PROYECTO DE TP
Expediente 5233-D-2006
Sumario: DECLARAR COMO DIA DE LA CONCIENTIZACION DE LA OBRA PASTORAL, MARTIRIO Y ASESINATO DE MONSEÑOR ENRIQUE ANGELELLI, COMO ABANDERADO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA AL DIA 4 DE AGOSTO DE CADA AÑO.
Fecha: 07/09/2006
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 126
El Senado y Cámara de Diputados...
Artículo 1°|.-
Declárase el 4 de Agosto de cada año, día de concientización
de la obra pastoral, martirio y asesinato de Monseñor
ENRIQUE ANGELELLI, como abanderado de la Doctrina Social
de la Iglesia.
Artículo
2°.-A los fines de dar cumplimiento a lo enunciado en
el artículo 1°, se deberán realizar clases y actos
alusivos en los establecimientos educativos en sus
distintos niveles; editando el Estado textos gratuitos
referidos a la figura del Obispo en los distintos
aspectos, para su correspondiente difusión y
conocimiento.
Artículo 3°.- El Poder Ejecutivo a través del
Ministerio de Educación de la Nación será la Autoridad de Aplicación de la presente
Ley.
Artículo
4°.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
En estos fundamentos quiero poner de relieve
la inmensa figura y expresar brevemente la vida y obra de MONSEÑOR ENRIQUE
ANGELELLI, quien naciera el 17 de Julio de 1923, en la Provincia de Córdoba de esta
Reública Argentina. Sus padres Juan Agelelli y Celina Carletti (de quienes fue el primer
hijo) inmigrantes italianos, vivían en las afueras de Córdoba en la zona denominada
entonces "Camino Rodriguez de Busto", dedicándose al cultivo de hortalizas y actividad
rural aprendida por la familia Angelelli en su Italia natal.
Al cumplir los 15 años ingresa al
Seminario Metropolitano de Córdoba Nuetra Señora de Loreto, de esa época le quedó
entre los compañeros el sobrenombre de "Canuto" porque casi no tenía cabellos y "le
salían en la cabeza unos pelitos como los canutos que tienen los pollos, antes de que les
salgan las plumas". Después se lo conocerá simplemente como "el Pelado".
En 1943
inició el ciclo de los tres años de la filosofía en el Seminario
Mayor. En segundo año de teología (año
1947)
fue enviado a Roma para completar sus estudios en el Colegio
Pío Latino. En 1949, a los 26 años fue ordenado
sacerdote. Continuó un año más en Roma hasta
obtener la
Licenciatura en Derecho Canónico en la
Universidad Gregoriana.
Comenzó su labor pastoral al regresar al país,
como Vicario Cooperador en la Parroquia San José de
Barrio Alto Alberdi, en la ciudad de Córdoba, y
Capellán del Hospital Clínicas. Las villas miserias de la
zona, ubicadas entre las calles Deán Funes y 9 de julio
al 1500, eran visitadas asiduamente por el P. Angelelli,
y este contacto con la realidad de los desposeídos fue
haciendo crecer en él la predilección por el servicio de
los pobres.
En 1952 fue designado asesor de
la JOC (Juventud Obrera
Cristiana), encargándosele la atención pastoral de
la capilla de Cristo Obrero. Allí se instaló en un altillo, al
costado de la capilla, que formaba parte del Hogar Sacerdotal,
donde vivían varios sacerdotes. La presencia del "Pelado"
Angelelli lo había convertido en un lugar de encuentro y
consulta permanentes de sacerdotes del clero
cordobés.
A sólo una
cuadra de la Capilla del Cristo Obrero los circos
acostumbraban instalar sus carpas en los predios, Monseñor
Angelelli se acercaba a visitarlos en sus carpas, ofreciéndoles
todo tipo de ayuda, por lo que terminó con los años siendo
prácticamente el Capellán de esa gente.
Fue designado
asesor de la JOC(Juventud Obrera Católica. Se había
consustanciado con los objetivos de este movimiento después
de conocer en Roma y entablar un profunda relación con su
fundador, el sacerdote belga José Cardjín. Supo apropiarse
del método jocista.
En esta
época decía: "El hombre no puede ser un
desencarnado, lo religioso no puede hacer perder de
vista las necesidades más elementales de los seres
humanos, menos de los pobres, sino por el contrario,
la religión deber servir para que el hombre se
dignifique totalmente, humana y
espiritualmente..."
Además de la
asesoría de la JOC, hacia 1958 participaba en la Junta
Arquidiocesana de la Acción Católica, dictaba clases de
Derecho Canónico y Doctrina Social de la Iglesia en el
Seminario Mayor y era Profesor de Teología en el Instituto
Lumen Christi y otros colegios religiosos. Trabajaba en la
Curia Arzobispal y ayudaba en la pastoral universitaria,
colaborando en el asesoramiento de algunos centros
de la Juventud Universitaria Católica (JUC).
El 12 de
diciembre de 1960 fue designado por el Papa Juan
XXIII, Obispo Auxiliar de Córdoba, y el 20 del mismo
mes fue nombrado Vicario General de la Arquidiócesis.
El 12 de marzo
de 1961 recibió su consagración episcopal en la Catedral de
Córdoba, abarrotada de obreros y de gente humilde. Eligió
como lema para su escudo episcopal la frase del
Evangelio de Juan: "Para que todos sean uno".
Era una nueva
imagen episcopal, que contrastaba con los usos y costumbres
de entonces, consustanciado con el pueblo, por lo que no
aceptó la recomendación de abandonar el uso de su moto
"Puma", "porque no era digno de él, como Obispo..."
El 11 de
octubre de 1962 se inició el Concilio Ecuménico
Vaticano II. Monseñor Angelelli acudió a Roma al
igual que todos los obispos del mundo.
Un mes antes el
Papa Juan XXIII, en un radiomensaje, había dicho que la paz
y la justicia social eran los problemas centrales a los que
debía abocarse la Iglesia para ser servidora de la humanidad.
Allí profundizó sus opciones pastorales y vivenció la
realidad universal de la iglesia. Este acontecimiento crucial de
la Iglesia provoca un movimiento renovador en todas partes.
El seminario de Córdoba no fue la excepción. Al renunciar el
Rector, Mons. Angelelli fue nombrado en su
reemplazo.
EN 1964
ante una crisis interna en la Iglesia cordobesa en septiembre
del mismo año concurre a la tercera sesión del Concilio. A su
regreso, en las vacaciones del 65 renuncia Mons. Castellano al
Arzobispado de Córdoba. Sería lógico que lo reemplazara
Mons. Angelelli por ser el único obispo en Córdoba, pero los
canónigos eligen a su Deán, Edmundo Rodríguez y Alverez.
Angelelli se retira del obispado y fija su residencia en
un colegio cerca de su casa natal. Allí se abocó al
trabajo pastoral en la zona con los chacareros y
quinteros del lugar.
El 15 de mayo de 1965 se
hizo cargo de la arquidiócesis de Córdoba, Mons. Raúl Francisco
Primatesta. Rehabilitó a Angelelli, designándolo como Obispo Auxiliar,
Intensificó entonces, las visitas pastorales a las Parroquias, tanto
urbanas como rurales. La presencia del "Obispo Auxiliar" en las
parroquias rurales y sus múltiples capillas quedó marcada en la vida de
esas comunidades, no sólo porque iban más allá de las rituales visitas
canónicas, sino porque le dedicaba el mayor tiempo posible,
escuchando lo problemas de la gente y alentando el trabajo de la
comunidad. En la mayoría de estas capillas era la primera vez que se
acercaba un Obispo.
En
septiembre de 1965 concurre a la última sesión del
Concilio. A su vuelta dijo: "Hay mucho camino que
rehacer, pero el encuentro ha sido ya efectuado, el
diálogo iniciado, el lenguaje es otro, un lenguaje
cristiano, fraterno, de búsqueda sincera de la VERDAD,
caminando juntos y no preparando argumentos de
refutación, sin habernos encontrado..."
El 3 de
julio de 1968, el Papa Pablo VI lo designó como Obispo
de La Rioja. Desde el atrio de la Catedral leyó su primer
mensaje al pueblo riojano, que se constituyó en la base de su
poción de vida episcopal y su programa pastoral:
"Les
acaba de llegar a La Rioja un hombre de tierra adentro
que les habla el mismo lenguaje. Un hombre que
quiere identificarse y comprometerse con ustedes.
Que quiere ser un riojano más..."
"No
vengo a ser servido, sino a servir a todos sin distinción
alguna de clases sociales, modos de pensar o de creer.
Como Jesús, quiero ser servidor de nuestros hermanos
los pobres, de los que sufren espiritual o
materialmente, de los que reclaman ser considerados
en su dignidad humana como hijos del mismo Padre
que está en los cielos".
"Ayúdenme a que no me ate a intereses
mezquinos o de grupos; obren para que sea el Obispo y el amigo de todos, de los católicos
y de los no católicos; de los que creen y de los que no creen".
"No
perdamos nunca el camino de la esperanza; tratemos
de no catalogar con facilidad, ingenua o a veces
injustificadamente, a quienes, con sinceridad de
corazón, con un auténtico amor y servicio a sus
hermanos, tienen hambre y sed de justicia para lograr
la verdadera paz, que es su fruto".
"...No
hay tiempo que perder ni siquiera para darnos el lujo
de ser declamadores... Nosotros tenemos que
comprometernos no sólo como individuos sino como
comunidad. No podemos ya declamar que existe
hambre en el mundo, no podemos teorizar que existe
mucha gente que no tiene la cultura que debe tener
todo ser humano, que hay hermanos que no tienen
techo. No. Hay que buscar darles el techo, el pan, el
trabajo, la salud, la cultura, hacerlo un ser humano
como Dios manda".
Este nuevo
espíritu se vio fortalecido por la encíclica Populorum
Progressio (Sobre el progreso de los pueblos) de Paulo VI y
por las conclusiones y directivas de la Segunda Conferencia
del Episcopado Latinoamericano en Medellín, transformándose
Angelelli en uno de sus principales promotores en nuestro
país, aún ante la resistencia de muchos obispos que
consideraban que "Medellín no era para Argentina".
Como
pastor no dejó de recorrer rincón alguno de la
provincia. Lo cuenta él mismo en carta a su
madre:
"Querida mamá Celina: En el día de la Madre,
ya que no puedo estar comiéndote unos lindos tallarines ´al uso nostro, fatto in casa`, te
hago llegar estas líneas llenas de cariño. El viernes he comenzado una gira por el interior
de la Provincia, por la zona de los Llanos, visitando los siguientes pueblos: Alto de los
Llanos, Olta, Chepes, Ulapes, Milagro. Me encuentro, gracias a Dios, bien, con mucho
trabajo; hay mucho que hacer, y en este primer momento necesito visitar toda la Provincia
antes de fin de año. Ya visité el oeste de la diócesis, por Villa Unión a 300 kms. por el
cordón del Famatina, Jagué, Guandacol, Vinchina hasta el límite con Chile. Me estoy
poniendo ducho con la Estanciera. Te hago llegar unos pesos para que compres el regalo
que te guste. Un abrazo a todos. Con un beso hasta la próxima.+Enrique."
En esa "Estanciera"que le había sido
regalada por los sacerdotes cordobeses, al ser designado en La Rioja recorrerÍa los
caminos polvorientos de su Diócesis. Charlaba con la gente de sus problemas reales,
tomaba mate en las casas, siempre bonachón y de buen humor, y afirmaba con
claridad:
"El agua
es para todos; la tierra es para todos; el pan es para
todos. Y esto no es subversión... aunque afecte a
algunos intereses. La Iglesia debe estar
profundamente comprometida con el desarrollo del
hombre" (homilía en el departamento de Castro
Barros).
A partir de
enero de 1969, la Misa Radial, que se celebraba desde
hacía doce años como misa parroquial de los domingos
desde la Catedral, En mayo de ese año . se realizó la
"Semana Diosesana de Pastoral", presidida por el Obispo,
allí se redactó un documento que profundizaba el análisis de
la realidad provincial y el compromiso por la liberación del
hombre y la mujer riojanas. Desde esta opción, la pastoral de
Angelelli se caracterizó por estar junto a los trabajadores en
sus reclamos y con los campesinos impulsando su
organización cooperativa.
Fue desde
entonces la voz esperada en todos los rincones riojanos, cada
domingo a las 8 de la mañana. A través de ella extendía sus
orientaciones pastorales y se hacía eco de los múltiples y
diversos problemas de los riojanos.
El 6 de abril
publicó una "carta pastoral" en la que decía:
"...El
grito del hombre de hoy por su liberación y salvación
(y aquí se llama ´hombre riojano`) se hace cada vez
más agudo y penetrante. Sólo los hombres
´interiormente jóvenes´ son capaces de percibirlo y
comprometerse con él; los cansados, los conformistas,
los establecidos, los de corazón atado a muchas cosas,
no son aptos para luchar y construir una sociedad más
justa, fraterna, pacificada y pacificante..."
Frente al
estallido popular del "Cordobazo" contra el gobierno
militar de Onganía reflexionaba:
"...Asumamos este grito en todo lo que tiene
de verdadero, auténtico, dramático; asumamos lealmente el compromiso de seguir
caminando, construyendo en la paz y en el esfuerzo fraterno, responsable y lúcido, la gran
tarea de buscar juntos para hacer una Argentina que no se sienta realizada y satisfecha, si
junto a los grandes centros urbanos y fabriles, existen argentinos que se mueren de hambre,
sufren el marginamiento material o moral o son excluídos de la mesa de los argentinos que
ostentan o regulan factores de poder".
Al
evaluar su primer aniversario como Obispo riojano
dijo:
"Uno de ustedes, uno del Pueblo de Dios, me
ha dado la lección más estupenda de todo este año, lo ha sintetizado al mismo tiempo que
me ha trazado todo un programa de vida. Me dijo un hombre de la calle: "Vea, Monseñor,
vea mi amigo; yo le pido un favor. No se canse nunca de ser el obispo de los pobres, sea el
padre de los pobres porque de esa manera es un buen obispo".
La consigna del
Obispo era; "con un oído puesto en el Evangelio y otro
en el pueblo" se iba convirtiendo en una tarea de todos.
En
septiembre de 1970 solicitó y se concretó una entrevista
con el gobernador de facto Iribarren, molesto por la prédica
social del obispo, que ya recibía desde sectores católicos
anticonciliares la acusación de "comunista rodeado de curas
tercermundistas" que descuidaba "lo espiritual" "con un
contenido político desde el púlpito" . Al ser preguntado sobre
la continuidad del diálogo, no dejó de advertir:
"Hoy hablamos
mucho de diálogo pero lamentablemente decimos que es
diálogo y en verdad lo que hacemos es monólogo. Dialogar
supone actitudes interiores... saber escuchar, saber renunciar
al propio criterio y opinión en la medida que se descubre que
el otro tiene la verdad. De esta manera es constructivo... No
ha sido la finalidad de la audiencia solicitada estructurar
formas jurídicas o protocolares de diálogo. Cuando existen
presupuestos básicos como son: confianza, sinceridad, interés
por buscar juntos los caminos que construyen la felicidad del
pueblo... lo jurídico y protocolar pasa a segundo orden".
Para
1971 la acción pastoral del obispo comprendía los
reclamos de los trabajadores mineros, la organización
cooperativa para el aprovechamiento de la tierra y la justa
distribución de las aguas, mientras denunciaba la usura, la
droga y la prostitución en manos de familias poderosas de la
provincia. Entre tanto se fortalecía la catequesis popular y el
trabajo pastoral en los barrios.
En diciembre del 71 se prohibió por orden de
"la superioridad" la misa radial del obispo, mientras el episcopado presidido por el
integrista Mons. Tortolo guardaba cómplice silencio. Entonces Angelelli afirmó a un
medio periodístico: " No podemos callar cuando se pejudica positivamente al pueblo
de Dios, con el tráfico de drogas, la trata de blancas, la usura y el recurso a una
doctrina social a la que se deforma para justificar negociados y lucros
personales".
Entre
1971 y 1972 se concretó el Movimiento Rural
Diocesano y la Cooperativa de Trabajo Amingueña
Limitada, impulsando la expropiación del latifundio de
Azzalini. La cooperativa permitiría obtener mejores precios
para los productos regionales y trabajar solidariamente las
tierras improductivas. En agosto, Angelelli y su presbiterio se
enfrentaron de nuevo con el gobierno de facto, cuando la
policía detuvo dos sacerdotes y un laico.
Fundado el diario
"El Sol" a partir de 1972 se hizo eco de una feroz campaña de
insultos y difamaciones contra Angelelli, al cual llegó a
calificar de "Satanelli" y "ordinario" (en alusión a que era el
Obispo Ordinario).
Al ser
detenidos dos de sus sacerdotes en agosto de 1972,
tanto en la Casa de Gobierno, como ante el Superior
Tribunal de Justicia, Mons. Angelelli, acompañado de
sus sacerdotes, dio lectura a un documento en el que
señalaba:
"El
Evangelio es una palabra viva... Cuando la Iglesia
responde con fidelidad a esa palabra, cuando
comparte las angustias y esperanzas de los pobres y
oprimidos, cuando se hace pueblo y se compromete en
su liberación, la persecución es inevitable..."
Este incidente
no fue sino el comienzo de una cada vez más dura campaña
de sectores conservadores, laicos y aún sacerdotes, que
tomaron como blanco la acción pastoral del obispo.
Fue entonces
cuando los ultraconservadores católicos se organizaron
en una "Cruzada renovadora de la cristiandad", que
tras una intensa campaña de calumnias organizó las
agresiones de Anillaco, cuando en plenas fiestas
patronales un grupo de viñateros de la zona, policías y
gente de pueblo a su servicio tomó el templo y obligó al
obispo, algunos sacerdotes, religiosas y laicos a abandonar el
pueblo con riesgo de su vida, entre insultos y pedradas.
El 25 de
febrero de 1973, en plena campaña electoral, en la misa
dominical a la que asistieron los candidatos del FREJULI,
Héctor J. Cámpora y Vicente Solano Lima, el Obispo leyó la
´Reflexiones sobre las elecciones de marzo, que fueron
suscriptas por todos los sacerdotes. En ellas decía:
"Votar
no consiste solamente en depositar una papeleta en
una urna. Votar es hacer y construir nuestra propia
historia argentina y riojana. Es poner el hombro para
que como pueblo no se nos considere solamente en las
urnas sino el gran protagonista y actor en la
reconstrucción de la Patria. Es para eliminar las causas
que engendran injusticias, miserias, odios, éxodos
obligatorios".
"Mientras ayer observábamos gestos y
actitudes contra el mismo pueblo, hoy vemos
salvadores y mesías; cuando ayer observábamos
silencio antes la ¨represión¨, el atropello al hombre,
imagen de Dios, hoy vemos gestos que desconciertan
y oímos lenguaje revolucionario. Cuando ayer
negábamos un justo salario, hoy vemos que se toman
actitudes de paternalismo repartiendo dádivas y
comprando conciencias con el dinero... ¿Se ha operado
una conversión? ¿Es demagogia? ¿Es la vieja maña de
captar votos?..."
El 25 de
mayo de 1973 Cámpora asumió la presidencia, y
Carlos Menem la gobernación de La Rioja. En ese año
renacieron las esperanzas populares. Se restituyó a la iglesia
riojana la misa radial.
Hacia
fines del 73 el papa Pablo VI envió a Mons. Zaspe,
arzobispo de Santa Fe, como delgado personal para
ver qué estaba pasando en la diócesis, ante la acusación
de los ultraconservadores de que la acción pastoral del obispo
no correspondía a la de la Iglesia. Zaspe escuchó a todos los
sacerdotes, religiosas y laicos y envió un informe más que
favorable sobre la acción de Angelelli, mientras los ultras
se negaron a hablar con el representante papal o se
desataron en insultos y agresiones verbales.
En 1974,
a pesar de que existía un gobierno constitucional presidido
por Isabel Perón , el control represivo ya había sido asumido
por la Triple A y las Fuerzas Armadas, que paso a paso iban
ocupando el territorio nacional. En mayo fue asesinado el P.
Mujica. En octubre, estando Angelelli en Europa para la
visita al Papa, recibió una carta de sus sacerdotes en
que se le informaba que su nombre estaba en la lista
negra de la Triple A. Pero el obispo no aceptó la
sugerencia de quedarse un tiempo más fuera del país y
regresó de inmediato.
A
principios de 1975, Angelelli hizo pública una carta
personal del Papa Paulo VI en que expresaba "nuestra
paternal complacencia por su intensa y sacrificada actividad
en favor de los más necesitados... Condenamos las violencias
y difamaciones de que ha sido objeto... por mejorar a los
sectores más pobres del pueblo riojano y por la renovación
conciliar..."
Al
iniciarse el año 1976, al presidir las fiestas patronales, el
Obispo instó a ser testigos de la esperanza y mensajeros de la
paz, ante la situación difícil que se vivía en el país y en su
provincia, donde la represión arreciaba de manos del coronel
Battaglia, jefe del batallón 141 de La Rioja. El 8 de febrero en
la misa radial dijo:
"La Iglesia no puede ni debe renunciar a
prestar, desde su intransferible misión, ayuda a su pueblo a que asuma sus derechos y sus
deberes con responsabilidad, a que cada persona de nuestro pueblo sea respetada y ayudada
a crecer como lo quiere Dios. No le es, por tanto, ajeno a su misión, estar junto al que sufre,
al desorientado, al que está privado de la libertad".
Después el
Ejército detuvo al Vicario de la Diócesis, a varios sacerdotes y
dirigentes laicos del Movimiento Rural.
El 25 de
febrero de ese año, Angelelli, que soportaba nuevas
presiones y calumnias ("infiltrado comunista en la iglesia"),
escribió a las autoridades eclesiásticas argentinas que desde
hacía tiempo lo habían dejado en total soledad y sin apoyo
alguno:
"Entiendo que el
asunto va más allá de La Rioja, nos incumbe a todos... solicito
a mis hermanos Obispos, porque urge, una evaluación más
profunda... Necesitamos urgentemente clarificar la misión que
nos corresponde a las Diócesis y a la Vicaría Castrense (en
manos de Mons. Bonamín que clamaba por una nueva
cruzada regeneradora a cargo del Ejército de Dios)... Es hora
que abramos los ojos y no dejemos que Generales del Ejército
usurpen la misión de velar por la Fe Católica... No es
casualidad querer contraponer la Iglesia de Pío XII a la de
Juan y Pablo... Hoy cae un Vicario General; mañana (muy
próximo) caerá un Obispo. Por ahí se me cruza por la
cabeza el pensamiento de que el Señor anda
necesitando la cárcel o la vida de algún Obispo para
despertar y vivir más profundamente nuestra
colegialidad episcopal... Es una gracia de Dios para una
Diócesis estas pruebas; ayuda mucho a unir y profundizar el
presbiterio y el resto de la comunidad diocesana... Este
cuestionamiento que se me hace me replantea, por el
bien de la Iglesia y de la paz, la opción que Uds. bien
conocen (mi renuncia).
El 17 de
marzo el Comodoro Aguirre y otros jefes militares
increparon públicamente al obispo en Chamical y
abandonaron la misa en el momento del saludo de paz.
Angelelli decide suspender la misa en la base aérea
militar.
El 24 de
marzo de 1976 los militares dieron el golpe
autodenominado Proceso de Reorganización Nacional.
En abril Angelelli fue a Buenos Aires para reclamar
personalmente ante el Ministro del Interior Gral.
Harguindeguy por sacerdotes detenidos y por la ola de
represión en la provincia. En el aeropuerto, ya de
regreso, el avión de Aerolíneas partió sin previo aviso,
obligando a Angelelli a regresar en micro, aunque su
equipaje había sido cargado en el avión. Al buscarlo en
La Rioja, descubrió que su valija, con importantes
papeles, había sido violada.
En tanto
el Ejército sometía al obispo a situaciones humillantes
(lo dice el propio Angelelli en una carta a su amigo
Bertaina) con malos tratos cuando pide audiencias y
obligándolo a pedir permiso vez por vez para los
retiros espirituales de los sacerdotes.
Ese
mismo mes Angelelli envía una carta a Mons. Zaspe
(vicepresidente del Episcopado) denunciando los atropellos
militares contra el pueblo riojano y sus sacerdotes, y expresa
que "es hora que la Iglesia de Cristo en la Argentina discierna
a nivel nacional nuestra misión y que no guarde silencio ante
hechos graves que se vienen sucediendo". Pero el
episcopado guardó silencio. Zaspe y otros dos obispos
se entrevistaron, sin embargo, con el presidente Videla
y le expusieron los hechos. Pero días después el Jefe
del Batallón de Ingenieros de La Rioja dispuso la
suspensión de la misa radial de Angelelli y la suplantó
por la misa celebrada por el capellán del batallón.
En Mayo
el obispo asiste a la Conferencia Extraordinaria del
Episocopado y denuncia ampliamente la situación de su
diócesis: detención de sacerdotes y religiosas, violación de
correspondencia, prohibición de visitar a los presos,
prohibición de la misa radial, requisas en los ejercicios
espirituales, laicos detenidos, campañas sistemáticas de
difamación, vigilancia en la acción pastoral de los barrios, etc.
Las quejas llegaron nuevamente hasta Videla, pero el
resultado fue una mayor vigilancia y control policial.
En junio
Angelelli fue a Córdoba y consigue por medio del arzobispo
Primatesta una audiencia con el Gral. Menéndez para
reclamar por los detenidos políticos y sociales de La Rioja. La
respuesta de Menéndez fue clara: "El que se tiene que
cuidar es Usted".
Antes de
regresar a su Diócesis, Angelelli almorzó con sus
familiares y les confesó:
"Ustedes
tienen que estar preparados. La cosa está muy fea y a
mi cualquier día de estos me barren".
Por este
tiempo, unos meses antes de su muerte, en una
entrevista periodística, expresó:
"Yo me
siento feliz de vivir en la época que vivo. Me parece
importante vivir en esta época de cambios profundos,
acelerados y universales. Me siento igual a todos, débil
como todos pero al mismo tiempo solidario con todos
los hombres. Porque se nos ha dado en este momento
histórico la posibilidad de construir algo nuevo".
Pero no
sería él quien realizaría ese algo nuevo...
El 18 de
julio de 1976 fueron secuestrados dos sacerdotes de
Chamical, el P. Gabriel Longueville y Fray Carlos de
Dios Murias. El 20 a la tarde, una cuadrilla de obreros
ferroviarios encontró los cadáveres de ambos
sacerdotes, a unos 5 kms de Chamical hacia el sur,
acribillados a balazos, maniatados y con evidentes
signos de haber sido torturados. El 26 de julio
ametrallaron en la puerta de su casa, delante de su
familia al laico campesino, Wenceslao Pedernera, en
Sañogasta,los represores le preguntaron su nombre
para comprobar si era el colaborador del Obispo
Angelelli a quien buscaban.
Inmediatamente Angelelli elaboró un
minucioso informe, cuya copia apareció
"misteriosamente" después del asesinato del obispo
en el despacho de Harguindeguy.
El jueves
22, Mons. Angelelli presidió la Misa de exequias
concelebrada por cuarenta y tres sacerdotes. En la
homilía, asumiendo el dolor de la muchedumbre
presente el Obispo dijo:
"¿Cómo
no vamos a llorar al que es carne de nuestra carne y
sangre de nuestra sangre, afecto de nuestro afecto,
miembro de nuestra familia, hijo del Cuerpo de Cristo,
miembro de su pueblo, testigo de su pueblo! ¡Cómo no
los va a llorar Chamical!... No hay ninguna página del
Evangelio que nos mande ser tontos. Nos manda ser
humildes como la paloma y astutos como la serpiente
... nos manda tener alma y corazón de pobres, nos
manda buscar a los más necesitados porque son los
privilegiados del Señor... Yo los invito a que oremos
por los que los mataron. No interesan las siglas ni los
nombres. Les repito, no tenemos nosotros los ojos
cerrados, ni los oídos cerrados, tenemos la inteligencia
normal de todo ser humano, o sea que, si hay que
saber, y podemos tener algunos elementos y estar en
condiciones de informar a quien se debe y en algún
momento tengamos que informar... Pero, ¿hay
hermanos nuestros que pueden imaginar o pensar, o
programar violencias y hay otros que las ejecutan? Y a
lo mejor coinciden?...
Al salir
del cementerio, el Obispo vestido con sus ornamentos
episcopales, cambió de mano el báculo y acercándose
al Dr. César Abdala, médico de Chamical, le dijo en
tono confidencial: "El próximo soy yo". Sacerdotes
amigos ìntimos le aconsejaron que se aleje de la
Diócesis, pero su respuesta fue clara: " Es eso lo que
buscan, que me vaya, para que se cumpla lo dicho en
el Evangelio: Heriré al pastor y se dispersarán las
ovejas".
El 4 de
agosto por la mañana, Mons. Angelelli le pidió al P.
Arturo Pinto, Vicario Episcopal, que lo acompañara en
su viaje de regreso a La Rioja. Y le encomendó que
hiciera revisar la camioneta Fiat Multicarga. "Yo me
encargué -narraba Pintos-- de llevar la camioneta, y
controlarle el aire, el aceite y cargar el combustible
para que estuviera en condiciones para el viaje...
Almorzamos en casa de las hermanas, e
inmediatamente después preparamos todas las cosas,
cargamos los portafolios y aproximadamente a las dos
de la tarde estaba todo listo para emprender el
regreso".
A las dos
de la tarde el Obispo fue hasta la camioneta. Y como si
le costara decidirse a iniciar el viaje de regreso, se
volvió a tomar unos mates, comentando que le
cansaba hacer ese camino. Luego se dirigió a la Iglesia
parroquial para "hacer una visita al Santísimo". Estaba
tranquilo, aunque se lo notaba preocupado. Subió a su
vehículo, llevando al P. Pinto como acompañante, y
partió rumbo a la ciudad de La Rioja, distante unos
150 kms. Eran pasadas las 14,30 hs.
"Salimos
por el camino viejo porque temíamos que alguien
estuviera viendo. Íbamos conversando normalmente y
andábamos a una velocidad normal porque no
teníamos mayor apuro... Pasamos Punta de Los Llanos,
tomamos la curva de la misma población. De pronto,
yo que iba medio perfilado hacia el "Pelado", noté que
un vehículo nos alcanzaba. Identifiqué ese vehículo
como un Puegeot 404, de los viejos. Alcancé a notar
como los que tienen alitas atrás en las puntas y de
color gris, tirando a blanco. Una vez que este vehículo
se nos puso al lado, hizo una maniobra hacia delante
de nosotros, rápida. Y en ese momento se produjo
como una explosión. Y yo no recuerdo más nada"...
El reloj
de Angelelli había quedado parado a las tres de la
tarde. La policía encontró su cuerpo "prolijamente"
depositado sobre la tierra, de espaldas y en cruz, y
prohibió a los periodistas sacar fotos, mientras alejaba
a la gente del lugar. Instantes después, un grupo de
militares con armas largas custodiaban el lugar.
Recién a las 21 hs. el cadáver del obispo fue llevado al
hospital Plaza de la Rioja, seis horas después del
"accidente".
Mientras
en el casino militar del batallón 141 y en el diario El
Sol se brindaba con champagne, el coronel Battaglia
llamaba por teléfono al director del diario "El
Independiente" para decirle que "hay que publicar que
fue un accidente por el reventón de la goma trasera".
Fue la versión oficial, lamentablemente aceptada
también por el episcopado en cómplice silencio,
mientras la Santa Sede a través de su órgano oficial
L´Osservatores Romano hablaba de un "extraño
accidente". El 19 de junio de 1986 el Juez Aldo
Morales, tras haber acumulado 1800 hojas del
expediente judicial, declaró sin embargo "que la
muerte de Monseñor Enrique Angelelli no obedeció a
accidente de tránsito, sino que fue un homicidio
fríamente premeditado, y esperado por la
víctima".
El
martirio del obispo Angelelli por la causa de la libertad
ciudadana y del pueblo pobre se había consumado.
Fue una de las primeras personalidades del país que
cayó bajo la dictadura militar, casi como una
necesidad obligada para que pudiera desatarse sin una
voz opositora aquel "proceso" de largos años de
sangre y dolor.
Veinte
años después de su muerte, el 9 de agosto de 1996, el
Lic. Santos Benetti funda con un centenar de
ciudadanos de casi todas las provincias, el Instituto
Enrique Angelelli para despertar, desarrollar y
capacitar la conciencia política, sostener la democracia
y alentar el desarrollo integral de la sociedad.
Y aquí
estamos nosotros... conmovidos y fortalecidos por el
ejemplo de quien asumió la voz de los sin voz,
trabajando ahora para tomar la posta de su
"compromiso", de su "coherencia" y de su "coraje".
Es
nuestra "posibilidad de construir algo nuevo"...
Sus huellas de
Profeta y de Pastor nos llevan "tierra adentro" al encuentro de
los pobres y olvidados. Quienes van detrás de sus pasos,
descubrirán un camino de fidelidad creativa, de entrega
radical, de amor sin reservas. Hallarán el corazón del Pastor,
habitado por el clamor de los pobres y la pasión del
Evangelio. Hoy, quizás más que nunca, necesitamos
volver a oír las palabras de Monseñor Angelelli
"posible la vida plena para todos".
En junio
2006 acusan a represores por un crimen que
denunciaba Angelelli, el de Wenceslao Pedernera quien
fuera asesinado en 1976 en La Rioja era catequista y
colaborador del Obispo de la provincia, por ese caso la
Justicia ordenó la captura de una lista de civiles y militares, el
Juez Federal Subrogante Franco Román Grassi, pidió la
detención del Ex - Comandante del Tercer Cuerpo del
Ejército Luciano Benjamín Menendez y de otros diez
represores.
El pueblo creyente, que desde el mismo 4 de agosto tuvo el convencimiento de que se había tratado de un asesinato, todavía espera que el episcopado argentino reivindique el martirio de Mons. Angelelli, rompiendo el silencio de 30 años.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
SANTANDER, MARIO ARMANDO | LA RIOJA | PERONISTA FEDERAL |
MONTI, LUCRECIA | CIUDAD de BUENOS AIRES | PERONISTA FEDERAL |
DI LANDRO, OSCAR JORGE | BUENOS AIRES | PERONISTA FEDERAL |
CHIACCHIO, NORA ALICIA | BUENOS AIRES | PERONISTA FEDERAL |
CAMAÑO, GRACIELA | BUENOS AIRES | PERONISTA FEDERAL |
SYLVESTRE BEGNIS, JUAN HECTOR | SANTA FE | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
ROSSO, GRACIELA ZULEMA | BUENOS AIRES | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
TULIO, ROSA ESTER | BUENOS AIRES | PERONISTA FEDERAL |
PEREZ, MIRTA | BUENOS AIRES | PERONISTA FEDERAL |
DE LA BARRERA, GUILLERMO | CATAMARCA | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
ACUÑA KUNZ, JUAN ERWIN B. | SANTA CRUZ | UCR |
MÜLLER, MABEL HILDA | BUENOS AIRES | PERONISTA FEDERAL |
BONASSO, MIGUEL LUIS | CIUDAD de BUENOS AIRES | CONVERGENCIA |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
RELACIONES EXTERIORES Y CULTO (Primera Competencia) |
LEGISLACION GENERAL |
Giro a comisiones en Senado
Comisión |
---|
EDUCACION, CULTURA, CIENCIA Y TECNOLOGIA |
DERECHOS Y GARANTIAS |
Trámite en comisión (Cámara de Diputados)
Fecha | Movimiento | Resultado |
---|---|---|
06/12/2006 | ANÁLISIS DE PROYECTOS DE COMPETENCIA MIXTA | Aprobado por unanimidad en la parte de su competencia sin modificaciones |
12/12/2006 | ANÁLISIS DE PROYECTOS DE COMPETENCIA MIXTA | Aprobado por unanimidad en la parte de su competencia sin modificaciones |
13/12/2006 | DICTAMEN | Aprobado por unanimidad sin modificaciones |
Trámite
Cámara | Movimiento | Fecha | Resultado |
---|---|---|---|
Diputados | MOCION DE PREFERENCIA PARA LA PROXIMA SESION CON DICTAMEN (AFIRMATIVA) | 15/11/2006 | |
Diputados | MOCION DE PREFERENCIA PARA LA PROXIMA SESION CON DICTAMEN (AFIRMATIVA) | 29/11/2006 | |
Diputados | MOCION SOBRE TABLAS (AFIRMATIVA) | 13/12/2006 | |
Diputados | CONSIDERACION Y APROBACION | 13/12/2006 | MEDIA SANCION |
Senado | PASA A SENADO - |