PROYECTO DE TP
Expediente 0154-D-2011
Sumario: RATIFICACION DEL CONVENIO CONSTITUTIVO DEL BANCO DEL SUR FIRMADO EN PORLAMAR, ISLA MARGARITA, REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA EL 26 DE SEPTIEMBRE DE 2009.
Fecha: 02/03/2011
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 2
El Senado y Cámara de Diputados...
RATIFICACIÓN DEL
CONVENIO CONSTITUTIVO DEL BANCO DEL SUR
El Senado y la Cámara
de Diputados sancionan con fuerza de Ley:
Artículo 1.- Se ratifica en todas sus
partes el Convenio Constitutivo del Banco del Sur, firmado en Porlamar, Isla
Margarita, República Bolivariana de Venezuela, el día 26 de septiembre de 2009,
por los Presidentes de la República Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; del
Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma; de la República Federativa de
Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva; de la República del Ecuador, Rafael Correa
Delgado; de la República del Paraguay, Fernando Lugo Méndez; de la República
Oriental del Uruguay, Tabaré Vázquez Rosas y de la República Bolivariana de
Venezuela, Hugo Chávez Frías.
Artículo 2.- de forma
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Cuando en el año 2008, comenzó una
de las crisis más profundas del sistema financiero, se puso nuevamente en
discusión el papel de las instituciones multilaterales, que trabajan de acuerdo con
los principales bancos que integran el sistema financiero, ya que no se podía
ignorar como tales organismos, han sido desde siempre un eficaz instrumento
para condicionar, manipular y definir la política económica de los países de
América del Sur. El ejemplo más claro es la actuación del Fondo Monetario
Internacional, seguido por el llamado Banco Mundial y el Banco Interamericano de
Desarrollo que articularon sus políticas en función de los intereses del sistema
financiero transnacional.
Las recetas del FMI fueron ejecutadas
impiadosamente desde la década del 70, con el consiguiente aumento de la
pobreza, la indigencia, la desarticulación de políticas de industrialización,
estableciéndose la necesidad de privatizar los recursos más importantes de la
economía para favorecer el interés privado, que actuaba de consuno con el Fondo
y con los otros organismos multilaterales.
Las cartas de intención, prolijamente
elaboradas por el FMI, eran presentadas como la voluntad del país para solicitar
préstamos que invariablemente eran utilizados en políticas públicas de
desnacionalización y desinversión, ya que el llamado eufemísticamente "ajuste
estructural", encubría la verdadera intención de dejar al país en manos de las
empresas transnacionales.
Más allá de algunas críticas
superficiales que se han hecho al papel que tuviera el FMI durante la década del
90 en nuestro país, es imposible ignorar que su influencia fue factor determinante
para todas las decisiones que se adoptaron a los efectos de proceder al
achicamiento del Estado.
Aunque este organismo multilateral es
solo en apariencia una institución que se dedica a la cooperación monetaria, en
realidad tiene una estructura y un poder mucho mayor aún que un estado
soberano. Si bien el FMI no tiene regulada ni establecida ninguna responsabilidad
internacional por las acciones que realiza, es el que decide y consolida espacios
de poder a través de la maniobrabilidad del dinero recaudado en los estados
tributarios del sistema, generando un esquema plutocrático sin ninguna bandera ni
frontera específica, que ha manejado los esquemas económicos del mundo entero
mediante la eufemística justificación de la existencia de un mundo globalizado,
donde la interdependencia de los estados hace posible el funcionamiento de estos
mecanismos de control. Si se recorre el documento donde está establecido su
funcionamiento, se podrá ver que goza de todo tipo de inmunidades, aún respecto
de la acción que puedan ejecutar gobiernos que eventualmente se sientan
damnificados por alguna decisión de su directiva.
El acta constitutiva del FMI indica que
fue creado para: a) la cooperación monetaria internacional, b) facilitar la expansión
y el crecimiento equilibrado del comercio, contribuyendo a mantener altos niveles
de ocupación y de ingresos reales, además de desarrollar recursos productivos; c)
fomentar la estabilidad cambiaria y d) infundir confianza a los países miembros,
poniendo a su disposición los recursos generales del Fondo para corregir sus
desequilibrios y su balanza de pagos. Sin embargo, en la historia de ésta
institución se puede constatar una realidad sustancialmente distinta que muestra
que este organismo siempre estuvo dedicado a proteger los intereses de la banca
y de los mercados financieros internacionales, aún a expensas de los estados
miembros que sustentan la propia economía del FMI.
El FMI se apartó del Derecho
Internacional y, utilizando la debilidad estructural de los pueblos latinoamericanos,
diseñó un sistema que determinaba que todo plan económico tuviera que ser
proyectado de acuerdo con las pautas generadas desde dentro del organismo y
que estuvieran de acuerdo con las proyecciones elaboradas por sus técnicos.
Quizás previendo que
esa situación iba a ocurrir en el corto plazo, es que la Argentina no adhirió a los
acuerdos de Bretton Woods, lo que el Dr. Alfredo Gómez Morales explicó muy
claramente en su libro sobre la política económica del peronismo, al decir que "La
teoría que fundamentó la creación del Fondo Monetario y la del Banco
Internacional de Reconstrucción y Fomento, respondió más a las conveniencias de
los países industriales y, en menor escala, a la de los países tradicionalmente
abastecedores de alimentos y materias primas (...) Para nosotros no era lo
importante obtener libras esterlinas sino libras en combustible y maquinarias (...)
Nuestra irrenunciable aspiración a la independencia económica nacional y a una
distribución más justa de la riqueza entre los hombres que la producen,
determinaba esa preferencia por los bienes de capital y de las materias primas y
combustibles necesarios para nuestra industria y nuestro agro, necesidad que se
satisfacía a través de los distintos tipos de cambio (...) Por eso la Argentina llegó a
ser la única nación latinoamericana que no integró los organismos instituidos en
Bretton Woods"
Con la revolución de 1955, cambió el
destino económico de la Argentina. A través de un decreto del presidente
Aramburu, se decidió en 1956 la incorporación del país al FMI. En ese momento,
un gran jurista, el Dr. Arturo Sampay, advirtió que la Argentina abandonaba la
posibilidad de ser un Estado independiente para ingresar en la esfera de la
dependencia del FMI. La profecía de Sampay se cumplió y fue así que este
organismo se convirtió en custodio de los países deudores y en el representante
incuestionable de los grupos financieros internacionales.
Es por eso que cabe
advertir que el FMI se metamorfoseó cambiando su condición original, ya que los
créditos que otorgaba y supervisaba estaban sujetos -como ahora lo están- a una
condicionalidad irritante, que va más allá de los aspectos monetarios o fiscales al
imponer políticas muy definidas, que alguien definiera como "a new big stick"
(nueva política del garrote).
Cuando el sistema de la
deuda colapsó en la década de los 80 y se produjo la primera gran crisis, los
países endeudados no pudieron pagar y renegociaron sus obligaciones en
notorias condiciones de inferioridad, debiendo aceptar la implementación de las
llamadas políticas de ajuste estructural, para continuar insertos en el esquema
internacional. Los principales puntos de esos programas de ajuste, que regirían
implacablemente a partir de 1989 en el país, serían: a) ajuste de precios (política
de shock) para reducir drásticamente la inflación, reduciendo la demanda; b) abrir
los mercados del país a los productos extranjeros; c) la privatización de la totalidad
de las empresas del Estado; d) la reducción del gasto público, y e) aumentar la
presión impositiva para reducir el déficit, sin establecer las diferencias en cuanto a
la magnitud económica del contribuyente.
El resultado de la aplicación de estos
programas de ajuste determinó el notable deterioro de nuestra calidad de vida,
que se vio involucrada en medio de un sistema en el cual los indicadores de
crecimiento de la productividad, la generación de empleo y los índices económicos
en general mostraron una abrupta e indetenible caída. El sueldo real de los
trabajadores disminuyó al producirse recortes de salarios, mientras se flexibilizó la
legislación laboral para permitir que el empresariado nacional y extranjero
manejara discrecionalmente el empleo sin limitaciones de carácter legal que
pudieran encarecer lo que ellos llamaban sus costos de producción. Se redujeron
los servicios sanitarios y educativos; reaparecieron con más fuerza las llamadas
enfermedades de la pobreza (dengue, paludismo, cólera, etc.) y aumentaron los
precios de los servicios básicos (luz, agua, teléfono, combustibles, gas) debido a
los procesos de privatización. Hubo una apreciable transferencia de recursos a la
economía informal, como consecuencia de los despidos o en razón de la falta de
puestos de trabajo, lo que determinó un auge exponencial del cuentapropismo.
Creció la desocupación, la subocupación y los contratos laborales "basura".
Si nos manejáramos
dentro de la lógica del derecho que no es precisamente la que opera en las
finanzas internacionales, deberíamos considerar la inequidad del sistema
impuesto en nuestro país por el FMI y las graves consecuencias que trajo su
instauración, siendo una de las más graves la concerniente a la privatización de
las empresas del Estado, con la consecuente sustracción de recursos que
resultaban fundamentales. Hasta Henry Kissinger, uno de los ideólogos de la
globalización neoliberal escribió en el año 2001 que "El FMI no logra controlar el
impacto político de sus acciones. En nombre de la ortodoxia del mercado libre
intenta habitualmente, de una manera casi académica, eliminar de una vez por
todas las debilidades del sistema económico del país afectado,
independientemente si esas debilidades son o no causa de la crisis". A su vez
Charles Calomiris, uno de los redactores del informe sobre el FMI, preparado por
disposición del Congreso de los Estados Unidos, criticó que el gobierno de ese
país acomode al FMI y a las instituciones multilaterales de crédito para satisfacer
objetivos de política exterior y propugnó que antes de que comiencen las reformas
estructurales de estas organizaciones, se opere con efectivos mecanismos
económicos que tengan credibilidad y se vuelva a capturar la confianza de los
contribuyentes que financian esas operaciones (Le FMI et la Banque Mundial
devront faire preuve de plus de transparence, Le Monde, 17-2-2000)
Joseph Stigliz, alguien
suficientemente conocido y con autoridad para desmenuzar el funcionamiento del
FMI, expresó que "los equipos que visitan los países para realizar auditorías son
bien conocidos por preparar sus informes antes de la visita" y Steve Hanke,
profesor del Cato Institute, puntualizó que el FMI "interfiere demasiado en las
políticas domésticas de los países a los que asiste. Es más, sus políticas no
generan prosperidad ni alivian la pobreza".
En suma, que el análisis de la forma de
operar del FMI muestra que en ningún caso hubo un mejoramiento de las
condiciones económicas de los países asistidos, sino un notorio empeoramiento
de las mismas. Lo ocurrido en nuestro país es un claro ejemplo de ello, y la
responsabilidad que cabe a las autoridades de ese organismo multilateral en el
endeudamiento y en la modificación de toda la política económica no puede ser
soslayada, ya que colaboraron en todos los planes de privatización de las
empresas públicas poniendo especial énfasis en todo aquello que tuviera que ver
con los hidrocarburos estableciendo, además, un plan muy concreto para asociar
las reestructuraciones de la deuda pública con esas privatizaciones,
constituyéndose así en un brillante negocio para las compañías extranjeras que
operaban en el sector y aquellas instituciones financieras que iban a participar en
el negocio.
Resultaría innecesario
efectuar una descripción de lo ocurrido en el país durante la década del 90, que
determinó el desguace del Estado nacional. Sin embargo, para las autoridades del
FMI, lo que se hizo fue un verdadero ejemplo de las políticas a seguir. Al respecto
son conocidas las expresiones del que fuera director del FMI, Michel Camdessus,
quien en la sede la institución dijera el 1 de octubre de 1998 "Argentina tiene una
historia que contar al mundo: una historia sobre la importancia de la disciplina
fiscal, los cambios estructurales y una política monetaria que se aplica
rigurosamente". Pero resulta más ejemplificador el informe específico sobre la
situación del país preparado bajo la dirección de Michel Mussa, consejero
económico y director de estudios del FMI, en 1999, donde al analizar la situación
decía "Argentina es uno de los países (de América Latina) que más ha avanzado
en la reforma estructural. El proceso de reforma se inició en 1989/90 y cobró
impulso a partir de 1991 al establecerse el régimen de convertibilidad, piedra
angular del programa de estabilización emprendido por el gobierno. En los años
siguientes, se lograron progresos sin precedentes en tres campos importantes. En
lo que respecta a la reforma del sector público, se privatizaron prácticamente
todas las empresas estatales y se reformó el sistema de seguridad social;
sumadas a la desregulación generalizada. En lo que respecta al sector externo, se
eliminaron las restricciones a la cuenta de capital y se rebajaron en alrededor del
10% las tasas medias de los aranceles de importación, lo cual facilitó la expansión
del comercio y la integración financiera a la economía mundial. Al mismo tiempo
se cerraron varias instituciones privatizadas, subcapitalizadas, se privatizaron
varios bancos públicos provinciales y se amplió la participación de grandes bancos
internacionales en los mercados de créditos externos -que ahora supera la de los
bancos nacionales- con lo cual se reforzó la confianza en el sistema financiero"
(Perspectivas de la Economía Mundial -octubre de 1999- Estudios Económicos y
Financieros, Fondo Monetario Internacional, págs. 58/59). Luego de tal análisis y
al establecer las proyecciones para los años siguientes, el FMI solo acentuaba la
necesidad de que "el gobierno que resulte electo en los comicios de octubre
deberá asumir una conducción macroeconómica firme y actuar con la clara
determinación de llevar adelante nuevas reformas estructurales" (ibidem, pág.
26)
Como se puede comprobar a través de
los hechos de público conocimiento, a partir del año 2000 todas esas bondades de
las "reformas estructurales" no se tradujeron en una mejora de la situación
general, sino en una acentuación de las dificultades económicas y financieras. Y
en lo que respecta a éste último aspecto, el predominio de los grandes bancos
transnacionales y las empresas del mismo origen -lo que para el FMI era una
condición indispensable de las reformas- determinaron una mayor vulnerabilidad
del sistema, al poner en manos de ellos un sistema operativo solo destinado a la
transferencia de capitales y no a la inversión productiva, de todo lo cual puede
deducirse sin mayor esfuerzo que esas "políticas" aconsejadas por el FMI solo
lograron aumentar los índices de exclusión social y de pobreza, acentuando la
vulnerabilidad económica del país.
El Banco Mundial, aún cuando sus
objetivos resultan de distinta naturaleza a los del FMI, fue un colaborador eficaz de
las políticas de ajuste estructural, facilitando numerosos créditos para viabilizar
tales políticas, además de facilitar otros préstamos para las reales necesidades
que tenían los países de financiar proyectos de infraestructura, de promoción
educativa, promoción industrial,. minera etc. Aunque en la Argentina, todavía se
encuentra pendiente una investigación de la deuda pública, la República del
Ecuador realizó una prolija auditoría que mostró no solo los manejos del FMI, sino
cómo los préstamos del Banco Mundial, otorgados para determinadas obras, eran
canalizados al pago de la deuda pública, además de contratarse consultoras
propuestas por la referida institución que en muchos casos significaban
erogaciones que insumían casi el 80% del crédito otorgado. A eso hay que sumar
las llamadas "comisiones de compromiso", las clausulas de renuncia a la
soberanía del país, el sometimiento a otras jurisdicciones para el caso de
controversia, etc. Una verdadera arquitectura para condicionar cualquier proyecto
a los reales objetivos que eran favorecer invariablemente a las empresas
multinacionales y a los inversores privados asociadas a estas. Con el Banco
Interamericano de Desarrollo, las operaciones eran similares, las consultoras
operaban de manera parecida, mientras nuestros países continuaban con el
crecimiento exponencial de la pobreza y el subdesarrollo.
Con el objetivo de terminar
definitivamente con un anclaje a instituciones que no beneficiaban a nuestros
países, sino por el contrario, resultaban instrumentos que perpetuaban
inaceptables condicionamientos económicos, se planteó entre varios países
latinoamericanos la idea de crear un banco que, a diferencia del Banco Mundial,
sirviera de factor de desarrollo para nuestros pueblos, colaborando en la
integración de sus economías, y que ejerciera un función distinta para encarar
proyectos bajo otra forma de gestión, con costos diferentes y movilizando recursos
reales, sin los condicionamientos a los que nuestros países debían
someterse.
Esa idea tuvo principio
de ejecución el 9 de diciembre de 2007, cuando los presidentes de la Argentina,
Néstor Kirchner; de Bolivia, Evo Morales; de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva; de
Ecuador, Rafael Correa Delgado; del Paraguay, Nicanor Duarte Frutos; del
Uruguay, Tabaré Vázquez, y de Venezuela, Hugo Chávez, firmaron en Buenos
Aires el Acta de fundación del Banco del Sur, mediante la cual acordaron "crear un
banco de desarrollo con el carácter de persona jurídica de derecho público
internacional, el que tendrá como objeto financiar el desarrollo económico y social
de los países de la Unión de Naciones Sudamericanas, miembros del Banco, en
forma equilibrada y estable, haciendo uso del ahorro intra y extra regional;
fortalecer la integración, reducir las asimetrías y promover la equitativa distribución
de las inversiones dentro de los países miembros del Banco".
El Banco del Sur tendrá por funciones,
en beneficio de los países suramericanos, miembros del Banco, entre otras:
financiar proyectos de desarrollo en sectores claves de la economía orientados a
mejorar la competitividad y el desarrollo científico y tecnológico, agregando valor y
priorizando el uso de materias primas de los países miembros; financiar proyectos
de desarrollo en sectores sociales para reducir la pobreza y la exclusión social, así
como financiar proyectos que favorezcan el proceso de integración suramericana,
y crear y administrar fondos especiales de solidaridad social y de emergencia ante
desastres naturales; todo ello mediante la realización de operaciones financieras,
activas, pasivas y de servicios.
El Banco del Sur deberá ser
autosostenible y gobernarse conforme a criterios profesionales de eficiencia
financiera para garantizar que su actuación no resulte en dispendios adicionales,
sino en la generación de nuevos recursos para ser reinvertidos en los países
miembros.
De conformidad con lo acordado, el
Banco tendrá su sede en la ciudad de Caracas, República Bolivariana de
Venezuela, con subsedes en la ciudad de Buenos Aires y en la ciudad de La Paz,
República de Bolivia.
Después de este acto fundamental, se
iniciaron conversaciones entre los países fundadores para instrumentar las
modalidades del funcionamiento del Banco, y esto determinó las existencia de
largas discusiones, exámenes técnicos sobre las diferentes propuestas de los
países, hasta que finalmente se llegaron a acuerdos básicos y se firmó el
Convenio Constitutivo el 26 de septiembre de 2009, en Porlamar, isla Margarita,
República Bolivariana de Venezuela. En el mismo, se ha determinado un capital
autorizado de 20.000 millones de dólares, pero el capital suscripto será solamente
de 7.000 millones, aportando la Argentina, Brasil y Venezuela, 4000 millones de
dólares, y los 3.000 millones restantes serán aportados por los restantes
miembros en las proporciones señaladas en el documento. Al respecto es preciso
destacar que el capital suscripto se irá pagando gradualmente en diez años, por lo
que no resulta imperioso un desembolso inmediato de la totalidad de las sumas
suscriptas.
El Convenio fue ratificado por la
Asamblea Nacional de Venezuela en noviembre de 2009, y por la Asamblea
Nacional del Ecuador el 1 de junio de 2010, faltando la ratificación de los
parlamentos de los restantes países signatarios de la creación del Banco.
Creemos que, más allá de las
inevitables diferencias que existen entre las economías de los países
sudamericanos, una institución como la que se ha creado, supone modificar el
sistema de constante peregrinaje a los organismos multilaterales, y poder financiar
proyectos autosostenibles de desarrollo donde los países no se encuentren
anclados a un sistema que los hacía dependientes de decisiones que les eran
ajenas, y que se tomaban en función de la conveniencia del sistema financiero,
que se encontraba permanentemente protegido por organismos que en su origen
debieron tener otra función.
No escapará al criterio de esta
honorable Cámara, que el funcionamiento del Banco permitirá ocuparse de
cuestiones como el cuidado de la salud, la soberanía alimentaria y energética; la
concreción de proyectos fundamentales de infraestructura para el desarrollo de un
anillo energético, de presas, gasoductos y oleoductos, ya que tenemos un
potencial hidroeléctrico muy importante y reservas de gas y petróleo que deberían
ser exploradas, buscando las formas más eficientes de una explotación racional
que beneficie a los países del continente. A esto se suman las posibilidades de
construcción de redes de ferrocarriles y nuevas carreteras para lograr una más
eficaz integración entre nuestros pueblos, posibilitando ello generación de riqueza
y una mejor distribución de la misma.
El Banco del Sur constituye un
verdadero desafío para romper con los moldes de una vieja política económica
instrumentada desde los centros de poder, donde se establecían las condiciones
en que debía desarrollarse cada país determinando quienes debían ser nada más
que productores de materias primas y quienes tenían la posibilidad de
industrializarse, quienes podían usufrutuar sus recursos naturales y quienes
debían entregarlos a la voracidad de compañías que se los llevaban en su
totalidad, afectando -además- el medio ambiente.
Creemos que es un comienzo de
importante significación para marginar definitivamente el poder de organismos
multilaterales, que no han traído beneficios para los países sudamericanos, sino
que han sido instrumento de intereses privados, que han visto crecer su
patrimonio de manera exponencial en detrimento de la riqueza y el trabajo de
nuestros pueblos.
También el Banco servirá para ir
forjando una indispensable integración económica y financiera que permita hacer
realidad lo que alguna vez soñaron nuestros Libertadores, y que los intereses de
las grandes potencias y la mediocridad de las clases dirigentes llevó a una
fragmentación territorial y económica que es preciso revertir definitivamente.
Por todo lo expuesto, es que solicito a
los Señores Diputados que acompañen la aprobación del presente proyecto de
Ley.-
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
SOLANAS, FERNANDO EZEQUIEL | CIUDAD de BUENOS AIRES | MOVIMIENTO PROYECTO SUR |
MERCHAN, PAULA CECILIA | CORDOBA | LIBRES DEL SUR |
CARDELLI, JORGE JUSTO | CIUDAD de BUENOS AIRES | MOVIMIENTO PROYECTO SUR |
ARGUMEDO, ALCIRA SUSANA | CIUDAD de BUENOS AIRES | MOVIMIENTO PROYECTO SUR |
ALCUAZ, HORACIO ALBERTO | BUENOS AIRES | GEN |
LOZANO, CLAUDIO RAUL | CIUDAD de BUENOS AIRES | MOVIMIENTO PROYECTO SUR |
BONASSO, MIGUEL LUIS | CIUDAD de BUENOS AIRES | DIALOGO POR BUENOS AIRES |
MACALUSE, EDUARDO GABRIEL | BUENOS AIRES | SI POR LA UNIDAD POPULAR |
PARADA, LILIANA BEATRIZ | CIUDAD de BUENOS AIRES | MOVIMIENTO PROYECTO SUR |
CUCCOVILLO, RICARDO OSCAR | BUENOS AIRES | PARTIDO SOCIALISTA |
VIALE, LISANDRO ALFREDO | ENTRE RIOS | PARTIDO SOCIALISTA |
BASTEIRO, SERGIO ARIEL | BUENOS AIRES | NUEVO ENCUENTRO POPULAR Y SOLIDARIO |
DONDA PEREZ, VICTORIA ANALIA | BUENOS AIRES | LIBRES DEL SUR |
PERIE, JULIA ARGENTINA | MISIONES | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
RELACIONES EXTERIORES Y CULTO (Primera Competencia) |
FINANZAS |
PRESUPUESTO Y HACIENDA |