La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo Nacional por intermedio del organismo que corresponda, tenga a bien proponer un estudio acerca de las causa de la proliferación actual, en vastas zonas habitadas, de distintas especies de alacranes venenosos. Del mismo modo, una vez finalizado el estudio se propone la divulgación de sus resultados, así como la información acerca de los posibles métodos de prevención, utilizando para ello a los establecimientos educativos y las estructuras de los distintos organismos municipales y/o nacionales.

Señor presidente:

Además de los insectos vectores de enfermedades tan graves como el dengue y el mal de chagas, también proliferan este año en Argentina los alacranes (o escorpiones), invadiendo zonas pobladas. Las primeras señales de alarma provinieron de la capital de La Rioja, provincia del noroeste argentino, y pronto se le sumaron otras localidades de la misma provincia. Ahora se suman Corrientes y Santa Fe, ubicadas en el este y Salta al norte. Los alacranes que invaden estas ciudades no son para ignorar, se trata de especies como el Tityus trivittatus, cuya picadura aplica venenos altamente tóxicos capaces de matar personas.

Desde hace tiempo se sabe de la existencia de escorpiones en Uruguay, Paraguay Brasil y Argentina. En nuestro país, el género Tityus cuenta con alrededor de 90 especies descriptas, con su hábitat natural en Santa Fe, Chaco y Santiago del Estero, pero también se lo ha encontrado en Entre Ríos, Córdoba, Tucumán y norte de la provincia de Buenos Aires. Su presencia en estas ciudades probablemente se deba a que haya sido llevado desde su hábitat natural por medio de transportes terrestres y pluviales hasta diferentes terminales ferroviarias y puertos de desembarco.

Los entomólogos explican que cuando las personas notan la presencia de estos arácnidos, es porque hay un número elevado de ellos en la zona. El escorpión convive con la gente desde hace muchísimos años. Y sus poblaciones se presentan en toda la Argentina. Son artrópodos emparentados con las arañas. Se los encuentra desde el Altiplano, a 4000 metros de altura, hasta la Patagonia (aunque en mucho menor cantidad y mayormente fuera de las ciudades). Hay especies más chicas y otras grandes. Sus aspectos "van de un color amarillito a café claro y puede medir hasta 18 centímetros y el veneno es aplicado con el extremo de la cola al picar".

Son de hábitos nocturnos y prefieren los lugares oscuros, secos y tranquilos. Es frecuente encontrarlos en maderas caídas, escombros, tejas, ladrillos, se refugian en grietas de las paredes, pisos, zócalos, huecos de revestimientos de maderas, bajo los muebles o entre la ropa y los zapatos.

Su aproximación a las ciudades se debe principalmente a que se alimenta de insectos y las ciudades pueden aportar buenas cantidades, especialmente cucarachas. Por ello la higiene es un factor primordial.

La picadura de estos arácnidos no es directamente mortal. Los ataques de los alacranes la mayoría de las veces producen, dolor (sensación de quemadura), enrojecimiento localizado y sensación de adormecimiento o anestesia. Los síntomas generales son piel pálida y sudorosa, fiebre, cefalea, excitación y temblores generalizados, a veces somnolencia, agitación, vómitos, dolores articulares, taquicardia, problemas visuales, cólicos y aún diarrea. Las picaduras son más frecuentes en miembros inferiores y ocurren en noches de mucho calor o en días con amenaza de tormenta. En personas débiles, ancianos y niños, o por reacciones alérgicas, puede provocar la muerte, pero no es en la generalidad de los casos.

Los alacranes "normalmente huyen del ser humano, tienen hábitos nocturnos y salen a cazar su comida de noche". Generalmente pican cuando inadvertidamente pisamos cerca de ellos o ponemos la mano bajo de un mueble, buscando algo.

En el domicilio pueden hallarse otras especies de escorpiones. En ciudades como Córdoba, La Plata o Buenos Aires, el escorpión Bothriurus bonariensis es hallado con frecuencia, especialmente en barrios con amplios jardines o terrenos baldíos. Ocasionalmente pueden encontrarse otros Bothriuridae, como Bothriurus cordubensis, Timogenes elegans, o especies de Brachistosternus. El veneno de estas especies no es tan activo como en Tityus trivittatus, recomendándose de todos modos la supervisión médica en caso de picadura, en previsión de posibles reacciones alérgicas.

El estudio que se recomienda deberá actualizar y luego difundir adecuadamente las medidas óptimas para la prevención y la acción inmediata tras una posible picadura tóxica, evitando que se repitan las muertes recientes como consecuencia de la desinformación o la realización de maniobras arraigadas en la cultura popular pero carentes de efectividad.