PROYECTO DE TP
Expediente 0369-D-2006
Sumario: SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO LA IMPLEMENTACION DE UN PROGRAMA O PLAN NACIONAL DE PREVENCION CONTRA EL MAL DE ALZHEIMER.
Fecha: 08/03/2006
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 6
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional para que, a través del Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación, diseñe e implemente un programa o plan de alcance nacional para brindar información sobre la enfermedad conocida como Mal de Alzheimer, dirigida en especial a las familias de los pacientes con dicho mal, en los hospitales públicos de todo el territorio nacional.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Una, y muy importante, manera de mejorar la calidad de vida de la persona con Alzheimer, es un diagnóstico preciso para conocer en qué etapa de la enfermedad está cada paciente, ya que todo el proceso se puede manejar bien con tratamientos que no siempre incluyen fármacos, es lo que se llama la "ciencia para el manejo de los pacientes con Alzheimer".
Con respuestas precisas para un mal desconcertante, que suele asociarse con la vejez (del 15 al 20% de los casos aparece entre los 50 y los 55 años por herencia), el psiquiatra geriátrico Barry Reisberg ha efectuado declaraciones sobre este desorden cognitivo que avanza impasible contra la memoria, el pensamiento y la conducta, hasta "robar" la independencia para vivir.
Entre los aportes del doctor Reisberg al conocimiento del Alzheimer, está la escala para evaluar la etapa en la que se halla un paciente. Conocida como Escala de Deterioro Global o FAST, describe las siete fases de progreso del mal. Reconocerlas en cada paciente permite pronosticar su evolución y ahorrar angustias a los familiares.
Esto ayuda a la familia a vencer temores de un futuro que es desconocido y permite mejorar mucho la calidad de los cuidados porque es un proceso que puede durar unos 20 años y, en cada fase, los pacientes necesitan recibir la atención adecuada.
Según el neurólogo Héctor Figini, experto local en afecciones de la tercera edad, "el límite más difícil de establecer es el que separa el envejecimiento y la demencia". De allí, señaló, la importancia para el diagnóstico de la información que provee la familia sobre las actividades y el comportamiento de la persona. Se estima que entre el 5% y el 8% de los mayores de 65 padecen Alzheimer y el 30% de los mayores de 85.
En la etapa más temprana, que pasa inadvertida, el mal aún no produce trastornos cognitivos evidentes: el paciente trabaja y se relaciona sin problemas.
En la segunda fase, que se confunde con el envejecimiento normal, olvida nombres y lugares, dónde guardó objetos y compromisos.
La tercera etapa delata la existencia incipiente del problema: aumentan los olvidos y se pierde la orientación.
En la cuarta, que es cuando la mayoría de los familiares consulta al médico, la persona se confunde al hacer compras y pagar.
La enfermedad se transforma en moderada cuando la persona no puede elegir la ropa según el clima o el momento del día ni manejar el automóvil. La falta de independencia para las tareas cotidianas es típica de la quinta fase y es la que confirma el diagnóstico.
La severidad aumenta en las dos últimas etapas.
En la sexta fase, la persona pierde la capacidad de vestirse, de bañarse, de asearse al salir y tiene incontinencia.
La séptima fase es terminal: pierde el lenguaje (habla con monosílabos hasta producir sólo sonidos), la locomoción (al año no puede mantenerse sentada) y la conciencia. Tampoco sonríe ni reconoce a familiares u objetos personales, como un recién nacido, no puede mantener la cabeza erguida.
"El mal se parece a una regresión en el desarrollo normal, por lo que podemos aplicar sus reglas al Alzheimer, explicó Reisberg, Un chico y un paciente con Alzheimer pueden resolver las mismas pruebas de desarrollo cognitivo, metabolismo y reflejos."
Denominada "retrogénesis" por Reisberg, esa regresión progresiva devuelve al paciente a la niñez. Es un fenómeno que permite comprender mejor qué mecanismos alteran el funcionamiento del cerebro, el metabolismo y los reflejos.
"Para un chico, los cuidados de su mamá pesan en el desarrollo -puso como ejemplo-. Lo mismo pasa con quien está en la séptima fase: es común que los familiares no sepan cómo reaccionar, ya que quieren darle los mejores cuidados, pero no entienden al paciente, que comprende todo lo que se le dice y mucho más de lo que puede decir. Lo mismo pasa con los movimientos: cuando se lo deja inmóvil en una cama, aparecen las deformidades."
Por esto la ciencia para el manejo de los pacientes con Alzheimer sostiene que es a la familia a la primera que hay que educar. "Así podrán comprender qué piensa y cómo se comporta el paciente", concluyó el investigador.
Por lo expuesto, y por los argumentos adicionales que, de ser necesario, expresaremos ante las comisiones que asesoren respecto de este tema y en el recinto cuando sea tratado, requerimos a la Cámara de Diputados de la Nación la aprobación del presente Proyecto de Resolución.
Firmante | Distrito | Bloque |
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CANTEROS, GUSTAVO JESUS ADOLFO | CORRIENTES | PROYECTO CORRIENTES |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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ACCION SOCIAL Y SALUD PUBLICA (Primera Competencia) |