La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Expresa preocupación por la deci- sión manifiesta del Gobierno de los Estados Unidos, de movilizar sus tropas hacia Libia con el objetivo de tomar intervención en el conflicto que tiene lugar en ese país.

Condena las violaciones a los De- rechos Humanos en Libia, y hace un llamamiento a la comunidad internacional para que avance en una estrategia común para garantizar la plena vigencia de los derechos humanos, sociales y políticos en ese país.

Señor presidente:

Libia está atravesando una situa- ción límite por la sangrienta represión desencadenada por el gobierno de Mua- mar Khadafi contra la movilización popular que demanda un cambio de régi- men, en la que habido cientos de civiles muertos.

La Comunidad Internacional casi en su conjunto ha condenado abiertamente los hechos de violencia perpetrados por el gobierno de Khadafi, quién en estos momentos se encuentra aislado en la capital libia, y ha perdido el apoyo de la comunidad internacional y de sus di- plomáticos en la ONU y en muchas embajadas por todo el mundo. Si bien los medios internacionales dan cuenta de que la mayoría de los militares también le han abandonado y muchas ciudades a ambos lados del país han caído en ma- nos de los comités revolucionarios, Khadafi aún sigue al mando del gobierno central de Libia.

En la reunión realizada en el Co- mité de Derechos Humanos de la ONU, la Secretaria de Estado de Estados Uni- dos, Hillary Clinton, manifestó en relación a este conflicto que "todas las opcio- nes están sobre la mesa". Luego se anunció el desplazamiento de buques de gue- rra a la zona y el presidente estadounidense, Barack Obama, ofreció a la ONU la creación de una zona de exclusión aérea sobre Libia para evitar que el Khadafi bombardee a los opositores.

El General James Mattis, quién está al frente del comando responsable de la acción estadounidense en la región, al comparecer ante una comisión del Senado de Estados, manifestó la intención de crear una zona de exclusión aérea, que implicaría "tener que destruir pre- viamente las defensas antiaéreas" de Libia y dejó en claro también que una ac- ción como esa "se trataría de una operación militar (...) no sería decir simple- mente que no despeguen aviones".

EE UU ha decidido ya movilizar barcos de guerra en el Mediterráneo: "Estamos trabajando en diferentes planes de contingencia y, como parte de eso, estamos reposicionando nuestras fuerzas para ser capaces de responder con flexibilidad a las decisiones que se tomen", dijo el coronel David Lapan, un portavoz de la Secretaría de Defensa.

Más allá de la más firme condena internacional que merece el asesinato por parte del gobierno de Khadafi de cien- tos de ciudadanos que reclamaban por un cambio de sistema político, y por la sistemática violación de los derechos humanos en Libia, corresponde alertar sobre la inconveniencia de realizar movimientos de tropas de cualquier país hacia otro sin que medien instancias anteriores en los organismos internaciona- les, y sin el consenso de la comunidad internacional.

La experiencia en Irak ha demos- trado que la intervención armada aumentó la cantidad de víctimas civiles, pro- longó violaciones a los derechos humanos y poco sirvió para la reconstrucción de un país que hoy sigue destruido en lo material y desarticulado en lo social.

La aplicación de una zona de exclusión aérea sobre el espacio de Libia, es la misma herramienta que Esta- dos Unidos aplicó en Irak en los años noventa.

El fracaso de la ocupación de Irak, reconocido hoy de forma casi unánime, nos remite a la necesidad de pre- servar al máximo el principio de no intervención. La comunidad internacional con el mismo ahínco debe condenar, repudiar y llevar adelante todas las me- didas necesarias para que no se cometan violaciones a los derechos humanos ni se violen tratados internacionales. Pero el mismo principio rige para la no justificación de la intervención armada unilateral, que por definición constitu- ye una violación del derecho internacional.

Por todo ello, y por nuestro com- promiso como legisladores con la vigencia universal de los derechos humanos y del derecho internacional, pongo este proyecto a disposición de mis pares solici- tando su apoyo.