El Senado y Cámara de Diputados...

INSTALACIÓN DE LAVAMANOS Y DISPENSADORES DE ALCOHOL EN GEL.

Artículo 1°: Instituyese un Plan Nacional para la instalación de lavamanos y dispensadores de alcohol en gel aptos para uso de adultos y niños, en restaurantes, patios de comidas y/o similares de todo el país.

Artículo 2°: La Autoridad de Aplicación Nacional, es el Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación en coordinación con las Provincias y Municipios que adhieran a esta Ley.

Artículo 3°: Es obligación de la Autoridad de Aplicación promover a través de campañas publicitarias el hábito de la limpieza frecuente de manos, la prevención de enfermedades y bacterias que conlleva esta práctica. Así como el derecho del consumidor a exigir este servicio en los comercios gastronómicos.

Artículo 4°: Es deber de las personas físicas y/o empresas propietarias, explotadoras o concesionarias de las compañías mencionadas en el artículo 1°, la instalación de al menos un dispensador de alcohol en gel o lavamanos, emplazado en todo establecimiento comercial gastronómico. El mismo deberá estar ubicado en lugar visible y de fácil acceso para los usuarios de los referidos comercios.

Artículo 5°: Este servicio al consumidor, tendrá que ser ofrecido de manera gratuita, aparte de de los que existan o pudieran existir en las instalaciones sanitarias de los locales comerciales.

Artículo 6°: Las empresas propietarias, explotadoras o concesionarias de los establecimientos mencionados en el artículo 1°, podrán ser pasibles de multas, ante el incumplimiento de las presentes disposiciones.

Las mismas tendrán una escala de un mil a cinco mil pesos. Siendo aplicadas y recaudadas por las Autoridades jurisdiccionales competentes, debiendo estas garantizar las reglas del debido proceso aplicable en cada caso.

Artículo 7°: Se invita a las Provincias y al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherir a la presente ley, facultándose a las mismas a determinar su propia Autoridad de Aplicación, fijar, percibir y / o ejecutar las sanciones que correspondan, conforme lo establecido en el artículo 6°.

Artículo 8°: Se establece un plazo de ciento ochenta (180) días para la adaptación de los requerimientos establecidos en la presente Ley.

Artículo 9°: De forma.-

Artículo 10°: Notifíquese al Poder Ejecutivo de la Nación.

Señor presidente:

Señor Presidente, el adecuado lavado de manos es la primera línea de defensa contra enfermedades comunes, como un resfriado común hasta enfermedades mucho más serias como gripe, bronquiolitis, meningitis, hepatitis A, y todo tipo de diarrea infecciosa, que podría evitarse con la higienización antes de comer.

Los microbios, que pueden contagiarse de formas distintas, son especialmente comunes en niños, que tocan otras manos sucias, superficies, objetos e incluso alimentos contaminados, juegan con tierra o simplemente se frotan una herida.

Además de la contaminación microbiológica, las manos pueden entrar en contacto con posibles sustancias tóxicas (restos de productos de limpieza, insecticidas o productos químicos), nocivas para la salud. Los niños no son conscientes de este potencial peligro, tanto es así que incluso llegan a ingerir de manera directa esta posible contaminación si se chupan manos y dedos. Pero un adulto puede también contaminarse de forma indirecta a través del contacto con alimentos o utensilios de cocina.

La prevención de enfermedades y bacterias puede obtenerse en gran medida, con algo tan simple como el enjuague de manos. Cuando palpamos una superficie infectada, recogemos gérmenes, que pueden infectarnos, al tocarnos ojos, nariz o boca. Al lavarnos las manos, eliminamos gérmenes y detenemos la diseminación de la enfermedad. El jabón y el agua son suficientes para ello. Los microbios pueden vivir en ambientes secos por horas y en lugares húmedos hasta tres días. Las manos generalmente están tibias y húmedas y son el lugar ideal para que los microbios puedan vivir y reproducirse. Son entonces el principal medio para propagar el contagio de enfermedades, entre la población y principal vehículo de transmisión. Es por esto que una buena higiene puede romper con el círculo de contagio.

Hace tres años, el virus H1N1 afectó los hábitos de todos los argentinos. La gripe A, incluso, puso fin al contacto en los saludos, los besos y hasta el rito nacional del mate. El alcohol en gel se transformó en un aliado cotidiano, a toda hora y en todo momento había que limpiarse las manos, y hasta los niños más pequeños tomaron este saludable hábito. La amenaza de la gripe A, trajo aparejado un cambio en las costumbres de los ciudadanos. Lamentablemente este eficaz, sencillo y económico método de prevención no ha logrado perdurar y transformarse en costumbre.

El alcohol en gel, no faltaba y se encontraba a disposición de los clientes en cualquier tipo de local, de manera gratuita. Hoy es casi una especie en extinción. Su venta en las farmacias declinó al año siguiente de la amenaza. La gente ya se olvidó de la gripe, pero lo peor es que se olvidó también de higienizar sus manos.

Convertir en una rutina el acto de lavarse las manos antes de comer o de manipular alimentos y, por supuesto, después de acudir al servicio, es la mejor manera de inculcar a los niños un hábito de higiene que les protegerá durante toda su vida.

El uso de líquidos desinfectantes que no precisan aclarado, constituye una eficaz alternativa al lavado clásico con agua y jabón.

El gel sanitizante es un producto antiséptico empleado para detener la propagación de gérmenes. La cantidad de alcohol en su composición varía entre el 60% y el 65%, siendo la cantidad más común 62%. Los geles sanitizantes con una cantidad de alcohol de 65% matan un 99,9% de las bacterias de las manos en 30 segundos, y matan entre un 99,99% y un 99,999% de las bacterias en un minuto. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades recomiendan el uso del gel sanitizante, para eliminar la mayoría de bacterias, hongos y algunos virus.

El trajín de la vida diaria urbana, adunado al uso cotidiano del transporte público, aumenta el grado de posible propagación de enfermedades. Estar alejados de nuestro hogar durante muchas horas, genera la imposibilidad de asearnos las manos como corresponde. Quizás obligue también a alimentarse en algún establecimiento gastronómico, muchos de ellos cuentan con sanitarios muy completos, pero otros lamentablemente dejan mucho que desear. Atento a ello es que impulso la obligatoriedad que dichos lugares brinden un servicio gratuito y a la vista de los consumidores, para que los mismos puedan de una manera ágil y cómoda asear sus manos antes de ingerir alimentos, colocando un dispenser, conteniendo alcohol en gel a ese efecto.

Creo que este humilde proyecto, de bajo costo y fácil aplicación, puede no solo contribuir con el sistema de salud, en la prevención de enfermedades transmisibles, también tiende a reforzar a través de las campañas publicitarias previstas que esa costumbre de la higiene personal, permanezca en la cultura colectiva.

En el mercado se ofertan varios dispositivos que aseguran una perfecta higiene y desinfección de las manos como alternativa a la limpieza con agua y jabón. Estos sistemas son especialmente interesantes en el caso de comedores colectivos. La ventaja de estos equipos radica, además de su gran eficacia, en su rapidez (unos pocos segundos) que lo convierten en un sistema apropiado para lugares de concurrencia pública como los patios de comida. Un detalle importante desde el punto de vista de la seguridad es el hecho de que el proceso se realiza sin tocar nada (frente al clásico lavado en el que se tocan grifos, jabones o dispensadores o toallas, entre otros) simplemente colocando las manos bajo el aparato que se activa de manera automática, de tal manera que se evitan contaminaciones cruzadas.

Por todo lo expuesto es que solicito el acompañamiento de los Sres. Legisladores.