaricia y el egoísmo; en cambio, los humildes, como viven y
duermen al aire libre, tienen las ventanas del alma siempre
expuestas a las cosas extraordinarias. Mi general: son los
descamisados que os ven a vos con los ojos del alma y por eso os
comprenden, os siguen; y por eso, no quieren más que a un
hombre, no quieren a otro: Perón o nadie. Yo aprovecho esta
oportunidad para pedir a Dios que ilumine a los mediocres para que
puedan ver a Perón y para que puedan comprenderlo, y para que
las futuras generaciones no nos tengan que marcar con el dedo de
la desesperación si llegaran a comprobar que hubo argentinos tan
mal nacidos que a un hombre como el general Perón, que ha
quemado su vida para lograr el camino de la grandeza y la felicidad
de la Patria, lo combatieron aliándose con intereses foráneos. No me
interesó jamás la insidia ni la calumnia cuando ellos desataron sus
lenguas contra una débil mujer argentina. Al contrario, me alegre
íntimamente, porque yo, mi general, quise que mi pecho fuera
escudo para que los ataques, en lugar de ir a vos, llegaran a mí.
Pero nunca me dejé engañar. Los que me atacan a mí no es por mí,
mi general, es por vos. Es que son tan traidores, tan cobardes que
no quieren decir que no lo quieren a Perón. No es a Eva Perón a
quien atacan: es a Perón. A ellos les duele que Eva Perón se haya
dedicado al pueblo argentino; a ellos les duele que Eva Perón, en
lugar de dedicarse a fiestas oligárquicas, haya dedicado las horas,
las noches y los días a mitigar dolores y restañar heridas. Mi
general: aquí está el pueblo y yo aprovecho esta oportunidad para
agradecer a todos los humildes, a todos los trabajadores, a todas las
mujeres, niños y hombres de la Patria, que en su corazón
reconocido han levantado el nombre de una mujer, de una humilde
mujer que los ama entrañablemente y que no le importa quemar su
vida si con ello lleva un poco de felicidad a algún hogar de su Patria.
Yo siempre haré lo que diga el pueblo, pero yo les digo a los
compañeros trabajadores que así como hace cinco años dije que
prefería ser Evita antes de ser la esposa del presidente, si ese Evita
era dicho para calmar un dolor en algún hogar de mi Patria, hoy
digo que prefiero ser Evita, porque siendo Evita sé que siempre me
llevarán muy dentro de su corazón. ¡Qué gloria, qué honor, a qué
más puede aspirar un ciudadano o una ciudadana que al amor del
pueblo argentino! Yo me siento extraordinariamente emocionada. Mi
humilde persona no merece el cariño entrañable de todos los
trabajadores de la Patria. Sobre mis débiles espaldas de mujer
argentina ustedes cargan una enorme responsabilidad. Yo no sé
cómo pagar el cariño y la confianza que el pueblo deposita en mí. Lo
pago con amor, queriéndolo a Perón y queriéndolos a ustedes, que
es como querer a la Patria misma. Compañeros: Yo quiero que
todos ustedes, los del interior, los del Gran Buenos Aires, los de la
Capital, en fin, los de los cuatro puntos cardinales de la Patria, les
digan a los descamisados que todo lo que soy, que todo lo que
tengo, que todo lo que hago, que todo lo que haré, que todo lo que
lo que pienso, que todo lo que poseo no me pertenece: es de Perón,
porque él me lo dio todo, porque él, al descender hasta una humilde
mujer de la Patria, la elevó hacia las alturas y la puso en el corazón
del pueblo argentino. Mi general: si alguna satisfacción podría haber
tenido es la de haber interpretado vuestros sueños de patriota,
vuestras inquietudes y la de haber trabajado humilde pero
tenazmente para restañar las heridas de los humildes de la Patria,
para cristalizar esperanzas y para mitigar dolores, de acuerdo con
vuestros deseos y con vuestros mandatos. Yo no he hecho nada;
todo es Perón. Perón es la Patria, Perón es todo, y todos nosotros
estamos a distancia sideral del Líder de la nacionalidad. Yo, mi
general, con la plenipotencia espiritual que me dan los
descamisados de la Patria, os proclamo, antes que el pueblo os vote
el 11 noviembre, presidente de todos los argentinos. La Patria está
salvada, porque está en manos del general Perón. A ustedes,
descamisados de mi Patria, y a todos los que me escuchan, los
estrecho simbólicamente muy, pero muy fuerte, sobre mi
corazón".
Por lo expuesto, solicito
a mis pares acompañen el presente proyecto de resolución.
Firmante | Distrito | Bloque |
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BIANCHI, IVANA MARIA | SAN LUIS | PERONISMO FEDERAL |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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LEGISLACION GENERAL (Primera Competencia) |