PROYECTO DE TP
Expediente 0427-D-2011
Sumario: DECLARAR MONUMENTO NATURAL NACIONAL Y DE INTERES PUBLICO LA ESPECIE AGUILA CORONADA.
Fecha: 04/03/2011
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 4
El Senado y Cámara de Diputados...
DECLARACIÓN DEL ÁGUILA CORONADA
COMO MONUMENTO NATURAL Y DE INTERÉS PÚBLICO
Artículo 1º - Declárese
monumento natural nacional y de interés público la especie águila coronada
(Harpyhaliaetus coronatus), a fines de su conservación.
Artículo 2º - La presente ley se difundirá en
escuelas y establecimientos educacionales en general.
Artículo 3º - Comuníquese al
Poder Ejecutivo.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Proponemos declarar
el águila coronada (1) (Harpyhaliaetus coronatus) como Monumento Natural
Nacional, asumiendo lo establecido por la Ley Nacional 22.351 de Parques
Nacionales, Monumentos Naturales y Reservas Nacionales.
El águila coronada,
conocida también como águila copetona, águila silbona o águila de la flecha, es
quizás el ave cazadora más grande y más representativa de nuestro país por
hallarla en casi las dos terceras partes de nuestro territorio: desde el norte hasta
la Provincia de La Pampa, sumando algunos registros históricos en la provincia de
Neuquén. Paradójicamente, se estima que su población en el planeta es de 250 a
1.000 individuos, según Birdlife International 2004.
Su imponente
envergadura supera los 180 cm, su altura alcanza los 85 cm y pesa cerca de 3,5
kg., siendo la hembra más grande que el macho. Se alimenta de mamíferos de
pequeño a mediano tamaño tales como los peludos (Chaetaphractus villosus),
pichis (Zaedyus pichiy), los que al parecer serían parte importante en su dieta, y
especialmente en épocas de cría, comadrejas (Didelphys sp.), y zorrinos
(Conepatus humboldti); a su vez, también consume algunos reptiles como
lagartos (Tupinambis sp.) y víboras (Bothrops sp.), y algunas aves. Para atrapar
tales presas tiene tarsos dotados de fuertes garras con las cuales sujeta y
comprime al animal hasta matarlo. Como depredador contribuye en el control de
las poblaciones evitando su proliferación desmedida, colocándose de esta manera
en la cúspide de la pirámide alimentaria donde no halla enemigos naturales.
Pertenece a la familia
Accipitridae y se caracteriza por tener un cráneo alargado dotado de un poderoso
pico en forma de gancho para desgarrar su alimento. Tiene grandes ojos
orientados hacia el frente al igual que el hombre pero su visión es 4 veces
superior a la nuestra permitiéndole descubrir sus presas a grandes distancias.
Su coloración en estado adulto es de
un tono gris plomo, la cola es negra con una banda central blanca y los tarsos son
robustos y de color amarillo. Como característica principal presenta un conjunto
de plumas occipitales largas, dando forma a una suerte de corona que da nombre
a la especie y es la clave más segura para identificarla. Su vocalización es un
silbido fuerte, agudo y prolongado.
El juvenil difiere respecto al adulto
en cuanto a su coloración, presentando variaciones de diseño acordes a su edad
durante los primeros 5 años de vida, el período que tardan en alcanzar la
madurez sexual. En general presenta un color crema en toda su zona ventral
interrumpida por pintas marrones, casi formando una pechera, y un color pardo
en el dorso.
El período de cría abarca los meses
de agosto a diciembre. Construye una plataforma de ramas de aproximadamente
100-150 centímetros de diámetro que en general se encuentra entre los 6 y 18
metros de altura. Los nidos son estructuras muy grandes, que construyen en los
árboles más voluminosos y desde donde puede dominar todo el ambiente que la
rodea. Son monógamas y se cree que se reproducen cada 2 o 3 años. La postura
es de uno a dos huevos y se estima que la incubación dura aproximadamente 45
días. Los pichones al nacer son de color blancuzco y pesan entre 700 y 900
gramos, alcanzando a los 30 días de nacidos casi 2 Kg. Permanecen en el nido
unos 60 días antes de realizar su primer vuelo (nidícola) y luego estarán en
compañía de sus padres durante un año más mientras aprende a obtener por sus
propios medios el alimento.
La postura tan reducida
(generalmente es de un único huevo), los largos períodos de cuidados parentales
y los cinco años que deben superar para alcanzar la madurez sexual, explican la
baja tasa reproductiva de la especie.
En vuelo, podemos observar que
esta especie tiene alas anchas y largas y una cola corta. Este tipo de silueta indica
que se trata de un ave de áreas abiertas a diferencia de las águilas selváticas que
presentan alas cortas y colas largas para maniobrar entre el follaje. Se encuentra
particularmente en las zonas de pastizales arbolados o bosques del tipo xerófilos
y Palmares de las Ecoregiones del Chaco Serrano, Chaco seco, Chaco Húmedo,
Campos y malezales, Espinal, Monte de llanuras y Mesetas y Yungas. También
podemos encontrarla en los países vecinos de Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay,
convirtiéndola una especie exclusiva del sur de Sudamérica.
Solo en estos
ambientes se encuentran las especies arbóreas utilizadas para su nidificación,
tales como el quebracho blanco (Aspidosperma quebracho-blanco), el algarrobo y
el caldén (ambos del género Prosopis), aunque también se registró un nido sobre
un Eucalipto (Eucaliptus sp.).
El águila coronada es una especie poco
estudiada y aunque hace algunos años se han iniciado investigaciones en la Provincia de
Mendoza y La Pampa aún desconocemos con exactitud su frágil estatus de conservación
nacional. Entre las principales amenazas encontramos la pérdida de hábitat natural
producto del avance de la frontera agrícola-ganadera, los incendios forestales y la tala
no sustentable de los recursos madereros. También la caza furtiva, el envenenamiento,
los choques con tendidos eléctricos y el tráfico ilegal son amenazas considerables.
Considerando que construyen sus nidos en árboles que generalmente superan los 80
años de vida, entendemos que dependen de bosques naturales bien conservados y poco
explotados por el hombre. Hoy en día los ambientes de Monte y Chaco han sido
notablemente modificados acorralando a la flora y fauna en islotes cada vez más
pequeños y aislados unos de otros, disminuyendo el intercambio y la diversidad
genética. Estos factores sumados a la baja tasa reproductiva de la especie, amenazan la
permanencia del águila en este planeta.
A nivel nacional es
considerada una especie en estado vulnerable, lo cual significa que no está en
Peligro Crítico pero enfrenta un alto riesgo de extinción en estado silvestre a
mediano plazo (Libro Rojo de Mamíferos y Aves Amenazados de la Argentina,
APN-FUCEMA). Debemos considerar que ésta es una especie muy poco estudiada
y esta lista fue publicada hace 7 años por lo que su estado en la actualidad puede
ser aún más delicado como lo señala la actualización 2004 de la Lista Roja de la
UICN.
Según Birdlife
International, como anteriormente se había mencionado, la población de águilas
coronadas en el mundo consta únicamente de 250 a 1.000 individuos en estado
silvestre, y señala que su población está en un descenso alarmante. Es por este
motivo que el águila fue ascendida por The IUCN Red List of Threatened Species,
2004 de la categoría vulnerable a la categoría en peligro.
La C.I.T.E.S. (Convención sobre el
Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre) ubica
al águila en el apéndice CITES II. Lo que implica que la autoridad científica del
Estado debe garantizar que el comercio no perjudicará la supervivencia de esa
especie, y debe verificar que el espécimen no sea obtenido en contravención de la
legislación vigente.
Según la legislación
nacional esta especie está protegida por la Ley Nacional N° 22.421/81 y su
Decreto Reglamentario Nº 666/97, prohibiendo su captura, transporte y comercio.
El 22 de abril de 2004, a través de la Declaración Nº 341/04, fue declarada
Monumento Natural del Departamento de Lavalle, Provincia de Mendoza.
Actualmente se está desarrollando una "Estrategia Nacional Para la Conservación
del Águila Coronada" con el objetivo de unificar esfuerzos entre las provincias y
los especialistas, incentivar la investigación in-situ y ex-situ, hacer difusión y
educación, y gestionar medidas para la conservación de la especie.
Como lo establece la ley nacional
22.351 de Parques Nacionales, Monumentos Naturales y Reservas Nacionales,
podrán declararse Monumento Natural, las áreas, cosas, especies vivas de
animales o plantas, de interés estético, valor histórico o científico, y que deban
ser protegidas y conservadas para investigaciones científicas, educación y goce de
las presentes y futuras generaciones. Creemos que la figura de Monumento
Natural es acorde para el ave que proponemos porque representa en gran medida
al territorio Argentino por su amplia distribución en el país, por su simbología, y
por tratarse de una especie en peligro de extinción en el mundo. La ignorancia y
la poca valoración que recibe hoy el águila coronada hace prever un futuro no
muy promisorio para la especie,
Entre los Monumentos Naturales de
la Argentina no existe todavía ningún ave que represente la riqueza y la belleza
de nuestra fauna. Es sin dudas un gran compromiso el saber elegir de entre las
1000 especies que habitan en nuestro territorio cual de todas ellas merece
semejante nombramiento. El águila representa, por su imponente postura
erguida, su mirada fija, y su actitud de un poderoso cazador, una imagen de
entereza y fortaleza. Estas características ya habían llamado la atención del
hombre desde tiempos remotos como en el caso de las antiguas culturas
americanas en las que águila representaba la fuerza espiritual y se asociaban con
los dioses o hacían las veces de mensajeras divinas por volar en el cielo y hallarse
más cerca del sol. También muchos de los grandes imperios del mundo lucían
águilas en sus estandartes para simbolizar su poderío y supremacía. Por otro lado
fueron utilizadas por los heraldistas en los escudos de armas para representar las
castas familiares.
La Biblia también usa la imagen del
águila para representar la piedad y la protección de Dios y por su velocidad y
habilidad para remontar más alto que otros pájaros simboliza a la plegaria. Como
el depredador alado de más alto porte, simboliza poder, victoria y realeza. Su
contrapartida entre los animales es el león.
Inclusive la actual bandera de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires exhibe un águila con 4 aguiluchos por debajo
de ella, portando una corona (un águila coronada) y sosteniendo con su garra
derecha una cruz. Originalmente éste fue el escudo de armas presentado por
Juan de Garay en 1580.
El águila coronada carga con una
gran simbología, pero por sobre todas las cosas es una especie que requiere ser
protegida por su delicado estado de conservación global y la representatividad de
nuestro país.
La figura de Monumento Natural
dará marco legal para la gestión de medidas de conservación en el todo el ámbito
nacional asegurando para el presente y el futuro la permanencia de esta
emblemática ave que habita en nuestro territorio.
Por los motivos expuestos, y por los
que se darán en oportunidad de su tratamiento, se solicita la aprobación del
presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
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IRRAZABAL, JUAN MANUEL | MISIONES | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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RECURSOS NATURALES Y CONSERVACION DEL AMBIENTE HUMANO (Primera Competencia) |
EDUCACION |