PROYECTO DE TP
Expediente 0083-D-2011
Sumario: "DIA DE LA BIBLIODIVERSIDAD": INSTITUIR COMO TAL EL 21 DE SEPTIEMBRE DE CADA AÑO.
Fecha: 02/03/2011
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 2
El Senado y Cámara de Diputados...
Artículo 1º.- Institúyese el 21 de
septiembre como "Día de la Bibliodiversidad".
Art. 2º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo,
etc.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
I. ¿Cuáles son las
obligaciones contraídas por la República Argentina, con jerarquía
constitucional, en materia de derechos humanos?
A. En el ámbito de las
Naciones Unidas
El primer instrumento aprobado por las
Naciones Unidas en que se enumeran los derechos culturales es la Declaración
Universal de Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General el 10 de diciembre
de 1948. El Artículo 27 dispone que:
1. Toda persona tiene derecho a tomar
parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar
en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.
2. Toda persona tiene derecho a la
protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las
producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
En el Artículo 22 de la Declaración se
añade que toda persona tiene derecho a la realización, mediante el esfuerzo nacional y
la cooperación internacional, de los derechos culturales, indispensable para su dignidad
y el libre desarrollo de su personalidad.
El paso siguiente en el desarrollo del
concepto de derechos culturales se dio en el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, que en su Artículo 15 dispone lo siguiente:
1. Los Estados Partes en el presente
Pacto reconocen el derecho de toda persona a:
a) participar en la vida cultural;
b) gozar de los beneficios del progreso
científico y de sus aplicaciones;
c) beneficiarse de la protección de los
intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones
científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
2. Entre las medidas que los Estados
Partes en el presente Pacto deberán adoptar para asegurar el pleno ejercicio de este
derecho, figurarán las necesarias para la conservación, el desarrollo y la difusión de la
ciencia y de la cultura.
3. Los Estados Partes en el presente
Pacto se comprometen a respetar la indispensable libertad para la investigación
científica y para la actividad creadora.
4. Los Estados Partes en el presente
Pacto reconocen los beneficios que derivan del fomento y desarrollo de la cooperación
y de las relaciones internacionales en cuestiones científicas y culturales.
Para obtener una lista completa de los
derechos culturales formulados en la Carta Internacional de Derechos, ha de agregarse
el Artículo 27 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que otorga a las
personas pertenecientes a minorías étnicas, religiosas o lingüísticas el derecho a
disfrutar de su propia cultura y a profesar y practicar su propia religión y a utilizar su
propio idioma.
Como afirmó el Comité de Derechos
Humanos en su Comentario general Nº 23, relativo al Artículo 27, este artículo
establece y reconoce un derecho que se confiere a las personas pertenecientes a
grupos de minorías y que constituye un derecho separado, que se suma a los demás
derechos de que puedan disfrutar esas personas en virtud del Pacto.
El alcance de los derechos culturales
depende de la definición y comprensión del término "cultura". Según la propuesta de la
UNESCO "... la cultura ha dejado de ser únicamente una acumulación de obras y de
conocimientos que produce (...) una minoría selecta, (...) no se limita al acceso a las
obras de arte y a las humanidades sino que es a la vez adquisición de conocimientos,
exigencia de un modo de vida, necesidad de comunicación". El Consejo de Europa
sugiere que "la cultura, según la experiencia de la mayoría de la población de hoy,
significa mucho más que las artes tradicionales y las humanidades. Hoy en día, la
cultura abarca el sistema educativo, los medios de difusión, las industrias culturales
(...)".
Por consiguiente, puede aceptarse la
propuesta de ampliar la lista de los derechos culturales que figuran en el Artículo 27 de
la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el Artículo 15 del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en el Artículo 27 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Debería incluir también el derecho
de todas las personas a la educación (Artículo 26 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos y Artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales) y el derecho a la información formulado en el Artículo 10 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos y en el Artículo 19 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos en el contexto del derecho a la libertad de opinión y
expresión: "Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión; este derecho
comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole
(...) por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de
su elección".
Entre los instrumentos de
derechos humanos de las Naciones Unidas que, además de la Carta Internacional de
Derechos, confirman las disposiciones relativas a los derechos culturales, dos merecen
atención especial. En su Artículo 13, párrafo c), la Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer (1979) formula la obligación de los
Estados de garantizar a la mujer, condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, "el
derecho a participar en actividades de esparcimiento, deportes y en todos los aspectos
de la vida cultural". El mismo derecho es mutatis mutandis garantizado al niño en el
Artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño.
B. En el ámbito
interamericano
La Declaración Americana de los Derechos
y Deberes del Hombre (1948) es el primer instrumento regional que presenta un
catálogo de derechos culturales. En su Artículo XIII se dispone que:
Toda persona tiene el derecho de
participar en la vida cultural de la comunidad, gozar de las artes y disfrutar de los
beneficios que resulten de los progresos intelectuales y especialmente de los
descubrimientos científicos.
Tiene asimismo derecho a la
protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de los
inventos, obras literarias, científicas y artísticas de que sea autor."
En el Artículo 14 del Protocolo Adicional
de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos en la Esfera de los Derechos
Económicos, Sociales y Culturales -"Protocolo de San Salvador"- se agrega a esta lista
formulada en el Artículo 15, párrafo 3, del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales la obligación de los Estados de "respetar la libertad
indispensable para la investigación científica y la actividad creadora".
II. ¿Qué nuevo compromiso
internacional ha asumido nuestra República respecto a la diversidad
cultural?
El 14 de noviembre de 2007, el Congreso
Nacional sancionó la Ley 26.305 que ratifica la Convención sobre la Protección y
Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, adoptada en París -
República Francesa, el 20 de octubre de 2005. La misma había sido adoptada por
nuestra República junto con 147 países en el marco de la Conferencia General de la
UNESCO, tras arduas negociaciones que llevaron más de tres años. (La Convención
entró en vigor el 18 de marzo de 2007, de acuerdo a su artículo 29).
Durante su tratamiento en el recinto del
Senado Nacional, la senadora Perceval dijo lo siguiente
"Esta Convención se convierte en el
instrumento jurídico internacional que complementa el dispositivo normativo de las
convenciones a favor de los derechos culturales y refuerza la idea de la Declaración
Universal de la UNESCO sobre Diversidad Cultural, adoptada por unanimidad en 2001.
En esta declaración, se define la diversidad cultural como patrimonio común de la
humanidad y su defensa, como un imperativo ético inseparable de la Convención, en
cumplimiento de los derechos humanos y del respeto de la dignidad de la persona
humana.
...
"Indudablemente, esta Convención es
extensa. ...Su estructura jurídica está formada por ocho partes, compuestas por un
total de 35 artículos, más un anexo con los procedimientos de conciliación que, sin
duda, no son obligatorios. Además, esta Convención no contiene sanciones.
"De todas maneras, sólo quiero
comentar la Parte III del artículo 4. Durante el último año e, inclusive, a partir de la
puesta en vigor de esta Convención, se generó una gran discusión. Dicho artículo tiene
que ver con la definición de actividades, bienes y servicios culturales. Países que
dominan el mercado de las industrias culturales -como Estados Unidos, que no la
firmó- no acompañan la idea de definir a la cultura como un derecho humano y, a la
vez, a las actividades, bienes y servicios culturales no sólo como mercancías.
"La Argentina, junto al Brasil y los
demás países del MERCOSUR, plantearon, justamente, el valor de esta definición
abarcativa que es la que orienta el diseño y promoción de políticas públicas de
preservación y protección de la diversidad cultural."
Es así que en sus considerandos, dicha
Convención hace referencia a los instrumentos internacionales reseñados en el primer
acápite:
"Encomiando la importancia de la
diversidad cultural para la plena realización de los derechos humanos y libertades
fundamentales proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y otros
instrumentos universalmente reconocidos,"
Entre los principios rectores de la
Convención (artículo 2) se encuentran los "Principios de respeto de los derechos
humanos y las libertades fundamentales" (inciso 1), que dice:
"Sólo se podrá proteger y promover la
diversidad cultural si se garantizan los derechos humanos y las libertades
fundamentales como la libertad de expresión, información y comunicación, así como la
posibilidad de que las personas escojan sus expresiones culturales...".
Otro principio, el de "acceso equitativo"
(inciso 7 del mismo artículo), subraya:
"El acceso equitativo a una gama rica y
diversificada de expresiones culturales procedentes de todas las partes del mundo y el
acceso de las culturas a los medios de expresión y difusión son elementos importantes
para valorizar la diversidad cultural y propiciar el entendimiento mutuo."
Por demás, el artículo 4, inciso 1 define la
diversidad cultural de la siguiente manera:
"La "diversidad cultural" se refiere a la
multiplicidad de formas en que se expresan las culturas de los grupos y sociedades.
Estas expresiones se transmiten dentro y entre los grupos y las sociedades.
"La diversidad cultural se manifiesta no
sólo en las diversas formas en que se expresa, enriquece y transmite el patrimonio
cultural de la humanidad mediante la variedad de expresiones culturales, sino también
a través de distintos modos de creación artística, producción, difusión, distribución y
disfrute de las expresiones culturales, cualesquiera que sean los medios y tecnologías
utilizados."
Por otro lado, en lo referente a la "Norma
general relativa a los derechos y obligaciones", (artículo 5, inciso 1) se señala:
"Las Partes, de conformidad con la
Carta de las Naciones Unidas, los principios del derecho internacional y los
instrumentos de derechos humanos universalmente reconocidos, reafirman su derecho
soberano a formular y aplicar sus políticas culturales y a adoptar medidas para
proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales, así como a reforzar la
cooperación internacional para lograr los objetivos de la presente Convención."
Asimismo, conforme el artículo 6, las
Partes "podrán adoptar medidas para proteger y promover la diversidad de las
expresiones culturales en sus respectivos territorios" (inciso 1), que pueden consistir
en "medidas encaminadas a proporcionar a las industrias culturales independientes
nacionales y las actividades del sector no estructurado un acceso efectivo a los medios
de producción, difusión y distribución de bienes y servicios culturales" (inciso 2, párrafo
c), así como "medidas encaminadas a alentar a organizaciones sin fines de lucro, así
como a entidades públicas y privadas, artistas y otros profesionales de la cultura, a
impulsar y promover el libre intercambio y circulación de ideas, expresiones culturales
y actividades, bienes y servicios culturales, y a estimular en sus actividades el espíritu
creativo y el espíritu de empresa" (inciso 2, párrafo e).
Entre las medidas para promover las
expresiones culturales (artículo 7):
"1. Las Partes procurarán crear en su
territorio un entorno que incite a las personas y a los grupos a:
"a) crear, producir, difundir y distribuir
sus propias expresiones culturales, y tener acceso a ellas, prestando la debida atención
a las circunstancias y necesidades especiales de las mujeres y de distintos grupos
sociales, comprendidas las personas pertenecientes a minorías y los pueblos
autóctonos;
"b) tener acceso a las diversas
expresiones culturales procedentes de su territorio y de los demás países del
mundo."
Por último, se resalta que las Partes
deberán "propiciar y promover el entendimiento de la importancia que revisten la
protección y fomento de la diversidad de las expresiones culturales mediante, entre
otros medios, programas de educación y mayor sensibilización del público" (artículo 10,
inciso a).
III. ¿Por qué un "Día de la
Bibliodiversidad"?
A. ¿Qué entendemos por
"bibliodiversidad"?
La bibliodiversidad es la diversidad
cultural aplicada al mundo del libro. El neologismo se inspira en el concepto de
biodiversidad, que se refiere a la diversidad biológica dentro de la naturaleza. La
bibliodiversidad, en tanto, remite a la necesaria diversidad de voces circulantes a
través de las producciones editoriales que se ponen a disposición de los lectores.
Historia de la noción y de su
difusión
El origen del término "bibliodiversidad" no
se conoce con certeza; lo que es incuestionable es que esta noción se utilizó por
primera vez en lengua castellana hacia fines de los años 90.
En 1999, los responsables de la Biblioteca
Intercultural para el Futuro - programa de la Fondation Charles Léopold Mayer dirigida
por Michel Sauquet y Étienne Galliand - organizan conjuntamente un encuentro en
Gijón, España, y es allí donde por primera vez entran en contacto con el término en
español.
En mayo de 2002, al crearse la Alianza
Internacional de Editores Independientes, sus fundadores optan por utilizar este
término. Desde entonces, la Alianza Internacional de Editores Independientes
contribuye sostenidamente a la difusión y la promoción de este término en varios
idiomas, sobre todo durante sus encuentros internacionales (fuentes de consulta:
declaraciones de Dakar en 2003, Guadalajara en 2005 y París en 2007) y en todas las
acciones de su política de comunicación. La asociación de editores permitió que esta
expresión adoptara una dimensión internacional y se difundiera rápidamente en la
esfera francófona. Sin embargo, el término "bibliodiversity" sólo se utiliza en forma
muy marginal en el mundo anglófono.
Definición
Haciendo eco a la biodiversidad, la noción
de bibliodiversidad hace referencia a la necesaria diversidad de las producciones
editoriales puestas a disposición de los lectores en un determinado entorno. Françoise
Benhamou, economista francesa especialista en Industrias Culturales, durante su
intervención en el Congreso Internacional de la Edición Independiente, señaló: "En
biodiversidad, la variedad evoca simplemente el número de especies; en el ámbito del
libro, se refiere al número de títulos. Sin embargo, vemos claramente que esto resulta
insuficiente. (...) El segundo elemento que destaca la noción de biodiversidad es el
equilibrio: el equilibrio entre las especies. Cuando observamos lo que esto significa en
biodiversidad, surge la idea extremadamente sencilla de que, si tiene varias especies,
pero hay algunas con muchas unidades y otras con pocas, las primeras corren el riesgo
de comer y superar a las otras. Sucede lo mismo en el ámbito del libro, donde es
pertinente sentirnos preocupados por la influencia de una edición fácil y rápida, que
ocupa las góndolas de los supermercados y, sobre todo, las mesas de las librerías, y
que anula otras propuestas que son más difíciles de promover".
En la actualidad, la bibliodiversidad está
amenazada por el exceso de producción y la concentración del sector editorial, que
favorece la dominación de ciertos grandes grupos editoriales dedicados a la búsqueda
permanente de alta rentabilidad. Cuando en el mundo del libro aumenta la exigencia
de rentabilidad, se refuerza la tentación de modificar las líneas editoriales. Con el fin de
obtener márgenes aceptables frente a los accionistas a veces muy alejados del mundo
editorial (física y culturalmente), la producción se reorganiza para reforzar su potencial
comercial. En ciertos casos, el desequilibrio es tal que la lógica comercial se impone en
forma masiva sobre la aventura editorial. Entonces, el editor privilegia una economía
basada en la demanda, en detrimento de su función de agitador de ideas (oferta de
textos a veces difíciles, originales, formatos especiales). Como concepto opuesto a la
bibliodiversidad, se encuentra lo que podríamos denominar la "bestselerización" del
medio editorial.
Debido al incremento en la concentración
del mundo editorial, de su correspondiente financiarización y su posible
bestselerización (muchos ejemplares de pocos títulos), los editores independientes
desempeñan hoy más que nunca una función a veces dejada de lado por los editores
"integrados". De esta forma, se han convertido en los actores protagónicos de la
bibliodiversidad, puesto que se trata de verdaderos descubridores de talentos, que
asumen riesgos culturales y económicos, que permiten la existencia y la difusión de los
autores y los textos del mañana. Esta función socialmente importante está claramente
identificada por los grandes grupos editoriales que, muy a menudo, utilizan a los
editores independientes como almácigo para luego recuperar a los autores que
comienzan a obtener el reconocimiento del público, tentándolos con anticipos
imposibles de considerar para los editores más pequeños.
Reconociendo el derecho fundamental a
defender y promover sus sectores culturales -contra la desregulación generalizada- a
finales del año 2005, los Estados firmaron, bajo los auspicios de la UNESCO, una
"Convención para la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones
culturales". La Convención es una herramienta para proteger concretamente la
bibliodiversidad, es decir, la diversidad cultural del mundo del libro.
Desafíos actuales
Mientras que las políticas de protección a
las culturas "locales" parecen asentarse y los Estados promueven contextos favorables
para el desarrollo de sus industrias culturales, se vuelve cada vez más urgente llegar a
una forma de medir la bibliodiversidad, a través de un índice o un conjunto de
indicadores de datos cuantitativos y cualitativos.
Asimismo, la revolución digital en curso
en el mundo del libro -desde la creación hasta la comercialización de los textos- podría
tener notables consecuencias sobre la bibliodiversidad. La desmaterialización del libro,
la posibilidad de entrar en contacto con un conjunto mucho más vasto de
interlocutores / lectores / consumidores (vía el e-marketing, por ejemplo) podría
indicar que los editores independientes y los editores de los países emergentes podrán
potencialmente incrementar su visibilidad. Sin embargo la desaparición de los canales
tradicionales, de las librerías independientes y la aparición de nuevos actores
tecnológicos podrían significar un riesgo en el sentido contrario. La captación del
mercado naciente (que todavía no ha demostrado resultados económicos) por parte de
los nuevos actores -plataforma de venta en línea, diseñadores y constructores de
equipos informáticos (e-readers), etc., deja suponer que existirá una recomposición de
la cadena editorial sin que ello favorezca necesariamente la ampliación de la
bibliodiversidad.
Utilización y promoción del
término
Varias organizaciones internacionales
como la UNESCO o Unión Latina, diversos actores del mundo cultural y editorial como
la Asociación Internacional de las librerías francófonas, la Alianza Internacional de
Editores Independientes y numerosos colectivos nacionales de editores (AEMI en
México, Editores de Chile en Chile, EDINAR en la Argentina, REIC en Colombia, ALPE
en Perú, FIDARE en Italia, LIBRE en Brasil, etc.) promueven y protegen la
bibliodiversidad a través de coloquios, encuentros y declaraciones.
Una importante obra de referencia sobre
la bibliodiversidad se publicó en 2006.
En 2006, debido a la redacción de una
carta a los candidatos a la elección presidencial francesa, el periódico Le Monde retomó
algunas de las medidas concretas en favor de la bibliodiversidad.
Una revista internacional titulada
"Bibliodiversidad(es)", copublicada por la Alianza Internacional de los Editores
Independientes y por Double Ponctuation (www.double-communication.com), se
publica a partir del 2010.
La redH (Red Hispanohablante de la AIEI)
celebra el Día B (Día de la Bibliodiversidad) en distintos países, desde el 21 de
septiembre de 2010.
B. ¿Hacia la celebración de
un "Día B" a nivel internacional?
1. ¿De qué se trata?
A partir del 21 de septiembre de 2010,
comenzó una celebración anual del Día de la Bibliodiversidad, que llamaremos en
adelante El Día B, en distintos países.
Este día fue elegido por
motivos simbólicos: es el día de la primavera en el Hemisferio Sur. La primavera
evoca épocas templadas, variedad, contraste de colores, vigor, florecimiento,
reverdecimiento, transición, amor, perfume, el anuncio de lo nuevo.
Si bien se trata de un día universal, se
privilegia la posición del Sur, ya que una de las preocupaciones de la bibliodiversidad
es enfrentar el sentido actual de la circulación del libro y las ideas -de Norte a Sur- e
impulsar otros recorridos: de Sur a Norte, y en el Sur de manera transversal.
Llamar la atención sobre la circulación de
los libros como objetos, como portadores de ideas, como bienes culturales, es la idea
rectora de la acción propuesta.
En Argentina, el Día de la Primavera se
celebra el 21 de septiembre (con uno o dos días de anticipación a la fecha
astronómica) al igual que en Chile y Bolivia. En esta misma fecha, los jóvenes
argentinos festejan además el Día del Estudiante. En Perú, el 23 de septiembre se
celebra el Día de la Primavera y la Juventud, en Paraguay también se celebran el Día
de la Primavera y el Día de la Juventud pero el 21 de septiembre, y en México se
celebra la llegada de la primavera el 21 de marzo junto al natalicio de Benito
Juárez.
2. ¿Qué repercusión
mediática tuvo dicha celebración? (1)
Silvina Friera. "Los libros
no muerden, pero se sueltan". Página/12, 21-09-2010:
El pensamiento toma su forma en las
palabras como el agua en la vasija. Pero el destino de la palabra es la constante
profanación. Tal vez la primavera inocule, además de un batallón de alergias, cierta
desconfianza por el sentido expreso de conceptos apropiados y reciclados. Quizás el
clima sea el mejor abono para la contingencia o para un "microacto político". Por azar
-muchas veces, casi siempre- se descubren libros que están destinados para uno.
Pues bien, hoy la Alianza de Editores Independientes de la Argentina por la
Bibliodiversidad inaugura una celebración atípica, un picnic de lectura y suelta de
libros, que tendrá como punto principal de reunión la plaza San Martín. Entre las 16 y
las 18, escritores, editores y lectores invitarán a
traficar libros gratuitamente. Alguien
soltará un libro querido en cualquier espacio público -si no puede arrimarse hasta
Retiro- para encontrarse con otro libro querido, pero soltado por otro. Este trueque
sucesivo en tiempo y espacio expande la multiplicidad de las lecturas y la viralidad de
la misma acción de desprendimiento. La movida, que se celebrará simultáneamente en
diez países de América latina, se llama el DíaB, por el Día de la Bibliodiversidad,
palabra embrollada que, traducida al "lenguaje de a pie", sería la diversidad cultural
aplicada al mundo del libro. Esto es, la defensa de un variado repertorio de voces y el
acceso universal a la información y al conocimiento.
Constanza Brunet, de la editorial Marea,
desmenuza ante Página/12 por qué se decidió "soltar" libros y festejar por primera vez
el DíaB justo en el arranque de la primavera en el Hemisferio Sur. "Esta estación evoca
la variedad, el contraste de colores, el reverdecimiento, la transición, el anuncio de lo
nuevo. Si bien la idea es que este día sea internacional, el Sur connota la posición de
periferia del sentido de circulación de las ideas en un mundo globalizado", subraya la
editora. "Invitamos a soltar los libros en cualquier lugar público: el banco de una plaza,
en un medio de transporte público, en un local de comidas rápidas, en un mostrador
de un negocio,
donde sea. La idea es hacer una pequeña
intervención urbana, generar una escena disruptiva en medio de la cotidianidad de una
ciudad; que encontrarte el libro, además de ser un regalo inesperado y la posibilidad
de leerlo, se convierta en un disparador para imitar el acto de la suelta y reflexionar
sobre el libro como un objeto portador de cultura y no una simple mercancía."
Además de soltar libros de Marea, Brunet
confiesa que también se animará a desprenderse de libros de su biblioteca personal,
"leídos y marcados por mí", aclara con la devoción del lector que deja la "huella
dactilar" en las páginas. "Prefiero soltar los libros que leí recientemente, que me
gustaron y que puedo volver a comprar. Lo admito: no me resigno a perderlos para
siempre." La editora de Marea anticipa para los sabuesos que circulen por las calles de
Buenos Aires que dejará en algún lugar -cuyas señas no se puede ni debe precisar
para no aguar la sorpresa del encuentro-, libros de editoriales independientes: Recorre
los campos azules (Eterna Cadencia), de Claire Keegan; En otro orden de cosas
(Interzona), de Fogwill, y Varadero y Habana maravillosa (Tamarisco), de Hernán
Vanoli.
La propuesta de convertir el 21 de
septiembre en el Día Internacional de la Bibliodiversidad es una iniciativa de la Alianza
Internacional de Editores Independientes que será elevada a la Unesco. "El
establecimiento de un día especial es un proceso complejo que encarará la Alianza.
Muchas de las acciones que estamos haciendo en los distintos países de habla hispana
formarán parte de la presentación del proyecto", explica Brunet. En este primer festejo
la red hispanohablante de la Alianza Internacional de Editores Independientes -
asociación sin fines de lucro que se ocupa de una red compuesta por 80 editoriales y
colectivos de editores de 45 países- será la pionera en realizar actividades
promocionales en varios países: Perú, Chile, Colombia, México y Bolivia. En otros
países, en los que no existen colectivos de editores independientes pero sí editoriales
miembros de la Alianza -Uruguay, Ecuador, Guatemala y España-, también habrá
sueltas de libros en apoyo al Día de la Bibliodiversidad.
En el "manifiesto" que puede encontrarse
en Internet, los editores independientes cuestionan las formas de circulación
tradicional de los libros como mercancías. "No nos oponemos al mercado, pero no
funcionamos en términos de adaptación sin que nuestros proyectos pierdan vitalidad",
plantean. ¿Cómo consiguen ganar vitalidad o mayor visibilidad dentro del mercado del
libro en el que participan? "En términos de mercado, proponemos editar libros
concentrándonos en la oferta y no en la demanda", responde Brunet. "Las grandes
editoriales editan respondiendo a la demanda, muchas veces identificada con estudios
de mercado o con olfato editor. Así, publicar simplemente es ofrecer productos de
rápida venta que respondan a una moda existente. A la inversa, el editor
independiente aspira a participar en lo más rico que tiene una cultura, que es lo
emergente; de ahí que su catálogo sea también una creación. La existencia de la
edición independiente es la garantía de bibliodiversidad, de búsqueda, de
experimentación, de oposición a la cultura dominante como única opción cultural.
Prueba de ello es la práctica habitual en las grandes editoriales de 'robar' autores a las
editoriales independientes una vez que éstos han alcanzado notoriedad, es decir una
vez que empiezan a incorporarse a la cultura dominante. En ese sentido, funcionamos
como una suerte de 'laboratorio de experimentación' para el mundo de la edición. Esa
es nuestra debilidad y nuestra fortaleza", admite.
La suelta de libros como símbolo es la
punta de un recordatorio. "Aunque habitualmente encontremos los libros en una
librería a determinado precio, no se trata de mercancías como cualquier otra; es un
objeto portador de cultura donde circulan las ideas, la literatura, el conocimiento. Y ésa
es la esencia de la bibliodiversidad", sintetiza Brunet. "Si el libro fuera sólo una
mercancía, como editores sólo deberíamos optimizar la ganancia y apostar por aquellos
autores y libros ya consagrados o temas comerciales que nos garanticen una venta
alta. En un mundo así, el panorama cultural se vería empobrecido casi hasta la miseria.
Por eso apoyamos la circulación alternativa del libro. La suelta de libros es una
actividad cultural pero también lúdica, que ya viene haciéndose en muchos países, que
puede hacer cada uno en su lugar, que implica participación colectiva. Un microacto
político", define la editora.
"El concepto de bibliodiversidad va
mucho más allá de la suelta a la que tomamos como una herramienta más de
concientización", advierte Brunet. "La instalación de un día de la bibliodiversidad
apunta a darle visibilidad a este concepto, dar visibilidad al trabajo de las editoriales
independientes, que habitualmente está en un segundo o tercer plano. Transmitir
fundamentalmente a los lectores, pero también a los autores, los periodistas, los
libreros, los funcionarios vinculados con políticas culturales, los bibliotecarios, la
importancia de entender el funcionamiento del mercado editorial y actuar contra la
concentración y la mercantilización del libro."
Laura Casanovas. "Un
picnic de primavera para celebrar la cultura". La Nación, 22-09-2010:
Jarras con jugos, platos con galletitas,
bolsas con caramelos y, en el centro, canastas con libros. Fue un auténtico picnic en
medio de la plaza San Martín, que ayer por la tarde tuvo como protagonistas
privilegiados la llegada de la primavera y la lectura.
Se trató de una propuesta de la Alianza
de Editores Independientes de la Argentina (Edinar), que convocó al público con el
objetivo de proponer el 21 de septiembre como el Día de la
Bibliodiversidad, lo cual ayer se
materializó en el conjunto de títulos que eligieron las 30 editoriales que integran la
alianza y en aquellos que acercaron quienes se sumaron al picnic.
"Propusimos la suelta de libros como una
acción concreta. Dejar el libro en algún lugar público para que otro lo encuentre, lo lea,
y circulen las ideas", contó a La Nacion Daniela Allerbon, vicepresidenta de Edinar.
Ana Clara Schulman se había enterado
ayer por la mañana de la propuesta, a través de la radio, y no dudó en participar.
"Traje mi libro Relato de un náufrago, de García Márquez, y lo dejé en un banco de la
plaza con una dedicatoria", comentó la joven mientras observaba, sentada desde su
lugar en el picnic, si alguien se lo llevaba. Su amiga Mercedes de Nicolás había elegido
de su biblioteca El alquimista, de Paulo Coelho, y lo había dejado en un árbol de la
plaza con el deseo de que alguien lo encontrara y se lo llevara para leerlo.
Amor por la literatura
"Nosotras amamos la literatura." Fue la
expresión contundente y alegre de Sofía Castillón, de 20 años, quien no dudó un
instante en sumarse a la iniciativa, junto con su amiga Olivia Meneses. "Dejar tu libro
es como dejar un pedazo de tu historia", expresó Sofía.
Sentados sobre el mantel y rodeados de
cosas ricas y de libros estaban dos pequeños de 3 y 6 años. Un rato antes estaban
atravesando la plaza con su mamá, luego de salir del colegio, cuando se encontraron
con el picnic de la lectura. Los pequeños se sentaron cómodamente y se tomaron todo
el tiempo para mirar libros.
Mientras tanto, una "susurradora" con un
tubo colorido en la mano ofrecía palabras de distintos libros a los transeúntes y luego
les entregaba un papel con los textos recitados.
El picnic de la lectura por la
bibliodiversidad se realizó ayer también en otros diez países de América latina, en las
ciudades de Santiago de Chile, Lima, Montevideo y México DF, entre otras. La idea es
elevar la nominación, de carácter universal, a la Unesco. La elección del 21 de
septiembre como fecha simbólica de la diversidad aplicada al mundo del libro se
relaciona con que la fecha evoca la variedad, el contraste de colores, la transición, lo
nuevo.
"Queremos que haya más libros de más
autores. La concentración editorial, por el contrario, tiende a editar menos títulos. Para
nosotros la edición es un aporte a la cultura", dijo Schulman.
A las 18, cuando finalizó el picnic, los
editores de Edinar y el público fueron dejando libros por toda la plaza con la esperanza
de multiplicar las lecturas y de que cada título coseche la mayor cantidad de lecturas
posibles.
C. ¿De que manera
propende esta iniciativa a dar cumplimiento a nuestros compromisos en
materia de derechos humanos?
Nuestra Constitución Nacional -en su
artículo 75, inciso 19- reconoce como atribución del Congreso:
"Dictar leyes que protejan la identidad
y pluralidad cultural, la libre creación y circulación de las obras del autor; el patrimonio
artístico y los espacios culturales y audiovisuales".
Por ello, además de constituir una
iniciativa que propende a dar cumplimiento a esta norma constitucional, estamos
contribuyendo a poner en práctica los compromisos internacionales en materia de
derechos humanos fundamentales, igualmente incorporados a nuestra Carta Magna en
su artículo 75, inciso 22.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
MORANTE, ANTONIO ARNALDO MARIA | CHACO | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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CULTURA (Primera Competencia) |
LEGISLACION GENERAL |
Trámite
Cámara | Movimiento | Fecha | Resultado |
---|---|---|---|
Diputados | SOLICITUD DEL AUTOR DE MODIFICACION DEL PROYECTO (AFIRMATIVA) |