La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo nacional, a través de los organismos que correspondan, arbitre las medidas necesarias a fin de promover el protocolo adaptado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), sobre controles de calibración en aviones agrícolas, tendientes a maximizar la eficiencia de aplicación de productos fitosanitarios.

Señor presidente:

Bajo las actuales condiciones ambientales, es importante tener presente una serie de factores que afectan la eficiencia en la aplicación de agroquímicos

En nuestro país, se tratan con ellos alrededor de 90 millones de hectáreas cultivadas, que para situaciones extensivas se aplican tanto por vía terrestre como aérea. Los resultados de los tratamientos no siempre son buenos, predominando más fallas en las aspersiones aéreas y tratamientos insecticidas.

Esta situación se traduce en mayor contaminación, pérdidas de rendimiento y perjuicio económico. En la Argentina, de los 550 aviones que hacen aplicaciones, sólo el 45% tienen habilitación legal para trabajar. Solamente la provincia de Buenos Aires concentra el 65% de la flota; y en todo el país el 85% de los trabajos aéreos se dedica a sólo tres cultivos: soja, trigo y maíz.

Entre los formidables cambios acontecidos en el sistema productivo argentino en los cultivos 20 años (expansión de la frontera agrícola, incorporación de eventos biotecnológicos, masiva adopción de la siembra directa, de la fertilización en gramíneas, del manejo integrado de plagas, etc.), los técnicos agrónomos desarrollaron un papel decisivo.

Sin embargo, no se observa la misma tendencia en el asesoramiento en cuanto a tecnología de aplicación de fitosanitarios, donde la participación profesional en aviación agrícola es muy baja, o prácticamente inexistente, tal como lo expresó el entomólogo del INTA Pergamino y coordinador del módulo aéreo del proyecto, Daniel Leiva.

Para atender esta deficiencia, desde octubre de 2009, el proyecto comandado por el Instituto de Ingeniería Rural (IIR) del INTA Castelar sobre Tecnología de Aplicación de Agroquímicos terrestre incorporó el mencionado módulo aéreo. El mismo cuenta con presupuesto propio y cinco centros (Famaillá, Concepción del Uruguay, San Antonio de Areco, Balcarce y Coronel Suárez).

Los principales objetivos son certificar la prestación de aviones agrícolas para pulverización, mediante un protocolo de calibración normalizado -que el INTA adaptó de una norma internacional con base en Estados Unidos-, capacitar profesionales, acercar las partes (profesionales y empresas de servicios), realizar pruebas de eficacia de fitosanitarios y fundamentalmente generar ámbitos de divulgación y recomendación.

No obstante, esta tecnología de aplicación requiere realizar necesariamente mediciones cuantitativas de eficiencia para dejar de trabajar a ciegas y, simultáneamente, coordinar entre el productor y su asesor los promedios de impactos de gotas por metro cuadrado distribuidos de manera uniforme y no conformarse con pulverizar un determinado volumen.

El servicio ofrecido por el INTA es gratuito y tiene tres vías de acceso: las convocatorias que hace el propio Instituto, o la solicitud de parte de un aplicador o un asesor. El objetivo es que esto se difunda y se logren tener más aviones que cuenten con el manual de prestaciones sustentadas en el adaptado protocolo de calibración. De esta manera, puede ser una interesante herramienta de marketing para la empresa que ofrece el servicio y, además, facilitará la relación entre el asesor y la empresa de agroquímicos, porque está basado en un método científicamente comprobable, lo que agrega confiabilidad al control.

Por las razones expuestas, señor Presidente, y por considerar la importancia que los controles de calibración de los equipos aéreos tienen sobre las prácticas sustentables en el uso de plaguicidas, solicito el acompañamiento de mis pares para la aprobación de la presente iniciativa.