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Academia Nacional de Lenguas de Pueblos Originarios

Art. 1.- Crease en el ámbito del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas la Academia Nacional de Lenguas de Pueblos Originarios.

Art. 2.- Corresponde a la Academia Nacional de Lenguas de Pueblos Originarios:

- Establecer la normativa de las diferentes lenguas en sus aspectos ortográfico, lexicológico, terminológico, gramatical y discursivo.

- Publicar los diccionarios y gramáticas de las diferentes lenguas.

- Recopilar las palabras nuevas creadas naturalmente por los diferentes hablantes y aprobar su incorporación formal al corpus lexical de cada lengua.

- Recuperar el léxico antiguo de cada lengua y propiciar su uso funcional.

- Promover investigaciones que contribuyan a la tarea de normativización de las lenguas.

Art. 3.- La Academia Nacional de Lenguas de Pueblos Originarios estará integrada por un representante por cada una de las catorce etnias existentes en el país, seleccionados a través de concurso público de obras, trayectoria docente, méritos y aptitudes.

Señor presidente:

En la diversidad del comportamiento cultural humano hay ciertos rasgos comunes que reciben, entre otras muchas denominaciones, el de universales culturales. Por ejemplo, no existe ninguna cultura conocida sin una lengua gramaticalmente compleja.

Es casi un lugar común señalar que la posesión del lenguaje es uno de los atributos humanos más distintivos de una cultura. Y, al mismo tiempo, es posible afirmar que la lengua escrita y hablada de un pueblo es el carácter cultural que prácticamente define su identidad.

El patrimonio lingüístico es objeto de preocupación desde hace tiempo por parte de organismos internacionales, academias, intelectuales, debido a la creciente conciencia del peligro de desaparición de numerosas lenguas en el mundo. Hoy en día se hablan entre cinco mil y veinte mil lenguas, cada una de las cuales son expresión de ricas y complejas identidades culturales.

Sin embargo, muchas de ellas pueden extinguirse en un futuro próximo por el avance de los procesos de mundialización de la cultura, que impactan en términos de homogeneidad y estandarización de hábitos, valores, formas de vida y concepciones del mundo unificadoras.

El patrimonio lingüístico de los pueblos originarios en nuestro territorio no es ajeno a esta situación. Desde la época de la conquista, el exterminio sostenido y sistemático de aquellos fue el resultado no sólo de políticas genocidas, sino de la aplicación de estrategias de supresión de la diversidad cultural, esto es, políticas etnocidas.

Los mecanismos de desposesión cultural han sido muy variados, pero en muchas ocasiones la desaparición gradual de una lengua no necesitó de políticas intervencionistas sino de la indiferencia social o la abstención del Estado ante esa problemática.

Todas las lenguas, como son un instrumento de comunicación, tienen la misma potencialidad para su duración en el tiempo y expansión. Pero, esas posibilidades dependen del contexto social, político y en especial, de las relaciones de poder entretejidas en el mercado lingüístico.

En ese sentido, el derecho al empleo y preservación de las lenguas, ha sido contemplado en un extenso abanico de normas nacionales e internacionales. La Constitución Nacional (Art. 75, inciso 17), la Ley de Educación Nacional (Art. 52, 53, 54), la Ley Nacional 23302 de Asuntos Indígenas (Art. 14, 16, 17), la Ley Nacional 25607 de Difusión de los Derechos Indígenas, la Ley 24071 (Convenio 169 de la OIT), entre otras, constituyen un marco normativo que estipula la necesidad de la preservación y promoción del desarrollo y la práctica de las lenguas de los pueblos originarios.

Sin embargo, en nuestro país, los esfuerzos en dirección a una política lingüística de reconocimiento y apoyo a las diferentes lenguas no oficiales, estuvo centrada fundamentalmente en la instrumentación de programas de educación intercultural bilingüe. Las políticas compensatorias del Ministerio de Cultura y Educación desde el año 1993 han propiciado modalidades de enseñanza tendientes a respetar, valorar y fortalecer las lenguas y culturas indígenas tomando en cuenta las peculiaridades socioculturales y linguísticas de las diferentes etnias.

No obstante ello, el fortalecimiento de las lenguas en situaciones de desventaja requiere además de las acciones descriptas, por una parte, ampliar la noción de preservación del patrimonio con políticas de normalización de las diferentes lenguas (lo cual incluye la elaboración de gramáticas, léxicos, etc...) y proyectos de investigación cuyos resultados se constituyan en bases referenciales para la toma de decisiones en planificación lingüística. Y, por otra parte, se necesita la creación de un organismo científico con capacidad legal y autoridad académica para ocuparse de ello, para adoptar resoluciones necesarias sobre aspectos fundamentales de las diferentes lenguas, tendiente a lograr condiciones que garanticen la pervivencia y funcionalidad de las mismas, como un medio para preservar y desarrollar las identidades étnicas.

Por todos estos argumentos, solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.