La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su beneplácito por la conmemoración del 10° aniversario de creación del Museo del Títere 'Tibi', en la ciudad de Resistencia, provincia del Chaco, el 27 de junio de 2011.

Señor presidente:

1. Títiriteros arribados al Chaco (1)

Todos conocemos qué es un títere, pero tal vez no sepamos definirlo. Entonces podemos decir que es un objeto que tiene forma similar a la humana pero difiere de la figura en la cual se inspira. El hombre, desde tiempos remotos, sintió la necesidad de reproducir seres semejantes a sí mismo y darles movimiento, utilizando materiales tales como marfil, piel, madera, plata, barro cocido, tejido o paja. Ya en el antiguo Egipto, Grecia y Roma hay vestigios de su existencia, y también en culturas orientales como China y Japón.

Pero hablar de títeres en el Chaco hoy en día, resulta imposible sin mencionar a la familia Sosio-Iturrioz. Procedentes de Buenos Aires el 13 de mayo de 1968, Juan Iturrioz (2) y Nélida Sosio (3) se instalaron en Resistencia buscando nuevos horizontes y un mejor estilo de vida, alejado de la urbe porteña. Junto a ellos vinieron sus dos pequeños hijos, Ignacio (4) y Martín (5) .

Habían comenzado la actividad titiritera antes de su arribo. Nelly estudiaba Profesorado de Jardín de Infantes, y una profesora le encomendó para un trabajo práctico dar una función de títeres; experiencia que sólo había tenido en la escuela primaria como diversión. Realizó entonces una función de marionetas con 'La hormiguita y Ratón Pérez'. Luego aprendió, gracias a su profesora Matilde, a fabricar los títeres, el teatro, los telones. Nacieron sus dos primeras obras, concebidas e interpretadas en el Instituto donde estudiaba: 'La conejita blanca' y 'La bella y la bestia'. Fue la propia Matilde la que la instó a seguir con los títeres, y la envió a la Academia 'Beato Angélico', que funcionaba en la casa que alguna vez fuera de Manuel Mujica Láinez. A partir de entonces su jornada fue verdaderamente intensa: toda la mañana y parte de la tarde le demandaban sus estudios de profesorado y prácticas de la enseñanza, y más tarde seguía sus cursos de títeres con la reconocida titiritera argentina, Mané Bernardo, hasta ya entrada la noche.

Pero al mismo tiempo participaba de 'Acción Católica' en la Parroquia de la Sagrada Eucaristía, y con un grupo de jóvenes con un mismo objetivo armaron un teatro de títeres y comenzaron a dar funciones en hospitales, hospicios, institutos penitenciarios, etc. El mismo se llamó 'Tibi', que en latín significa 'darse'.

Una vez arribados a Resistencia - ciudad que eligieron para vivir -, Nelly consiguió trabajo casi inmediatamente en el Jardín de Infantes Nº1. Casualmente funcionaba donde antes existía una Escuela de Títeres que se había cerrado hacía poco tiempo. Allí se encontró con armarios cerrados que estaban repletos de títeres. Era como si la hubiesen estado esperando para volver a cobrar vida. Hoy, 17 títeres de esa escuela, forman parte del acervo del Museo del Títere 'Tibi'.

2. Un museo para los títeres

Al poco tiempo de haber arribado al Chaco, Nelly fue a ofrecer su Teatro de Títeres a la entonces Directora de Cultura de la Provincia, profesora Yolanda Pereno de Elizondo. Fue contratada para dar funciones en los barrios de la ciudad de Resistencia y el interior de la provincia. Al mismo tiempo que la requerían en forma privada.

Tibi, que había nacido en 1954, siguió viviendo en el Chaco. Visitando hogares chaqueños y conquistando el corazón de los niños. Pero al mismo tiempo, fue haciendo amigos que fabricaba la familia Sosio - Iturrioz, o que le regalaban. Esto hizo que prendiera la idea de buscar un lugar para albergar esta colección. Nació así, en 2001, el Museo del Títere, que llamaron 'Tibi'. Para ello se puso en juego el patrimonio de la familia, y con mucho esfuerzo personal y económico, construyeron el museo que se ubica en calle Vedia 498 de la ciudad de Resistencia. Es un museo vivo, donde las piezas no están siempre en las vitrinas, sino que salen cada sábado para cobrar vida en las manos de Nelly y su hijo Martín, y deleitar a un importante número de niños chaqueños. En una tarea en la que trabajan también su nuera Judith, y sus nietas Magdalena y Candelaria.

Recibieron ayuda del Instituto Nacional del Teatro y se ampliaron. Hicieron dos salas, una de exhibición y función, y otra para el taller. Las obras que se presentan están guionadas por ella misma, con retoques y las clásicas improvisaciones de Martín.

Nelly nos dice: 'El títere es un instrumento teatral, de expresión, que te permite decir cosas que de otra forma no lo harías. Sirve para que los chicos desarrollen la imaginación y el lenguaje, porque además damos talleres para los chicos. El mundo del títere es un poco mágico, es muy poético. Yo miro la cara de los chicos cuando están viendo una función, y verdaderamente son felices. Y yo, cuando estoy detrás de un telón me olvido quién soy.'

El museo cuenta con un acervo de más de 600 piezas de distintas partes del mundo, que fue declarado Patrimonio Cultural del Chaco a través de la Ley Nº6265. El espacio físico donde se encuentran ya casi no alcanza y necesariamente deberá ampliarse.

Tibi fue reemplazado por Peluquita - neoyorquina - , porque su destino fue ser el único títere de Latinoamérica en ocupar un lugar en el Museo del Títere y la Marioneta de Lyon, Francia, que es el más importante del mundo. Nelly confía en que esta actividad familiar perdure en el tiempo, que se perpetúe en sus hijos y nietos. Seguro que así será porque todos llevan los títeres en el alma.

Fundado por la familia Iturrioz, el 27 de junio de 2001, el pequeño pero cálido Museo del Títere Tibi, se incorporó a la agenda cultural de la ciudad de Resistencia con funciones semanales, exposiciones de muñecos y talleres especiales. Es asimismo ejemplo de una colección privada convertida en museo y que presenta un acervo cultural que es un verdadero patrimonio para los chaqueños (6) .

Por todo ello es que solicitamos la aprobación de este proyecto de resolución.