El Senado y Cámara de Diputados...

ARTICULO 1º: Declárase Monumento Histórico Nacional, en los términos de la Ley 12.665, al edificio y demás instalaciones de la sinagoga ubicada en el Lote "A" de la chacra 278 de la ciudad de General Roca, provincia de Río Negro, cuya nomenclatura catastral es DC 5 CII S:E CH:7 P1. El actual propietario es la Asociación Israelita de General Roca.

ARTICULO 2º: Facúltase a la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación, a efectuar el reconocimiento respectivo e inscribir en el Registro Nacional de Bienes Históricos e Históricos Artísticos el inmueble identificado en el artículo precedente.

ARTICULO 3º: Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Señor presidente:

El presente proyecto de ley pretende hacer un justo reconocimiento al esfuerzo y sacrificio de los colonos judíos que a principios de siglo, se establecieron en la zona del Alto Valle de Río Negro, huyendo del hambre y la miseria de Europa Occidental para buscar un futuro un poco más promisorio para sus generaciones venideras en el corazón frutícola de la incipiente Nación Argentina.

Las familias adelantadas, provenientes todas de Rusia, se establecieron en las inmediaciones de la Estación Padre Stefenelli, al este de la ciudad de General Roca. Con pocas y rudimentarias herramientas, comenzaron a labrar la tierra con mucho esfuerzo, incorporando un sistema de riego artificial y dedicándose a la producción en una primera etapa, de productos hortícolas básicos para su subsistencia, para más adelante interiorizarse en el cultivo de montes frutales y viñedos.

Como todos los inmigrantes que eligieron nuestro país para vivir con dignidad, en sus comienzos la colonia rusa tuvo problemas de adaptación, no sólo al clima inhóspito sino también a las nuevas costumbres, y por sobre todas las cosas, a un idioma que les era absolutamente extraño. Pudieron vencer las dificultades más que nada gracias a su espíritu asociativista, a su carácter de grupo unido. Los hombres, limpiando acequias y desmontando chacras vecinos. Y en el caso de aquellos que sabían un oficio, como carpinteros, herreros, etc., aportaban su conocimiento para la subsistencia armoniosa del grupo.

El centro cultural de Colonia Rusa, se ubicó en la chacra 278, parcela 1, y allí funcionaron la sinagoga y un salón de usos múltiples, que durante muchos años fue lugar de reunión de la comunidad judía y también de otras colectividades.

Esta edificación ha soportado estoicamente, y aún hoy perdura en el tiempo como testigo fiel de generaciones pasadas que dejaron su vida en nuestra querida tierra patagónica, soñando con un porvenir de grandeza.

Por todo lo expuesto precedentemente, es que solicito el acompañamiento de mis pares a esta propuesta.